Escuelas rurales sin agua: el grave impacto en la educación pública rural en Chile
A fines del año pasado, una noticia de Chile dio la vuelta al mundo: una escuela de Petorca cerraba sus puertas anticipadamente por la falta de agua en el sector; causada en iguales partes por la megasequía y la sobreexplotación agrícola según estudios. Desde ese momento, las fichas comenzaron a moverse en Petorca para buscar una solución a la falta de agua en los colegios.
Con financiamiento municipal, instalaron grandes tanques en cada escuela con bombas para aumentar la presión del agua, y junto a la Seremi de Salud se capacitaron para limpiar y mantener los tanques en buen estado. El sistema se llena con el agua de los comités de agua potable rural (APR) y si hay cortes en la tarde, las escuelas pueden seguir funcionando para cumplir la jornada completa. Pero el de Petorca no es un caso aislado: según un estudio de la Fundación Amulén, el 40,4% de las escuelas rurales del país se abastecen de agua potable de manera informal; con camiones aljibe o desde pozos, vertientes y esteros.
Según UNICEF, para retornar a clases en pandemia garantizando el interés superior de las y los niños, “el agua potable y las instalaciones de saneamiento e higiene constituirán una parte esencial para reabrir las escuelas de forma segura. Las administraciones educativas deben examinar opciones para mejorar las medidas de higiene, incluído el lavado de manos, el protocolo, el distanciamiento físico, los procedimientos de limpieza de las instalaciones y la preparación de alimentos en condición de seguridad”.
Mientras los colegios de las zonas rurales del país encuentran sus propias soluciones, alertan que no son suficientes para paliar la crisis estructural de acceso al agua. “En Petorca se viola el derecho humano al agua, y eso también impactó en el derecho a la educación. Y aunque encontramos una solución, es una solución parche. El problema de falta de agua y el extractivismo persiste en el territorio. Nuestros niños llegan a su casa y sus familias no tienen agua. Lo necesario es que exista un cambio de modelo y una redistribución del agua para recuperar los ecosistemas y priorizar el consumo humano”, reclama Nicolás Quiroz, ex director del colegio de Petorca que cerró y que ahora se encarga del tema desde el Departamento de Educación de Petorca.
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Asegurando el agua potable en las escuelas
Ante una vuelta a clases presenciales obligatoria tras dos años de pandemia, encierro y clases virtuales, los municipios han tenido que extremar medidas para abastecer de agua a las escuelas. Algunos lugares, como Petorca o La Ligua que sufren hace años por la escasez hídrica, instalaron tanques y bombas para asegurar el abastecimiento de agua incluso cuando hay cortes en la ciudad. Es el caso también de la localidad de El Melón, donde a pesar del racionamiento de agua indefinido que comenzó a mitad de febrero, tienen sistemas para abastecer de agua a los colegios, aunque continúa el temor en las y los vecinos por la cada vez más crítica situación hídrica y la posibilidad de que afecte los servicios educativos o de salud.
En otras zonas, el regreso presencial a clases ha significado un desafío mayor, como el de Río Hurtado en la región de Coquimbo, donde se había solicitado a Sermi de Educación iniciar las clases con media jornada durante 5 meses en algunos colegios, para ganar tiempo y gestionar soluciones que aseguren una vuelta segura a clases con jornada completa. La solicitud fue denegada y a cambio les ofrecieron atrasar el inicio de clases hasta el 28 de marzo. “Esto no es lo que necesitamos. Para nosotros es importante volver a clases pero con flexibilidad para poder hacer las gestiones necesarias para que la situación no empeore a futuro. Ahora estamos acarreando agua con camiones aljibe de algunos APR con agua a los que están sin agua, mientras esperamos que asuman las nuevas autoridades para poder elevar la solicitud”, comenta la alcaldesa de Río Hurtado, Carmen Olivares.
En otros colegios se ha recurrido a iniciativas y proyectos privados para mejorar el acceso al agua potable y su calidad. Es el caso de dos colegios en Curicó y Ñuble, donde la empresa Cosecha de Agua instaló un sistema de captación y tratamiento de aguas lluvias; emprendimiento que pretenden extender a otras escuelas durante el 2022. O el proyecto Agua Segura de la cervecería AB InBev y la fundación Amulén, que ha instalado sistemas de agua potable en colegios de Til Til y Olmué.
“Las escuelas rurales cumplen un rol transversal en la población rural. No sólo son un centro de formación sino también un punto de encuentro comunitario y muchas veces de alimentación para miles de niños. En casos donde los establecimientos no puedan asegurar un abastecimiento confiable, se deben buscar nuevas fuentes de suministro, solicitar ayuda externa o incluso cerrar los establecimientos. Esto implica perjuicios importantes para los docentes y estudiantes, ya que no sólo deben preocuparse de la educación, sino que también de encontrar las mínimas condiciones para ello”, se explica en el estudio Educar sin Agua de la Fundación Amulén.
El problema estructural
“La problemática de trasladar agua en camiones aljibe la viven varios municipios rurales que cada vez dan menos a basto y deben pedir ayuda a las gobernaciones provinciales para que consigan camiones aljibe. El transporte de agua y el arriendo o compra de camiones aljibe es muy caro, y ya tener un solo camión no alcanza, hay que tener de 5 a 10 camiones transitando en cada comuna. Y sobre todo pensando en establecimientos educacionales no basta con llevar agua una vez por semana, sino prácticamente todos los días. Es una situación que ya hemos planteado con las autoridades entrantes y que pretendemos seguir reuniéndonos para visibilizar”, comenta el alcalde de Pelarco y presidente de la Comisión de Educación de la Asociación Chilena de Municipalidades.
La falta de agua y la mala distribución de ella cruza transversalmente todo el país, y tiene a una buena parte de las comunas de Chile con decretos de escasez hídrica. Para muchos y muchas activistas que luchan por el derecho al agua, la esperanza radica en la convención constitucional, donde están en discusión normas para garantizar el derecho al agua, crear una nueva institucionalidad del agua o caducar los derechos de agua y generar una redistribución.