El Panul bajo amenaza: El acecho de las inmobiliarias al único bosque nativo de Santiago

El Panul bajo amenaza: El acecho de las inmobiliarias al único bosque nativo de Santiago

Por: El Desconcierto | 09.03.2018
Con la llegada de Sebastián Piñera al gobierno, se hace urgente revisar las medidas de protección de uno de los últimos reductos de vegetación nativa dentro del radio urbano Santiago: el Bosque Panul, que por su fácil acceso ha sido constantemente amenazado por inmobiliarias pertenecientes a los grandes grupos empresariales del país y que ven una gran oportunidad de inversión. Todo esto sin tomar en cuenta el daño medioambiental irreparable que esto conlleva.

Ubicado a los pies de la Sierra de Ramón, en la comuna de la Florida, el bosque esclerófilo nativo Panul es la última masa forestal de estas características que queda en la ciudad de Santiago. ¿Que significa que sea esclerófilo? Se trata de un tipo de bosque que crece sólo en zonas templadas de temporadas secas prolongadas. Las hojas de sus árboles son siempre verde y las raíces de estos son muy duras, de esta forma consumen agua subterránea para mantenerse durante todo el año. Este tipo de bosque existe sólo en cinco lugares en el mundo.

Alberga diversas especies, entre su flora destacan el espino, el quillay, el litre, el peumo y la alstroemeria. En su fauna podemos encontrar el pequén, la loica, el zorro culpeo, la culebra de cola corta, la mariposa del chagual, la iguana chile y la yaca (uno de los únicos marsupiales en Chile). Así, contiene un complejo ecosistema que se mantiene vivo pese a los cambios climáticos. Otorga además otros importantes beneficios: previene aluviones gracias a la filtración de aguas lluvia por sus napas subterráneas, sus raíces mantienen firme la tierra por lo que frenan las caídas de las rocas y, además, limpia el aire de Santiago, atrapando las partículas en suspensión generadas en la ciudad.

Todos estos factores no han sido suficientes para declarar el bosque como Parque Público y así asegurar su cuidado y protección de proyectos inmobiliarios. El bosque Panul arrastra un historial de movilización y organización por parte de sus vecinos, usuarios y ambientalistas. Este se remonta a los años '90, cuando vecinos del sector empezaron a reunirse para buscar la protección del bosque frente al avance de la construcción de casas hacia la precordillera. En el año 2006 se realiza la primera marcha por la defensa de este territorio y se crea la Red por Defensa de la Precordillera que, en base a un fuerte trabajo, ha podido frenar proyectos aprobados por el Municipio y el Ministerio de la Vivienda.

Pero la vulnerabilidad del bosque tiene un inicio. El Panul era un terreno público perteneciente a la Universidad de Chile hasta 1978, cuando el Gobierno Militar lo remató por un millón de pesos a una familia. Esto actualmente equivale a 15 millones de pesos por 500 hectáreas de bosque, según la tasación hecha por la Red, el parque podría estar a  valuado en 3 mil millones de pesos. Sin embargo, la familia que se adjudicó el terreno pide al Estado 40 mil millones de pesos por este y es aquí donde el Estado dio marcha atrás en la compra del terreno para su protección. Según la legislación vigente, es ilegal que el privado determine el precio, pues el Estado es quien debe comprar a “valor de mercado”.

Los últimos años no han mostrado grandes avances en esta materia. Por la planificación de Santiago el Panul debiese tener sus días contados. Se estima que de aquí al 2022 haya 10 millones de personas viviendo en Santiago, lo que vuelve urgente la construcción de viviendas. De esta manera, según investigaciones llevadas a cabo por la Red, quienes tienen el capital de inversión para estos proyectos son quienes en gran medida han acomodado las leyes para habilitar la construcción dejando los asuntos medioambientales en último término.

