El quite del cupo para el ascenso directo de Segunda División a Primera B, que desencadenó como efecto más importante y visible el llamado a paro de parte del Sindicato de Futbolistas Profesionales, no fue solo un dolor de cabeza, sino que terminó siendo una migraña crónica para la ANFP, principalmente porque parecía ser un problema sin solución.

En Quilín saben que no hay una fórmula simple -y que no deje heridos- para arreglar este entuerto. Además, para complicarle aún más la vida a Pablo Milad y compañía, requiere cuatro quintos de los votos (39 de 49) del Consejo de Presidentes para ser aprobada.

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La fórmula será presentada en el Consejo de Presidentes del viernes, a las 17.30. La idea es que sea socializada y aceptada por la gran mayoría de los clubes antes de la sesión y que se llegue a la reunión solo a aprobarla. Con ella, se levantaría el Paro y la Supercopa del domingo entre Colo Colo y Universidad Católica se jugaría con futbolistas profesionales. De lo contrario, la final sería con juveniles sin contrato.

El plan maestro

La propuesta incorpora una modificación de las Bases de la Primera B temporada 2021 en su artículo 86, que es el que determina los descensos. Actualmente baja el último de la B y el penúltimo dirime con el campeón de Segunda, lo que se convirtió en el gran foco de este conflicto.

Lo que se propone es la creación de dos tablas. Una que se llamará Tabla Absoluta 2021, y que mandará a Segunda a quien termine último al final de la presente temporada. Y la otra será la Tabla de los Promedios 2021-2022, que considerará los puntos de los dos últimos años, divididos por la cantidad de partidos jugados. El último de esta tabla descenderá a fines de 2022, junto con el último de la Tabla Absoluta 2022. Se especifica que si el colista es el mismo de la Tabla Absoluta 2022, será reemplazado por el penúltimo de la Tabla de Promedios 2021-2022.

En resumen, la propuesta plantea que en 2021 bajará un equipo a Segunda y subirá otro a Primera B. Y que recién a fines de 2022 descenderán dos equipos desde Primera B y seguirá subiendo uno directamente desde la Segunda División. La propuesta incorpora un dato no menor: que todos partidos de definición contarán con el uso de la tecnología VAR.

Reforma de estatutos

La finalización irregular del torneo de 2019 debido al estallido social dejó a la Primera División con 18 equipos y a la Primera B con 15. La idea era que en el torneo de 2022 ambas divisiones tuvieran 16 equipos cada una. Con la modificación propuesta, el equilibrio se conseguirá recién en 2023.

El plan requiere también la modificación de los Estatutos de la ANFP en su artículo quinto. Con ello se establece que en 2021 habrá 17 equipos en Primera y 16 en Primera B. El 2022, 16 en Primera y 17 en Primera B, y recién en 2023 habrá 16 en cada una de las divisiones.

¿Las platas del ex CDF?

Al modificarse el número de clubes por división, se altera el equilibrio de los ingresos de los clubes. La repartición de ingresos por el licenciamiento del ex CDF establece 16 clubes en cada división y es un documento intocable.

Por lo tanto, para evitar que compitan clubes sin los ingresos que entrega TNT Sports en Primera B, que actualmente son aproximadamente 80 millones de pesos mensuales, se plantea la creación de un artículo noveno transitorio en los estatutos que cree un fondo obligatorio con aportes de los clubes de Primera y Primera B que ayude a financiar a quien ascienda desde Segunda a Primera B a fines del 2021.

El plan contempla que los clubes aportarán el 1% de los ingresos del ex Canal del Fútbol. La ANFP subvencionará la diferencia que el fondo no alcance a cubrir, para que así el "club número 17" reciba una cuota similar a la del resto de los equipos participantes de la Primera B.

Milad se juega gran parte de su futuro con esta propuesta, que no es nada de simple, que altera campeonatos y tablas, pero que parece ser la única solución para evitar el temido paro del Sifup.