La Embajada de Holanda ingresa al tsunami inmobiliario
Existen 2 tipos de protecciones patrimoniales en el ámbito de las ciudades:
1.- La fijada en la ley 17.288 del Consejo de Monumentos Nacionales que considera como tales a los monumentos históricos que son los lugares, ruinas, inmuebles y objetos. Además, contempla las zonas típicas que abarcan a ciertos sectores de las ciudades que tienen valor urbanístico, paisajístico y ambiental, incluyendo los parques, lugares agrestes, etc. Para que se conserven en el tiempo los anteriores se requiere una declaración expresa por Decreto Supremo que firma el Ministro de Educación.
2.- La fijada en los Planes Reguladores Comunales (PRC) como zonas e inmuebles de Conservación Histórica que se declaran por decisiones que adoptan los Concejos Municipales de las 345 comunas existentes en el país.
Ahora bien, no siempre se respetan los resguardos patrimoniales, sobre todo los que tienen la categoría de Conservación Histórica en los PRC, ello pues es relativamente fácil hacer trampas para vulnerar la reglamentación de los instrumentos locales de planificación urbana. Recordemos que en Chile reina el dios dinero y en general los municipios son muy débiles de carácter para exigir el cumplimiento de sus propias normas.
Hemos tomado conocimiento de algunas publicaciones de los diarios El Mercurio y La Tercera, adalides del mercado libérrimo en donde los únicos que ganan son los grandes y abusivos inversionistas, en las cuales dan cuenta de la decisión que adoptó el embajador de Holanda en orden a poner en venta la majestuosa casona levantada en el año 1948 en donde funciona la propia embajada de ese culto y democrático país europeo. La mansión de 2 pisos de casi 1.000 m2 construidos se emplaza en un terreno de 5.800 m2 localizado en la avenida Apoquindo 5360 de la comuna de Las Condes.
Los corredores de propiedades, quienes son los informantes habituales de esos medios de prensa, dicen que el precio de venta bordea los 40 millones de dólares y que el mercado comprador está muy interesado, pues quedan pocos paños en ese sector para construir en altura. Quienes tienen interés para adquirir la propiedad no son solo las más poderosas inmobiliarias sino también varios fondos de inversión, pues allí se podría construir todo tipos de equipamientos comerciales, incluyendo hoteles con muchas estrellas y torres habitacionales con más de 20 pisos.
En razón a que la impresionante vivienda, donde reside el embajador, tiene la categoría de inmueble de Conservación Histórica en el PRC de Las Condes, las crónicas publicadas con supina liviandad aseguran que en la parte del terreno que es jardín se podría construir un rentable proyecto inmobiliario y que, para ultimar detalles de la operación comercial, Bernardo Matte, mandamás del Banco Bice, en compañía de sus consejeros expertos, ya tuvo una reunión con Joaquín Lavín, alcalde de las Condes, en donde le mostró su anteproyecto de construcción.
Teniéndose en cuenta que, según el especialista en compra venta de inmuebles Colliers, hay más de 10 grupos inmobiliarios interesados en adquirir ese valioso paño, nos llamó la atención que solo uno de ellos tuviera acceso al alcalde para proponerle su inversión que, en todo caso, es para generar renta.
No sabemos si los otros competidores ya han ido a conversar con Lavín, pero el mercado tiene la obligación de saber que la protección denominada Conservación Histórica no es solo por la casa inserta en el terreno de 5.800 m2, sino que es por todo el predio, de tal forma que si los sagaces intervinientes quieren opacar la presencia de la casona con un elevado y gélido bloque de cemento, tendrán que ingeniárselas para interpretar mañosamente la regulación urbanística a objeto de obtener la plusvalía que todos ellos buscan con ahínco.
En Las Condes ya se ha menospreciado la norma que protege los inmuebles y zonas patrimoniales y recordamos, porque hace unos tantos años fuimos denunciantes, como se demolieron 2 magníficas casonas situadas en la Avenida Presidente Errázuriz, sector de Conservación Histórica en el PRC respectivo, las que habían sido compradas para demolerlas por la influyente Prelatura del Opus Dei.
Allí se construyó un edificio para sus numerarios, supernumerarios y personal doméstico que atiende a los anteriores, hecho impúdico que fue objetado en un enérgico dictamen de la Contraloría General de la República, sin mayores resultados prácticos ya que los funcionarios municipales que violaron la regulación patrimonial para permitir que esos religiosos vivieran a sus anchas, no fueron sancionados por nadie. Es más, conociendo muy bien estas materias, estamos casi seguros que el Director de Obras y sus adláteres fueron felicitados por ese “noble gesto”.
Finalmente, sería interesante que la monarquía constitucional, el gobierno y más que todo el parlamento de Holanda conociera este afán inmobiliario de sus diplomáticos representantes en Chile.