Directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS: “El 70% de los últimos brotes epidémicos han comenzado con la deforestación”
La deforestación aumenta la exposición humana a nuevas enfermedades infecciosas al desplazar especies de la vida silvestre, acercándolas a otras especies y a los humanos.
Múltiples estudios científicos muestran un vínculo entre la deforestación y el mayor riesgo de zoonosis, es decir enfermedades infecciosas que se transmiten entre humanos y otros animales y que puede ser causada por virus, bacterias, parásitos y hongos.
En este sentido, en conversación con el medio El País (España), la médica española María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reiteró la necesidad de que los Gobiernos y las personas entiendan que el cambio climático y la destrucción de la naturaleza son un problema de salud pública, no una cuestión de ecología o activismo.
Para Neira, la pandemia del coronavirus es una prueba más de la peligrosa relación entre los virus y las presiones del ser humano al medio ambiente.
Por ello la directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS propone una revolución saludable, positiva y verde, que tenga como pilar fundamental la rápida transición hacía energías limpias.
Epidemias y deforestación
De acuerdo a la científica, magíster en salud pública y en nutrición las prácticas de deforestación intensa, que se hacen siempre en nombre de la economía a corto plazo, tienen efectos devastadores para el futuro de la humanidad.
“Al cortar la selva para remplazarla por agricultura intensiva y contaminante, los animales que viven en esos lugares donde el hombre no ha entrado sufren profundas transformaciones. Aparecen especies con las que no estábamos en contacto y que nos pueden transmitir enfermedades”.
En este sentido, Neira, señaló que pasar de tener una foresta tropical a un cultivo, con abonos y pesticidas que nunca habían entrado a ese ecosistema, altera el tipo de vectores que pueden transmitir los virus. La deforestación es una forma de tumbar esa barrera ambiental entre especies que nos protege de forma natural.
“Un ejemplo claro de este fenómeno es el virus del ébola, que saltó de los murciélagos frugívoros de las selvas de África occidental a los humanos y desató el contagio. Lo grave es que pasó lo mismo con el sida y con el SARS. El 70% de los últimos brotes epidémicos que hemos sufrido tiene su origen en la deforestación y en esa ruptura violenta con los ecosistemas y sus especies” explicó la científica.