“Feel your fucking freedom” gritaba Patti Smith anoche en medio de un Teatro Caupolicán abarrotado, en una especie de culto donde la sacerdotisa del punk construyó un discurso que tuvo a la libertad como columna vertebral. Su característica cabellera blanca se vislumbró pasadas las nueve de la noche, su silueta irrumpió ataviada de negro, con aquella particular sencillez de la que es dueña. La canción elegida para el arranque fue ‘Dancing beeerfoot’, una bofetada para la audiencia al demostrar que su timbre de voz se mantiene intacto: la mujer de 72 años se despacha los mismos agudos que la hicieron conocida en el Nueva York de mediados de los setenta. Misma ciudad que fue testigo de su poesía y manifiestos por descontentos sociales durante el apogeo del punk, los que en la jornada de ayer se hicieron presente con arengas cuyo foco estuvo en los pueblos originarios, la privatización del agua y los derechos humanos. Todo, mientras el público vociferaba “el pueblo unido jamás será vencido”.

Acompañada por la Patti Smith Band, sus eternos compañeros de tablas, compuesta por Lenny Kaye en la guitarra y coros, Jay Dee Daughtery en la batería, Tony Shanahan en bajo y teclados y, por último, en la guitarra su hijo Jackson Smith. Juntos entregan una simbiosis de rock histriónico y potente que tuvo pasadizos por el reggae con ‘Redondo beach’, seguido de una versión arrasadora de ‘Beds are burning’ de Midnight Oil, a cargo de encender la noche con un coro que cobró más sentido que nunca.

Justamente en ese punto hay que detenerse, en el significado que tuvo este concierto para el Chile actual. Si bien, se trató de un concierto corto, con un setlist de catorce canciones que incluyó bastantes covers (Rolling Stones, The Velvet Underground, Neil Young y The Who) y a eso hay que sumarle que sus mayores éxitos no fueron compuestos en su totalidad por ella, como la maravillosa ‘Because the night’ creada junto a Bruce Springsteen o ‘Gloria: in excelsis Deo’ original de Van Morrison.

Pese a esto, la importancia de este debut es lo que ella representa para la cultura pop. Patti Smith es un personaje rupturista que ha sabido sobrevivir a través de los años con una consecuencia y calidad artística envidiable. Las canciones mencionadas son una píldora estimulante para los sentidos cuya esperanza de escucharlas en directo ya estaba casi perdida. Suenan poderosas, rockeras y conmovedoras. Sin duda alguna, Patti Smith no podía haber debutado en un mejor momento, lo de anoche nos dejó aún más empoderadas y empoderados. Uno de los mejores conciertos del año.