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Foto: El Desconcierto

Eduardo Artés, candidato presidencial: "Solo un gobierno soberano puede hacer que los BRICS sean favorables para Chile"

Por: Gino Stock | 29.10.2025
En entrevista con El Desconcierto, el candidato presidencial Eduardo Artés abordó la "guerra mundial híbrida", la relación de Chile con los BRICS, la victoria electoral de Javier Milei en Argentina y la necesidad de una revolución cultural propia. Además, critica las absoluciones en el caso Penta y planteó la elección popular de jueces como reforma al sistema judicial.

Eduardo Artés, más conocido como "el profe", nos recibe en una locación en San Miguel, a pasos del metro Lo Vial. No se le nota el cansancio tras el debate del día anterior en Canal 13, pese a que nos juntamos temprano la mañana del lunes siguiente.

No le gusta mucho el formato. Poco tiempo para explayarse no ayuda cuando eres el único candidato que propone un modelo completamente distinto, que no busca administrar el sistema neoliberal actual, sino avanzar a una economía central planificada.

Acá nos vamos a poder explayar, le comento, poco antes de empezar una entrevista en la que hablamos sobre la situación global y los ejes actuales de poder, las elecciones en Argentina, la influencia de la extrema derecha en la juventud, la batalla cultural, y varias de sus propuestas para carrera presidencial, como la industrialización nacional, la protección del medioambiente, una reforma judicial, sus medidas para la crisis de seguridad y más.

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Guerra mundial híbrida y el papel de los BRICS

- Usted ha señalado recientemente que estamos viviendo una guerra mundial híbrida. ¿En qué consiste este concepto?

Estamos en una decadencia absoluta de lo que es el occidente colectivo. Europa Occidental prácticamente va tomando niveles o formas de vida propias del tercer mundo. Estados Unidos está en una crisis económica profunda. Ha tomado una serie de medidas para tratar de recuperar su lugar como primera potencia, pero no puede enfrentar de igual a igual a la República Popular China.

China ha logrado articular una cantidad de fuerzas, y ahí tenemos los BRICS. Aunque no es algo homogéneo desde un punto de vista ideológico ni político, en lo económico sí tienen acuerdos y dan mayores posibilidades al sur profundo para entrar en relación económica.

- Ayer en el debate, la candidata Matthei dijo que no le interesaban los BRICS. ¿Qué le parece esa respuesta, considerando que -por nombrar un caso- China es nuestro gran comprador de cobre?

Habla de una respuesta visceral de Evelyn Matthei, porque en los BRICS está Brasil, que también tenemos una relación comercial importante. Dejó fuera tres cuartas partes del mundo, porque está India, China, Sudáfrica, Brasil. Hoy van en treinta y tantos países que forman parte del BRICS. Fue una respuesta visceral.

Los dirigentes de China, a través de las embajadas, toman apuntes de estas cosas. En Brasil también, no quieren saber nada con nosotros si esta señora sale presidenta. Estados Unidos no tiene la capacidad de comprarnos ni todo el cobre que producimos, ni el litio.

- ¿Chile no pasaría de la hegemonía norteamericana a una dependencia de los BRICS? ¿Dónde queda la posibilidad de desarrollo de un país emergente?

Cualquier relación tiene que hacerse desde un comando a nivel del país, de un gobierno que sea realmente soberano e independiente. Solamente un gobierno soberano e independiente podría hacer que las ventajas que nos entrega el BRICS sean favorables.

Pensamos en tener una relación de no injerencia, de igualdad, de ganar ganando con todos, de no sometimiento, y buscar las mejores formas para nuestro propio desarrollo. Los BRICS son una buena posibilidad, pero si tenemos a la cabeza del país una oligarquía financiera, las relaciones irán en beneficio de ellos como sector económico, no del desarrollo del país ni de la población.