En el año 2008 se presentó un proyecto inmobiliario por Gesterra que buscaba construir 1.300 casas, gracias a la fuerte organización y movilización de la recién conformada Red por la Defensa de la Precordillera es que el proyecto se retiró y Gesterra entregó el 27 de febrero del 2010 una solicitud de desestimiento. No obstante, el proyecto se volvió a presentar y fue el director del Servicio de Evaluación Ambiental que puso término anticipado de la evaluación, en enero del 2012, ya que el proyecto carecía u omitía información esencial para ser evaluado. En la misma línea, la Red ha llevado a cabo un intenso trabajo territorial, en el que además dialogó con la Intendencia y el Ejecutivo (Claudio Orrego y Michelle Bachelet), quienes reconocieron la validez de su protección y se comprometieron a hacerlo. Sin embargo, en cuanto a acciones concretas, no ha pasado nada.

Matrimonio Inmobiliarias-Estado

Syngenta, Enaco y Sinergia son los nombres de los conglomerados empresariales de inversión detrás de los proyectos inmobiliarios en el bosque Panul. Si bien durante todo el periodo presidencial de la Concertación -y posteriormente de la Nueva Mayoría- no hubo intención alguna de protección del bosque, salvo por parte de la organización de la Red, es en el gobierno de Sebastián Piñera donde se dejó ver el avasallamiento ecológico que exige un modelo económico como el actual.

El 16 de diciembre del 2013, en el primer periodo presidencial del próximo mandatario, se derogó en secreto y sin consulta pública la norma anual de particulado PM10. Es decir, se permitiría la instalación de más industrias en zonas que están saturadas de contaminación como Santiago flexibilizando las exigencias ambientales. La Red, en un trabajo en conjunto con La Clínica de Derecho Ambiental de la Universidad Diego Portales -quien los patrocinó-, logró revertir esa norma en el gobierno de Michelle Bachelet. Sin embargo, en ese periodo se aprobaron muchos proyectos inmobiliarios que no pasaron por la evaluación ambiental. Del mismo modo, se espera que esto vuelva a ser modificado en el nuevo gobierno de Sebastián Piñera, pues ha sido una de las aristas de su campaña generar un “shock de inversión para llevar al país al desarrollo”.

Una de las razones para pensarlo es debido a que en su gobierno anterior, el 2 de agosto del 2010 específicamente, fue creado el Comité Intergubernamental de Agilización de Proyectos de Inversión (CAI) cuando Pablo Longueira era Ministro de Economía. El objetivo de este comité era destrabar proyectos emblemáticos a través de asesorías para su pronta puesta en marcha. En su momento fue altamente cuestionado por la Contraloría, pues su intervención sobreparasaba la función asesora para la que fue creado y “aceleraba” los procesos saltándose la institucionalidad. Hoy, el actual presidente electo reeditará este comité, a través de la “Oficina de gestión de proyectos de inversión”.

La Red y el trabajo territorial

Haciendo frente a todas las amenazas por parte de las inmobiliarias, la Red se ha mantenido activa tanto en el trabajo territorial como en la elaboración de propuestas. Se han presentado proyectos de protección al Ejecutivo en los que como autoridad sólo deben declarar su protección y serán los mismos usuarios quienes se harán cargo de las tareas de limpieza. Además, se generó una brigada de voluntarios que ha apagado los numerosos incendios (algunos intencionales) de lo que ha sido víctima el Bosque. Tanto la brigada como la misma Red ha recibido amedrentamientos y amenazas de distintos tipo, como el robo de todos los letreros y señalética del bosque.

A partir de estos hechos se decidió generar una plataforma con un objetivo en común: “Generación de un Parque Público en el Panul”, a la cual muchas organizaciones se han plegado.

En enero del presente año se envió una carta a la Presidenta Michelle Bachelet y al Alcalde Rodolfo Carter incitando a la creación de este Parque, la carta fue firmada por más de 80 organizaciones entre académicos, científicos, instituciones y juntas de vecinos, entre otros. La Intendencia también recibió la correspondiente notificación. No ha habido respuesta por ninguna de las partes. El gobierno de Bachelet termina sin haber protegido el Bosque Panul dejando inciertas expectativas de lo que podría ocurrir con él en el futuro.