Karina Oliva quiebra su silencio: "Le guste a quien le guste, seguiré" en política
-¿Cómo va el gobierno, Karina?
-…Mmmm. Va.
Con una tenue sonrisa en su rostro, pero diciendo mucho, tanto, con su mirada, Karina Oliva prefiere usar un seco monosílabo para definir lo que, hace no mucho tiempo, seguro era una de sus principales banderas de lucha.
Tras sus característicos lentes ópticos, la ex candidata a la Gobernación de Santiago y otrora figura emblemática de Comunes, en una fría mañana de sábado, recorre con premura los stands de las editoriales que participan en Feria Internacional del Libro Memoria, Futuro y Derechos Humanos, parte de la Cumbre por la Democracia y los Derechos Humanos con la que la Municipalidad de Recoleta conmemora los 50 años del Golpe de Estado.
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Según sus palabras, la licenciada en Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Humanismo Cristiano se encuentra en el lugar en el marco de su trabajo con las comunidades, “a lo que me he dedicado siempre y que no es lo que muestran los medios”, para promover la cultura en este momento especial de la historia de nuestro país.
Hace más de dos años que Karina Oliva no da una entrevista. Mantiene un perfil bajo y del caso judicial solo habla su abogado. Pero se mantiene activa. Y sus casi 31 mil seguidores en la red social Instagram se mantienen al tanto y le dan muchos likes y comentarios positivos al relato fotográfico que muestra hoy de su vida, lejos de la política.
Así, en medio del ajetreo de la actividad que llena el Zócalo de la sede comunal, accede a conversar con El Desconcierto, con la única condición de no hablar del caso que la tuvo en primera plana en 2021, que fue cerrado sin cargos en su contra y tampoco para su equipo de campaña por el Servicio Electoral en abril pasado, pero que, hace pocas semanas, volvió a los medios de prensa porque la Fiscalía Sur, que cuestiona el rol y la actuación de la fundación “Chile Movilizado”, con la que llevó a cabo su postulación al Gobierno Regional Metropolitano.
Sí la motiva hablar “de los 50 años”, porque siente que “duele mucho negar que ocurrió una historia trágica en la que hay tantos chilenos y chilenas que aún no sabemos dónde están y para quienes aún falta justicia”.
-Muchos dicen que Chile está más dividido este 2023...
-Pero yo tengo fe. Tengo fe en los trabajadores, en su destino.
Confiesa que la perturba “que todavía algunos quieren cuestionar lo que fue el gobierno de la Unidad Popular”, el que ella define “como el único de nuestra historia que ha significado tanto para el pueblo”.
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También confiesa que le duele que haya quienes quieran responsabilizar a Salvador Allende del quiebre democrático que cumple medio siglo, hito que atribuye “a la decisión deliberada de algunos, tanto chilenos como extranjeros, de intervenir el proyecto de la Unidad Popular, un gobierno que fue desestabilizado, maltratado, violentado. Y eso no lo podemos permitir y tenemos que darnos cuenta que las democracias no se dan porque sí”.
Al respecto, la politóloga afirma que “no porque se haya ganado el Plebiscito el 88' o porque hayamos logrado cierto grado de alternancia en el poder, significa que los fantasmas de lo autoritario o la negación del otro no pueda volver a repetirse”.
-¿Volverías a la política, Karina? ¿Te gustaría volver a la primera fila?
-A mí me gusta trabajar con las organizaciones, en el barrio, el territorio. Pero, sí. Soy alguien de profesión, formación y convicción, que hace política desde que se levanta hasta que se acuesta. Le guste a quien le guste. Me gusta hacerlo, lo disfruto y seguiré en eso.
-Entonces, ¿volverás?
-Cuando uno está en esto (la política), tiene que saber que hay golpes. Y de los golpes uno se tiene que levantar, sacudir y nunca dejar de sonreír.