Jóvenes en Chile: Entre la crisis y la esperanza

Jóvenes en Chile: Entre la crisis y la esperanza

Por: Oscar Guerra | 16.06.2024
Las políticas públicas deben centrarse en ofrecer oportunidades concretas y en crear un entorno que promueva la participación activa de los jóvenes en todos los aspectos de la sociedad. Solo así se podrá fortalecer la democracia y promover una integración social inclusiva que aproveche el potencial transformador de las juventudes.

En un contexto de cambios y desafíos, a nivel nacional e internacional, las juventudes en Chile se enfrentan a una serie de obstáculos que ponen en jaque su desarrollo y bienestar. Desde el protagonismo que adquirieron en las propuestas de transformación tras el estallido social, hasta los discursos actuales relacionados con la inseguridad, los jóvenes son un grupo al que se le atribuye una alta responsabilidad en el futuro del país.

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Sin embargo, es fundamental poner el foco en las dificultades que enfrentan las juventudes, ya que estas representan brechas que alejan a este grupo de la valoración del contrato social y, por ende, de su compromiso cívico.

A continuación, se analizaré tres desafíos que requieren atención urgente para impulsar respuestas oportunas y efectivas para las juventudes en Chile.

Mercado laboral: un obstáculo para la integración social

La tasa de desempleo juvenil en Chile es del 16,8%, duplicando la tasa nacional (INE, 2022). Esta situación se ve agravada por la precariedad laboral, bajos salarios y falta de acceso a la seguridad social. La inserción en el mercado laboral no solo es crucial para el acceso al trabajo, sino también para la inclusión formal en la economía, el sistema financiero y la protección social.

En efecto, según la encuesta UDD 2023, los problemas que más aquejan a las juventudes son económicos (51%), el desempleo (17%), la salud mental (14%) y la inseguridad (8%).

En todas ellas identificamos la relevancia de alcanzar grados de estabilidad en su camino a la autonomía. Así, la falta de oportunidades laborales genera un aumento significativo de las brechas de desigualdad, excluyendo a las juventudes de su pleno potencial y participación en la sociedad.

Salud mental: una crisis que demanda atención urgente

Nuevos factores como el avance de la pubertad, el desarrollo cerebral, los problemas alimenticios, el sueño deficiente y el uso excesivo de tecnología inciden en el aumento de patologías como la depresión, la ansiedad y la ideación suicida entre los jóvenes.

Las cifras sobre salud mental no se corresponden con la implementación de políticas públicas integrales que aborden este desafío. Se requiere una transformación de los servicios de salud, educación, trabajo y sociales para integrar la salud mental al ritmo de las necesidades de las juventudes actuales y futuras.

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Delincuencia y reinserción social

Un análisis del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana de la Universidad de Chile revela una relación entre la deserción escolar y la participación en actividades delictivas. El estudio indica que el 70% de los jóvenes que cometieron delitos graves habían desertado de la escuela, y el 60% de ellos lo habían hecho antes de los 15 años.

La Ley de Responsabilidad Penal Adolescente (LRPA), implementada hace 17 años, ha tenido resultados mixtos. Si bien su objetivo principal es la reinserción social a través de programas especiales, existen falencias en su implementación, falta de especialización y una necesaria reestructuración del sistema.

Es fundamental avanzar en oportunidades reales de integración social para evitar que amplios grupos de jóvenes, especialmente de sectores vulnerables, se involucren en actividades delictivas. La reinserción efectiva requiere de contextos que protejan a los adolescentes y jóvenes de la reincidencia.

Es evidente que se requieren medidas reales y políticas públicas que no solo mencionen a los jóvenes en los discursos, sino que también implementen un fortalecimiento sistemático de la institucionalidad pública enfocada en los desafíos de las juventudes.

En conclusión, la problemática de participación juvenil en Chile es real y multifacética. Los desafíos en el mercado laboral, la salud mental y la delincuencia requieren una atención urgente y un abordaje integral.

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Las políticas públicas deben centrarse en ofrecer oportunidades concretas y en crear un entorno que promueva la participación activa de los jóvenes en todos los aspectos de la sociedad. Solo así se podrá fortalecer la democracia y promover una integración social inclusiva que aproveche el potencial transformador de las juventudes.