Sociedad y ecosistemas forestales nativos: desafíos de gobernanza con enfoque territorial
Durante los últimos treinta años, las presiones sobre los bosques nativos han marcado un escenario de cambios en el uso del suelo y en el paisaje de los territorios. La magnitud y alcance de los daños causados a los bosques y su conversión a otros paisajes han colocado temas relacionados con la gobernanza y gestión sostenible de los ecosistemas naturales en la agenda internacional y nacional.
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La sustitución de los bosques nativos no solo significa la pérdida de un territorio o espacio físico, sino principalmente la pérdida de oportunidades para promover el mantenimiento y conservación de la biodiversidad, recursos naturales y servicios ecosistémicos que brindan las condiciones para el sustento de muchas poblaciones que habitan estos territorios y el futuro de la sociedad.
No es demasiado destacar que los bosques nativos apoyan a miles de personas a través de recursos y servicios ambientales para satisfacer sus necesidades alimentarias, energéticas y de vivienda. Los bosques pueden ayudar a garantizar la seguridad alimentaria de aproximadamente cien millones de personas, proporcionando una fuente importante de alimentos, energía e ingresos, especialmente en tiempos de crisis.
La conservación y manejo sostenible de los ecosistemas forestales y formaciones vegetacionales nativas, requiere de gestión y planificación integral, basada en un nuevo enfoque de gobernanza, con enfoque territorial, que reconozca la importancia de los bosques en diferentes escalas, tanto a nivel global como local. Además, que permita conectar los tres pilares fundamentales de la sustentabilidad: sociocultural, económico y ambiental. Una nueva gobernanza forestal, se entiende como un proceso en que se busca desarrollar acciones colectivas y colaborativas, a partir de la participación de actores de distintos sectores de la sociedad, para promocionar el manejo y gestión sostenible o restauración de los ecosistemas forestales.
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Las decisiones entre los múltiples actores e iniciativas deben ser establecidas considerando tanto las condiciones ecológicas y socioeconómicas de los territorios. Por lo tanto, el desafío necesario y urgente de la gobernanza para la gestión sostenible de los ecosistemas forestales, es fortalecer los mecanismos que permitan a las personas tomar decisiones e influir en beneficio de sus territorios, a partir de la legislación, políticas e institucionalidad pública que rigen sobre los bosques y biodiversidad de los territorios, para así, asegurar la capacidad de una mejor relación entre la sociedad y los bosques. Esta relación, debe ser resguardada a través de políticas públicas que se espera sean impulsadas con la Nueva Constitución de Chile, elaboradas a partir de la amplia participación y representación de la sociedad civil en los territorios diversos de nuestro país.
San José de Maipo y la conservación de un territorio
Entre muchos ejemplos que podemos destacar en Chile, cuando se trata de los desafíos de la gobernanza para la valorización de atributos territoriales, y su relación con los ecosistemas nativos y culturas locales, podemos destacar lo sucedido en la Comuna de San José de Maipo, donde las y los ciudadanos se han organizado para levantar la iniciativa “Queremos Parque”, la que busca convertir en Parque Nacional un territorio fiscal de 142.000 hectáreas pertenecientes a los valles Río Colorado y Olivares.
La comuna ubicada en la región Metropolitana de Santiago posee gran parte de su territorio clasificado como “sitios prioritarios de conservación”, debido a que se encuentran gran cantidad de glaciares, formaciones boscosas y vegetacionales particulares de este sector, además de importantes cursos hídricos y diversidad de fauna nativa. Por un lado, es un territorio valorizado y atractivo a los ojos del turista y amantes de la naturaleza, por otro, la presión demográfica, el turismo desordenado y la implantación de empresas extractivistas, son los factores que más interfieren en el paisaje y las formaciones vegetacionales que aún se encuentran y abrigan la biodiversidad y recursos ecosistémicos.
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Este escenario, es un gran desafío para implementar una nueva gobernanza con enfoque territorial, donde la conservación de los ecosistemas nativos beneficia a las y los actores locales, en sus actividades socioeconómicas y valorización del patrimonio cultural, y valoriza los atributos ambientales del territorio. De hecho, la cuenca del Maipo abastece de agua potable a todo el gran Santiago, y a su vez, se abastece de los glaciares de las altas cumbres como son el río Olivares.
Como podemos ver, las y los ciudadanos están dando alertas y organizándose para instituir legalmente la protección de la cuenca del Maipo, en pos de un futuro saludable y bien común para todas y todos. Iniciativas como estas, demuestran la importancia de la participación de las y los diversos actores de la sociedad civil, gobernantes, autoridades, y sector económico. Por lo tanto, toda la población debe estar interesada en potenciar el territorio hacia un desarrollo sostenible y responsable con la mantención de los ecosistemas en Chile.