No solo aceite: Los derrames de camiones con hidrocarburo que contaminan salares y agua potable en el altiplano
Guardaparques de Conaf siguen limpiando aceite derramada en el lago Chungará y bofedales dentro del Parque Nacional Lauca, por el volcamiento de un camión de matrícula boliviana en la ruta 11CH que cruza el parque. El daño ambiental aún se está evaluando pero murieron decenas de aves y se contaminaron seis hectáreas de bofedales que absorbieron el aceite en su estructura esponjosa.
Este hecho ilustra un problema que se repite en distintos lugares del altiplano, con tránsito de camiones que levantan el polvo del seco desierto contaminando salares y lagunas protegidas, o se vuelcan derramando hidrocarburos en ecosistemas críticos que son de las más importantes fuentes de agua en el norte.
Derrames constantes
En mazo de este mismo año se volcó un camión en la misma ruta al interior del mismo parque nacional, derramando 10 mil litros de crudo sobre los ecosistemas. Otro caso ocurrió en abril de 2024 en la misma ruta pero a la altura de Socoroma, antes de llegar al Parque Nacional Lauca.
Esta vez la contaminación no solo afectó ecosistemas sino que dejó a la localidad rural sin agua potable. El camión de origen boliviano volcó derramando 3 mil litros de hidrocarburos que contaminaron el estanque de riego y el sistema de Agua Potable Rural de la localidad.
A fines de 2024 los agricultores de Socoroma afectados recibieron bonos de entre $500 mil y $ 1 millón por los daños ocasionados. Según destaca la dirigenta de la fundación Aka Pacha, Natalia Gutiérrez, las personas de la localidad aún no confían en la calidad del agua que tienen disponible.
La fundación Aka Pacha realizó un informe financiado por un fondo del Ministerio de Medio Ambiente, que describe una seguidilla de vertimientos detectados desde 1990 en la ruta que atraviesa la provincia de Parinacota. En él, se propone crear un plan comunitario para que las y los vecinos de la zona puedan prevenir y recuperarse luego de estos eventos.
“El problema no es puntual, es estructural. Estos derrames están destruyendo un ecosistema frágil y un territorio ancestral. Es necesario que el Estado actúe con urgencia y enfoque territorial”, declaró Gutiérrez ante medios locales durante el lanzamiento del informe.
Otra ruta
Otra ruta afectada por esta situación es la que cruza la localidad de Ollagüe en la frontera con Bolivia, donde se han registrado derrames de hidrocarburos en los últimos años, contaminando salares y cursos de agua.
En 2022 un camión de la empresa boliviana Hidro Atlantis que transportaba diésel desde Mejillones hasta Oruro volcó en la ruta derramando 30 mil litros de combustible, infiltrándose cran parte de este derrame en el Salar de Carcote. La comunidad quechua de la zona cortó la ruta en protesta debido al grave daño ambiental.
En agosto de 2023 otro camión de patente boliviana chocó con una capilla en el sector del salar de Ascotán en la misma ruta, derramando 32 mil litros de petróleo y destruyendo parte del santuario. Ese mismo año otro camión boliviano volcó en la misma ruta derramando 15 mil litros de diésel, también en el salar de Ascotán.
Pobladores de la zona también han alzado la voz buscando soluciones para las emergencias pero también llamando a una solución de largo plazo que regule el paso de estos camiones por rutas que cruzan ecosistemas sensibles no solo para el medio ambiente sino para los modos de subsistencia de comunidades altoandinas.