Depresión juvenil: Las 4 señales de que tu hijo la padece y qué cambios no son normales en la adolescencia
Durante octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) realiza un llamado particular a sensibilizar sobre el cuidado del bienestar emocional y psicológico, como parte de la conmemoración del Mes de la Salud Mental.
Este año, la atención se ha centrado en los cuadros depresivos en adolescentes, una problemática que, según los últimos estudios realizados en Chile, afecta a un número preocupante de jóvenes.
En concreto, el 60% reconoce haber experimentado síntomas de depresión, ansiedad o estrés, aunque solo un 16,5% ha recibido atención profesional en algún momento de su vida.
¿Qué señales indican problemas de salud mental en adolescentes?
De acuerdo con Cindy Villalón, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad UNIACC, una de las señales más frecuentes es la pérdida de interés o placer por realizar actividades diarias.
Esta característica "se mantiene la mayor parte del día, casi todos los días, por al menos dos semanas”, indica la especialista.
Otro síntoma es la dificultad para concentrarse en el colegio y la complejidad de realizar tareas escolares, los que van acompañados de "sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza o inutilidad, y en algunos casos, la aparición de pensamientos relacionados con la muerte o el suicidio, lo que requiere especial atención”, explica.
Lo anterior, sumado a cambios drásticos en los hábitos cotidianos, como las alteraciones del sueño, del apetito o del rendimiento académico, pueden constituir señales de alarma.
A su vez, “el aislamiento social o el rechazo a compartir con amigos y familia suelen ser indicios que no deben pasar desapercibidos”, advirtió.
¿Cómo distinguir entre cambios normales de la adolescencia o depresión?
La especialista explicó que durante la adolescencia los cambios hormonales, junto con las presiones académicas o transformaciones en esta etapa son normales.
Sin embargo, un cuadro depresivo se caracteriza porque la tristeza, la irritabilidad o la pérdida de motivación perduran por semanas. En consecuencia, cuando "comienzan a interferir en la vida cotidiana, es momento de preocuparse”.
En ese sentido, la familia debe prestar atención a “la intensidad, la duración y el impacto de los síntomas".
Por ejemplo, es normal que el o la adolescente haya tenido un mal día y se siente agobiado. Sin embargo, "una tristeza constante que limita la funcionalidad puede ser el inicio de un trastorno del ánimo”.
La especialista destacó “el aislamiento, la pérdida de interés por actividades que antes disfrutaban, los cambios drásticos en el comportamiento, el descuido del aspecto personal y el bajo rendimiento académico sin causa aparente”.
Además, hizo un llamado a no minimizar las expresiones verbales de angustia: “Frases como ‘ya no tengo fuerzas para continuar’, ‘nada de lo que hago sirve’ o ‘a nadie le importo’ no deben minimizarse. Validar sus emociones y buscar apoyo profesional oportunamente puede marcar la diferencia”.
¿Por qué las y los adolescentes desarrollan depresión juvenil?
Villalón señaló que los adolescentes están sometidos a múltiples presiones: “el estrés académico, las exigencias sociales y familiares, la hiperconectividad digital y la comparación constante en redes sociales”.
A ello se agregan “experiencias de acoso escolar, violencia digital o soledad emocional, que se intensifican en entornos poco contenedores".
Otros factores son las dinámicas familiares, "como la falta de comunicación o la sobrecarga de expectativas”, explicó.