Foto: Eduardo Artés en Antesla Presidencial

Industrialización frente a potencias compradoras

- A China y Brasil, junto a otros países, no les conviene que Chile se industrialice porque les sale más barato comprarnos la materia prima. ¿Cómo se puede enfrentar -con eso en cuenta- la industrialización del país?

A nosotros nos conviene industrializarnos. Y si tenemos esto en la mano, no tengan la menor duda de que van a hacer negocio y van a ayudar a la industrialización. De hecho, China en un momento determinado ofreció desarrollar baterías de litio en Chile y eso no se tomó en cuenta. Podemos negociar en mejores condiciones. Eso depende de nosotros. Si tenemos esta forma de relacionarnos con el comercio exterior, van a aprovechar todas las ventajas que damos.

Argentina y el triunfo de Milei

- ¿Qué le parece la victoria del partido de Javier Milei, La Libertad Avanza, en las elecciones de medio término en Argentina?

Es una ganada relativa. El oponente que tenía Milei era bastante desgastado. El kirchnerismo en general, e inclusive organizaciones como la CGT de trabajadores, han estado negociando con Milei. No han hecho una política propia que pueda enfrentarlo. Ese es un elemento. El otro es que los niveles de abstención fueron brutales. Lo cierto es que si no fuera por el auxilio que le da Estados Unidos, Milei no podría seguir. Y es un préstamo para el consumo. Una vez que termina, ¿qué le queda a Argentina? Además, es una injerencia abierta de Estados Unidos en las elecciones y en la vida política de un país supuestamente independiente y soberano.

- ¿A costa de qué compromete Milei a Argentina en ese acuerdo con Estados Unidos?

Ya sabemos que está en tratativa una base militar en el extremo sur, que hay priorización del litio y las tierras raras con empresas norteamericanas. Hay algo detrás de todo eso. Creo que va a ser flor de un día. Los problemas sociales y económicos en Argentina son tan grandes que la propia gente que ha votado por Milei, si son de origen popular, van a salir a protestar. La CGT y los demás van a tener que ir a la movilización y tratar de presionar a Milei, porque se les cerró el camino electoral.

- Con Patricia Bullrich a cargo de la seguridad, ¿se viene una situación de alta represión en Argentina?

Es muy probable, porque muchos ya hablan de argentinazo. Hemos conocido cómo han sacado a presidentes en Argentina hasta en helicóptero. El pueblo argentino cuando le viene la bronca, le viene. La situación internacional va a conflictuar aún más. Lo que está sucediendo en el Caribe y en las costas venezolanas, ahora con Colombia en el Pacífico, va a crear un problema muy serio. Eso va a tener que movilizar al conjunto de América Latina, no solamente en Argentina, sino en Chile, en toda nuestra Sudamérica.

La batalla cultural

- Johannes Kaiser habla del concepto de batalla cultural en su programa. ¿Qué le parece este concepto y el estadio en que se encuentra?

Nosotros también hablamos de una revolución cultural, de colocar en primer plano valores de la soberanía, la independencia, la autodeterminación, y una cultura propia, nacional, que nos permita salirle al paso a toda la cultura estadounidense. Si no tenemos una identidad clara y definida, y tratamos de copiar la identidad de quienes se meten en nuestros asuntos internos, no tendremos la capacidad de pararnos frente a ellos.

Kaiser está derrotado de partida en ese plano, porque las formas culturales del occidente colectivo, lo que se llama la civilización occidental cristiana, no tiene nada de occidental y nada de cristiana. Los tulipanes son de Oriente, todo lo que conocemos de civilización en Occidente es Oriente. Hasta Cristo era de Oriente.

- En las redes sociales y en la llegada a los jóvenes, parece que la batalla cultural del Partido Republicano ha ido agarrando más vuelo que los movimientos de izquierda. ¿Cómo ve ese proceso en Chile?

