Posteo viral:

Posteo viral: "Las toallitas, o cómo el machismo nos sigue teniendo cagados"

Por: El Desconcierto | 03.11.2016
Un usuario de redes sociales publicó un chistoso aunque preocupante relato en el que devela, desde una situación muy cotidiana, la fuerte presencia del machismo en la sociedad chilena.

Este pasado domingo, el usuario de Facebook Nacho Vigoroux publicó un mensaje en su cuenta relatando una curiosa situación vivida en un supermercado y que devela lo presente que está el machismo en la sociedad chilena.

Un paquete de toallitas para bebés provocó la inquietante respuesta de un padre a su pequeño hijo. El post tiene casi de 6 mil me gusta y cientos de compartidos.

Aquí te dejamos el post completo:

Domingo tipo 11:30. Me di cuenta que no hay detergente y sí un millón de kilos de ropa que lavar, así que, sin echarme ni una gotita de agua en la cara, pesqué un gorro, polera random y partí al supermercado. Al llegar, empecé a cachar que había varias cuestiones en oferta, y dentro de todo, sí, las necesitaba, por lo tanto, empecé a fijarme más y bajarle el volumen a la radio. No sé por qué, pero si quiero mirar mejor algo, siempre le bajo el volumen a lo que escucho.

Por lo mismo, pude captar este diálogo en primerísimo primer plano.

Me fui al pasillo de las guaguas y vi que estaban las toallitas húmedas en super oferta, 40% de descuento.
Entonces empecé a cachar cuales eran las que estaban en oferta, y eran las huggies que aparecen en la foto. Rosadas. Con "La ratona miquéi" en el envase, que realmente estaban a un precio ridículo.
Sin dudar pesqué y me aperé con un par, feliz de estar ahorrándome casi la mitad en estas cuestiones que se van más rápidas que quincena con sed y que nunca serán suficientes en la vida de una guagua.

Hasta que llega un cabrito chico, como de unos 7 años al lado mío y agarra un paquete y lo levanta, gritando a lo lejos "Acá las tengo papá! estas son" orgulloso de cumplir con el encargo.

Y llega el papá. Un tipo de unos 30 y algo, super viejo (wena oh!), con un crío de unos 2 años en el carro. Lo mira y le dice "¿Y esas son?" como sorprendido/decepcionado de lo que había encontrado su retoño mayor. "Pero, ¿buscaste bien, SI HAY DE HOMBRE?"

Calmao. Toallitas húmedas separadas por género.
De HOMBRE y de MUJER.

Sí hueón.
Claro que sí.

El cabro chico sin cachar mucho le dice "Pero si estas son las jaguis papá" como dudando si era por la marca el asunto y las revisaba por todos lados, sin encontrarles la pifia, a lo que el papá le dice "No, no, no nos sirven, son de mujer. Déjalas ahí"

Y el muy saco de hueas toma 2 paquetes de la otra marca, sin descuento, exactamente iguales, sólo porque estas tenían el envase un héteronormativo y convencional y alejado de ese virus femenino que podría volver a su hijo en un homosexual asqueroso color celeste que le aseguraría que su hijo sería un machito bien hecho y derecho como él; sin lugar a dudas, garantizado.

Me dio rabia la hueá.
Y luego me dio pena.

Puntualmente porque, compañero, si hay algo que nos une en la vida es el poto, que no tiene sexo ni preferencia.
Y menos en un bebé.

El cabro chico se quedó mirando a su padre y se fue con él, ambos ignorando que lo marcará de por vida, gotita a gotita miles de comportamientos como ese, desde el "los niños no juegan con muñecas" o "los niños no usan rosado" y otras huevadas similares que lo terminarán volviendo un hijo más del machismo, de ese machismo del que yo mismo fui un cegado defensor/mantenedor sin tener idea, sólo guiado por todas esas "verdades" absolutas que escuché de niño y que recién hace unos años comencé a cuestionar al ver todos los pésimos efectos que causa en nuestra sociedad tales circunstancias.