Con un retraso de tres horas se dio inicio a la asamblea extraordinaria de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), para la que se acreditaron 298 dirigentes de todo el país y en la que el único punto a debatir fue la desafiliación o permanencia en la histórica Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Recién a las 13 horas logró constituirse la mesa que dirigiría la asamblea, compuesta por 12 personas y presidida por Cecilia Morelia, dirigenta Anef y militante del Partido Socialista.

El presidente de la Anef, Carlos Insunza, abrió la jornada con un discurso en donde recalcó la importancia de la unidad en el mundo de los trabajadores. El militante comunista y dirigente de la Asociación de Funcionarios del SII señaló que "el debate de hoy debe hacerse cargo de la crisis de la CUT y de nuestras propias carencias".

Una de las intervenciones más destacadas fue la de la presidenta de la Asociación de Funcionarios del Serviu Metropolitano Ivonne Rozas, hermana de la histórica dirigente sindical y fallecida diputada DC María Rozas. "Costó mucho llegar a esta asamblea", expresó Ivonne, agregando que "cuando Piñera estaba de presidente estaban todas las tarjetas arriba para retirarse de la CUT. Y yo recalqué la importancia que tenía la CUT como instrumento. Porque es verdad: dirigentes dieron la vida pero no por esta CUT. No por esta forma de un grupo egoísta que tiene fraccionado al mundo sindical que nos debilita a todos. Porque cuando discutimos el reajuste en diciembre nos fue como la callampa. Nos miró el gobierno como quiso y nos humilló", señaló, provocando aplausos entre los asistentes. "No voy a ser cómplice de esto, a mí no me sostiene la CUT. Me sostienen los trabajadores del sector público", cerró.

Sin embargo, la discusión no se pudo terminar. A las 17 horas la presidenta de la mesa que dirigía la asamblea llamó a los asistentes a votar, cuando quedaban por lo menos 35 intervenciones restantes. Según acusaron desde el sector disidente de la dirección de Carlos Insunza (PC), esto fue una forma de impedir que se planteara una tercera posición, más moderada, que no buscara la desafiliación abrupta de la CUT, sino que congelar el pago de cuotas y la participación en las próximas elecciones nacionales. Este es el principal escollo, dado que la multisindical aplazó nuevamente el voto universal pese a los problemas que llevaron a tener que repetir las elecciones.

La respuesta fue categórica: de los 12 integrantes de la mesa que dirigía la asamblea cuatro se retiraron, precisamente los cuatro que provenían de regiones. También se retiraron al menos 90 dirigentes en forma de protesta, al grito de "no votar".

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Quien oficiaba como secretaria de la mesa, Yessica Almonacid, directora regional de la Anef de Coyhaique, declaró a El Desconcierto que "nos retiraremos porque vimos que esta votación está arreglada. Mientras aún estábamos haciendo el debate la presidenta de la mesa pidió que la gente se levantara y fuera a votar. Eso es una falta de respeto hacia quienes viajamos de regiones y todos los trabajadores asistentes, porque al parecer no importa el debate ya que está todo listo".

"Todos queremos fortalecer la CUT, pero una CUT de todos, no la de la señora Bárbara Figueroa. Aprecio a Clotario pero no voy a tolerar el chantaje emocional. Quiero ética, democracia y verdad. ¿Cuánto hemos pagado en cuotas a la central? Eso es lo que queremos saber", señaló a su vez Claudia Hasbún, directora nacional de la Anef y militante de Movimiento Autonomista.

Aún está por verse el resultado de la votación, ya que estatutariamente la voto es por la ponderación de cantidad de afiliados que representa cada dirigente. La dirigente del movimiento Cabreados, Orietta Fuenzalida, publicó en su cuenta de Twitter que "cuando el árbitro está comprado es difícil ganar el partido".

Asamblea ANEF: Cuando el árbitro está comprado es difícil ganar el partido.@anefchile @FuerzaCabreados pic.twitter.com/IU4tW9Emo6

— Orietta Fuenzalida R (@oriettafuenzal) 10 de abril de 2017

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