Es una batalla cultural que se está dando fundamentalmente en la juventud, eso es verdad. Pero he estado en distintas sedes universitarias, desde la Universidad de la Frontera en Temuco hasta la Universidad de Tarapacá en Arica, pasando por Antofagasta, Coquimbo, La Serena, Santiago, la quinta región. Vemos algo distinto. También hay una franja fuerte de jóvenes que están en búsqueda y vienen a lo que es más tradicional de la izquierda.

A donde yo he ido, llegan jóvenes con literatura marxista para que uno les firme. Y no son pocos. Los debates han sido fuertes. Si se meten en mis redes sociales van a ver la cantidad de encuentros con jóvenes en las universidades, que a veces duran tardes enteras, mañanas enteras. En la Universidad Católica de Valparaíso estuve un día entero, una semana después de que habían echado a tres candidatos de una primaria.

- ¿Por qué no fue al debate de la ENADE?

El mensaje fue dado: que no nos vamos a inclinar frente al gran empresariado. Lo vamos a tratar de igual a igual estando en el gobierno. Ese es el mensaje concreto. Los otros candidatos parecían niñitos de kínder.

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Medio ambiente y desarrollo

- El tema del medio ambiente no está muy presente en los medios. Estamos en una situación compleja de crisis climática. ¿Qué piensa de esta situación?

Hay una regresión muy fuerte, y pasa fundamentalmente porque el discurso liberal ha sido comprado por el conjunto de las fuerzas que se autorreclaman progresistas de izquierda. Ves lo que plantea Claudio Orrego, Johannes Kaiser, de regularizar al máximo. ¿En beneficio de qué? ¿En beneficio de un país soberano e independiente? No, vamos a contaminar todo y después va a quedar la contaminación.

Foto: Eduardo Artés en Antesla Presidencial

Yo soy marxista y los marxistas decimos, como decía Carlos Marx, que el capital destruye las dos fuentes de la riqueza: al trabajador y a la naturaleza. Federico Engels decía que lo que se hace a la naturaleza se le hace al ser humano. Tenemos una política de desarrollo, de industrialización del país, de soberanía, pero teniendo en cuenta esto. La ciencia y la técnica hoy permiten industrializar sin contaminar.

Ves las fundiciones de cobre: parte del cobre se lleva como concentrado a Alemania, por ejemplo a Hamburgo, y hay una refinería de cobre en plena ciudad. Aquí se cierran, allá funcionan y no contaminan nada. Existe la técnica. Lo que sucede es que al refinarlo allá se quedan con el oro, la plata, las tierras raras. No nos dan cuenta de nada. Nuestra política es que la industrialización tiene que ser con los estándares de no contaminación.

- ¿Cómo se resuelve la dicotomía entre explotación de materias importantes para el interés nacional y derechos de pueblos originarios?

Hay que cautelar, en primera, segunda y hasta en tercera instancia, la decisión y la forma de vida de los pueblos y las comunidades que están allí. Eso debe respetarse en forma fundamental. Y de ahí para adelante podemos conversar, no al revés. Por ejemplo, en el norte, los problemas con los recursos de agua que se usan en la minería han hecho un daño increíble a las comunidades y a los pueblos que están desde mucho antes de que empezara la explotación minera a gran escala.

Seguridad y reinserción

- ¿Qué plantearía a nivel carcelario para mejorar el tema de reinserción y a nivel preventivo desde la educación?

Un gobierno nuestro tiene que volver a reencantar a la ciudadanía tras un sueño de comunidad y de sociedad. Habiendo ese sueño, las soluciones individuales frente a los conflictos juegan un papel más secundario, porque está en el centro un sueño colectivo, social, profundo. Es lo contrario de lo que pasa hoy en Chile, donde cualquiera quiere salvarse en lo personal. Hoy tenemos un 35% de nuestras niñas y niños que no duermen en cama propia.

