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La retención de las y los profesores noveles en el sistema escolar: Un desafío para la política pública
Foto: El Desconcierto

La retención de las y los profesores noveles en el sistema escolar: Un desafío para la política pública

Por: Mauricio Arce Argomedo | 31.10.2025
Las políticas públicas en educación deben ir más allá de la formación inicial y poner un énfasis especial en el apoyo a las y los profesores noveles, implementando y fortaleciendo programas de mentoría, de modo que este período de inserción profesional sea un proceso de formación integral que provea mecanismos de acogida profesional, acompañamiento y formación continua a las y los profesores noveles de manera de potenciar sus habilidades pedagógicas y su desarrollo profesional posterior.

Contar con buenos profesores y profesoras, preparados académica y pedagógicamente es una necesidad social de primer orden, pues sin ellos es casi imposible que un sistema educativo responda adecuadamente a los desafíos que presenta la sociedad actual. No obstante, en los últimos años, la creciente escasez de docentes se ha convertido en una preocupación global.

En la Cumbre Mundial sobre Docentes, organizada por la UNESCO y el Gobierno de Chile en agosto del presente año se discutió precisamente acerca de las dificultades y desafíos de los sistemas educativos, en particular la creciente falta de docentes a nivel global (se necesitarán 44 millones de nuevos profesores en el mundo para el año 2030 para garantizar un acceso igualitario a la educación). Por otra parte, en el contexto chileno, existe preocupación en las Facultades de Educación que se consolide la tendencia a la baja en las matrículas al aumentar los requisitos de ingreso a Pedagogía, como plantea la normativa vigente.

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Sin embargo, centrar la atención solo en el déficit de profesores es limitar el análisis a solo una parte del problema. Sí, el mundo necesita urgentemente más profesores, pero este no solo es un problema de cantidad de nuevos docentes, sino que, principalmente, de cómo disminuimos la deserción de las y los profesores noveles, es decir, aquellos que recién comienzan su carrera en el sistema educativo, evitando que abandonen la sala sus primeros años de ejercicio profesional, como lamentablemente ocurre en muchos países.

La deserción y abandono de la profesión docente no es un problema que solo afecta al profesor que se va. La alta rotación de docentes impacta directamente en la calidad educativa de los estudiantes, quienes pierden la continuidad en su proceso de aprendizaje. También afecta a las escuelas y a los equipos directivos, que deben lidiar constantemente con la búsqueda y formación de nuevos profesionales.

Los primeros años de ejercicio de la profesión docente no son una etapa fácil, por lo que los retos y desafíos que enfrentan las y los profesores noveles pueden influir en su decisión de continuar en la profesión docente. A menudo, estos maestros enfrentan un choque de realidad que los impulsa a salir del sistema escolar a los pocos años de su egreso de la educación superior: las aulas no siempre reflejan los escenarios ideales que vieron en la universidad.

Si bien la preparación que pueda recibir un docente en formación durante su paso por la Educación Superior para hacerse cargo de las complejidades del aula es clave para enfrentar dichos desafíos, es en los primeros años de ejercicio de la profesión docente donde tiene lugar una etapa de aprendizaje fundamental en el proceso de convertirse en profesor y profesora.

Como señala el investigador español Carlos Marcelo, esta es una etapa de tensiones y aprendizajes intensivos en contextos generalmente desconocidos y durante el cual los profesores principiantes deben adquirir conocimiento profesional, además de conseguir mantener un cierto equilibrio personal que les permita convertirse en un profesional autónomo.

Por otra parte, las y los docentes noveles suelen experimentar una sensación de soledad al incorporarse a un establecimiento educacional, lo que se ve agravado por la sobrecarga laboral que enfrenta la profesión. Las y los docentes noveles se sienten muchas veces aislados dentro del equipo docente y que su voz es poco escuchada en las decisiones de la escuela, argumentando su poca experiencia, lo que agrava la sensación.

Esta sensación de aislamiento se agudiza cuando no existen mecanismos formales de acompañamiento a la inserción profesional, cuando existe con poca o nula retroalimentación y no cuentan aún con una red de apoyo que les ayude a sobrellevar las dificultades cotidianas.

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La buena noticia es que existen soluciones probadas y efectivas. Una de las más poderosas son los programas de mentoría, donde un docente experimentado puede guiar al profesor novel, ofreciéndole no solo consejos pedagógicos, sino también apoyo emocional y práctico. Este acompañamiento reduce la sensación de soledad y aumenta la confianza.

En el caso de Chile, la implementación de programas de este tipo, donde las y los profesores noveles reciben la guía de mentores ha demostrado ser exitoso al fomentar la colaboración, el intercambio de buenas prácticas y, lo más importante, la retención de los nuevos talentos en el sistema escolar, aun cuando su implementación no está exenta de desafíos.

A menudo, estos programas enfrentan limitaciones de financiamiento, falta de tiempo para los docentes- mentores y la necesidad de que los programas se adapten a las dinámicas propias de cada comunidad escolar, por lo que es necesario potenciar este tipo de programas y comprenderlo desde sus propias dinámicas para generar mejoras.

La carencia global de profesores no se resolverá solo formando más maestros. Se resolverá creando las condiciones para que esos docentes se queden y prosperen en el sistema educativo.

Las políticas públicas en educación deben ir más allá de la formación inicial y poner un énfasis especial en el apoyo a las y los profesores noveles, implementando y fortaleciendo programas de mentoría, de modo que este período de inserción profesional sea un proceso de formación integral que provea mecanismos de acogida profesional, acompañamiento y formación continua a las y los profesores noveles de manera de potenciar sus habilidades pedagógicas y su desarrollo profesional posterior.

De esta manera, invertir en la permanencia de los docentes no es un gasto, sino que una inversión estratégica en la calidad educativa. Al apoyar a nuestros maestros desde el inicio de sus carreras, estamos construyendo sistemas educativos más fuertes, justos y preparados para el futuro.

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