Política pública a ciegas: Más de cien mil personas haitianas no figuran en el censo 2024
A través de una comparación de dos fuentes estadísticas sobre la población haitiana, identificamos un gran reto para la política pública fundamentada en evidencia. Hay dos principales fuentes estadísticas para conocer la población extranjera en Chile. En primer lugar el CENSO que se realiza cada 10 años y es liderado por el INE (Instituto Nacional de Estadísticas).
En segundo lugar, las “Estimaciones de Población Extranjera” realizadas anualmente por el INE y Sermig (Servicio Nacional de Migraciones). Esta última, utiliza una metodología que considera los datos correspondientes al Censo Nacional de Población 2017 (en adelante CENSO) junto a los registros administrativos después del CENSO cuyas fuentes son Sermig, Minrel, PDI y Mineduc.
Según la estimación de población extranjera, cuyo informe fue elaborado por INE-Sermig con base en el CENSO 2017, se estimó que al 31 de diciembre del 2023 la población haitiana residente en Chile era de 188.131 personas. Por su parte, el CENSO (2024) que contiene datos recogidos por INE entre el 9 de marzo y el 31 de julio del año 2024 arroja un número de 80.781 personas haitianas residiendo en Chile. Al comparar ambas fuentes hay una diferencia de 107.350 personas. ¿Qué pasó con las más de 100 mil personas haitianas que no registró el censo?
La minuta de población haitiana en Chile emitida por el Serming (2024) ofrece una respuesta: Las estimaciones reflejan los actos administrativos, por lo que no entregan cifras exactas de migrantes residentes en Chile. Aun así, permiten observar tendencias de asentamiento de la población migrante en el país.
Por su parte, el anuario estadístico del SJM año 2024 estableció una comparación entre las estimaciones previas de población extranjera y el CENSO 2024. El Documento Metodológico de la última estimación INE-Sermig citado por el SJM (2024) señala que las estimaciones incluyen personas en situación migratoria irregular que, sin trámites en curso, han sido identificadas por otros registros que permiten inferir una permanencia mínima de seis meses en Chile.
Esto significa que la permanencia se determina de forma indirecta mediante fuentes como el empadronamiento biométrico (SERMIG), matrículas escolares sin RUN (MINEDUC), registros de partes policiales (PDI) y el vencimiento de prórrogas de turismo. Por lo cual se presume que estas personas siguen en el país cuando no consta en ellos una salida como último movimiento migratorio ni un registro de defunción.
El punto es que detrás de los números hay trayectorias migratorias que son difíciles de seguir. La salida por paso no habilitado es un dato incierto. En este sentido, la literatura académica, la prensa y la UNICEF señalan que desde el año 2020 ha habido un éxodo de personas haitianas, infantes de nacionalidad chilena y mujeres embarazadas hacia Estados Unidos, pasando por México, desde Chile y Brasil. En algunos casos cruzando en arriesgadas rutas terrestres por el Tampón del Darién.
Al mismo tiempo se han mantenido los ingresos por la vía de reunificación familiar (SJM, 2024) que se traduce en una estabilización del colectivo haitiano en Chile desde el año 2018 y no en un aumento de esta población hasta el año 2023 (Gráfico 1):
El gráfico muestra las estimaciones de extranjeros, acorde al SERMIG 2023.
Otro desafío para la elaboración estadística, es la movilidad interna de las personas migrantes internacionales dentro de Chile. Producto de las graves crisis que afectan a los países de origen, la población migrante habita los territorios de forma muy dinámica en la búsqueda de mejores oportunidades laborales. A su vez, dentro de la población extranjera irregular, existe un temor a ser sancionados, el cual genera un rechazo a la interrogación censal y, en consecuencia, quedan invisibles para la estadística.
Las dificultades metodológica tienen como resultado personas “invisibles" ante la estadística. Así surge el gran desafío: ¿Cómo gobernar una realidad que no se logra medir con precisión?
La superación de estos vacíos estadísticos será determinante para la construcción de políticas migratorias más coherentes con la realidad demográfica y local.
*Esta columna también fue escrita por Hedilberto Aguilar, Dr. en Estudios Latinoamericanos (UNAM). Integrante del Instituto de Estudios Culturales y Territoriales, de la Universidad Arturo Prat.