No hay sueños, no hay deseos de nada. La reindustrialización del país, empleo digno y de calidad, va a permitir atacar aquello. Pero todo esto es a mediano y largo plazo. Tenemos lo inmediato, que es el tema de la delincuencia. Eso debe ser enfrentado en primer lugar con organización popular. Ya hay una serie de comités vecinales, algunos con algún grado de coordinación con la policía. Pero eso debe empoderarse fundamentalmente a los propios pobladores, a la propia gente.

- ¿Qué pasa con la delincuencia de cuello blanco?

Hay que pegarle muy fuerte al robo, al hurto, a la corrupción de alto nivel. Ese es un modelo. No le puedes decir a un joven que no salga a robarse un auto si arriba se están robando millones. Estoy de acuerdo con el levantamiento del secreto bancario absolutamente. No creo que deba haber secreto bancario, y lo que tiene secreto bancario debe ser porque tienen algo que ocultar. ¿Cómo le puedes decir a los jóvenes que sean correctos cuando ven que la gran empresa, el caso del pollo, se colude, roban cantidades, las isapres pagan por chirola, a pesito? Es un escándalo. Hay que ver dónde está el ejemplo.

Reforma a la justicia y el caso Penta

- ¿Qué le pareció la absolución en el caso Penta de Patricio Contesse, Pablo Longueira y otros?

Quedaron una serie de políticos prácticamente absueltos. Pero hay que ver qué ha pasado con Contesse y sus boletas falsas en Estados Unidos, donde incluso tuvo que pagar. No es verdad que no son delincuentes. Hay delincuencia ahí. En el caso de Marco Enrique Ominami hay que analizar un poco más, porque pareciera que también hay una intención política distinta. Pero no pongo las manos al fuego.

Creo que al haber mantenido casi 11 años toda esa faramalla, es justamente para que sean absueltos. No hay mejor manera de llegar a eso. Inclusive hay estudiosos que dicen que de adrede los abogados defensores hacían que esto se demorara, porque sabían que en la medida que pasara el tiempo, iba a llegar un momento en que prescribiera. Y fue por un fallo dividido. Dos juezas contra una, que sí decía que son culpables, y tenía razones poderosas.

- ¿Qué reforma es necesaria para que la gente recupere la fe en la justicia?

Hay que cambiarla en forma profunda. En México, por ejemplo, ya se están eligiendo por votación popular a distintos niveles los jueces. Todavía no los jueces de la Corte Suprema, pero tiene que llegarse a eso. Hay que transparentar todo. Es mentira que los jueces no tengan intereses, que no tengan política. Es como que los generales o los almirantes no tuvieran política. En la medida que haces todo transparente, es como puedes asegurar que quien está ejerciendo un cargo se cuide mucho más, porque sabe que al tener una tendencia determinada va a ser descubierto si está favoreciendo algo.

Foto: Eduardo Artés en Antesla Presidencial

Política económica y cierre

- ¿Qué temas le hubiera gustado tratar que no le han preguntado en otros medios?

Todos discuten mucho sobre cómo recortar gastos fiscales, pero no hay nada que recortar. Nosotros decimos que no hay nada que recortar, sino que hay que colocar más gastos, más inversión social. Hablamos de inversión social, no gasto social, que son dos conceptos distintos. Un Estado que no tiene recursos es un Estado fallido, más vale cerrar la puerta por dentro.

La subfacturación es otro tema, en el cobre, en todo lo que se lleva de concentrado. El tema de la renacionalización y la recuperación para una explotación nuestra del cobre es un tema que debiera tratarse con mayor profundidad y que estamos tratando de colocar en todos los debates.

- Para cerrar, le dejamos el espacio para que envíe un mensaje a los electores.

Tenemos una oportunidad de levantar una izquierda auténtica. ¿Qué significa? Que pongan en el centro los intereses del país, de los trabajadores, de los pueblos de Chile, y que defienda la soberanía y la justicia social. Esto significa una política antiimperialista, hay que decirlo con esas palabras. Y en lo interno, estar dispuesto a hacer las transformaciones, inclusive a nivel institucional, que la realidad exige.

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