
Primera mujer chilena campeona del World Tour de Judo Mary Dee Vargas: “En la vida no hay nada imposible”
La judoca chilena Mary Dee Vargas, representante del Team Chile en la categoría -48 kilos, escribió una nueva página en la historia del deporte nacional al coronarse campeona del Grand Prix de Lima 2025, convirtiéndose en la primera mujer chilena en obtener un título del World Judo Tour, el circuito más importante del judo internacional.
Vargas ha sido campeona panamericana en múltiples ocasiones, dos veces medallista en Grand Prix internacionales y fue la primera mujer chilena en representar a nuestro país en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Su carrera ha estado marcada por la disciplina, el esfuerzo constante y la búsqueda de un lugar entre la élite mundial, en un deporte históricamente dominado por potencias asiáticas y europeas.
Formada en Chile Mary Dee comenzó a practicar la disciplina desde una temprana edad, y, con el paso del tiempo, se transformó en una referente del alto rendimiento. Su presencia en torneos del World Judo Tour –que reúne a las y los mejores competidores del planeta– ha sido clave para posicionar al judo chileno en el mapa mundial.
Con este triunfo, Mary Dee Vargas consolida su posición como una de las deportistas más destacadas del país y continúa su preparación con miras a los próximos Juegos Olímpicos, donde espera seguir haciendo historia para el judo chileno.
—¿Qué significa para ti llevar el nombre de Chile a nivel mundial?
Es algo super bonito. También hay que quererlo, responsabilizarse y abrazar ese papel. Como yo siempre les digo a mis compañeros, somos un ejemplo y los ojos están puestos en nosotros; por lo tanto, hay que dar el ejemplo. Y en ese sentido hay que ser responsables.
Las otras generaciones nos están observando permanentemente y hay que ser un digno ejemplo de los valores que queremos transmitir a través del deporte y a través del judo también.
Asumo este papel con mucho cariño, con mucha responsabilidad y siempre trato de manifestar todo lo que conozco y lo que he aprendido a lo largo de este proceso para que ojalá le sirva a los otros también y puedan mirar cómo las cosas se hacen.
—Más allá del reconocimiento, ¿qué crees que este logro dice sobre tu forma de entender el judo y la disciplina deportiva?
El judo, en especial, tiene algo muy bonito, que es esta filosofía de vida de aprender a caer y aprender a levantarse también. Creo que es un ejercicio que he practicado durante los últimos años. Ha sido muy duro estar en una carrera y en un rubro en donde inicialmente no teníamos el nivel para estar ahí y lentamente hemos ido acercándonos y hoy formamos parte de esa élite de los tops mundiales y nos acercamos cada vez más al objetivo de estar dentro de los deportistas más tops del judo mundial.
—A lo largo del camino, ¿hubo algún momento en que pensaste que no ibas a llegar hasta aquí? ¿Qué cambió en ti desde entonces?
Sí, efectivamente. Puedes entrenar y hacerlo todo y eso no va a garantizar que vaya a resultar. Entonces, siempre tiene que haber una cuota de fe y de creencia de por medio, donde te digas a ti mismo que lo vas a lograr y que todo se va a alinear para que en algún momento suceda.
Obviamente, hay que hacer muchísimo trabajo, hay que tratar de hacer las cosas bien, hay que tratar de abarcar todos los francos. No solo el deporte, sino lo que viene antes y después del deporte, como, por ejemplo, el descanso, la alimentación, todas las actividades que haces paralelamente del cuerpo y de la mente, y eso es super importante.
—¿Hay alguna enseñanza del tatami que hayas aplicado fuera del deporte, en tu vida cotidiana?
Sí, el judo es una filosofía de vida. Uno aprende a vivir y a enfrentar la vida desde ese punto de vista y es super bonito, porque al final, si bien somos atletas y somos competidores, tenemos un respeto muy grande siempre por el oponente, porque sabemos que es imposible mejorar sin el compañero. Es imposible ganar sin tener a un rival que vencer. Eso es como super esencial y la fuente de todo esto.
—En Chile, las mujeres deportistas suelen abrir camino en condiciones desiguales. ¿Qué te gustaría que cambiara para la próxima generación de judokas?
Es super importante; cabe destacar que las artes marciales no son exclusivamente para hombres, son para las mujeres también. Hoy en día es una gran cantidad de gente y una gran cantidad de mujeres las que practican la disciplina y están las puertas muy abiertas.
Somos una disciplina olímpica; el judo hoy en día tiene siete categorías de mujeres y siete categorías de hombres para poder sacar medallas olímpicas. Entonces, está aquí parada la balanza; existen las mismas oportunidades en las competiciones a nivel internacional y eso se ha luchado mucho por obtener en este rubro., Creo que hay que valorarlo más como país y apostar las cartas también por las chicas que están ahí, por las nuevas generaciones que estoy segura de que se están preparando bien para llegar a punta.
—¿Hay alguna cábala que siempre te acompañe antes de competir?
Tengo harta rutina de por medio; parte de eso está en la meditación y la visualización, las cuales son herramientas que hemos ido aprendiendo tanto con profesores de yoga como con coaches deportivos y psicólogos. Todo esto es esencial para afrontar la competencia, sobre todo cuando el deportista está ahí y básicamente está solo, o sea, estás tú con tus propios pensamientos, rumiando un poco, entonces creo que esa parte es esencial y beneficiosa.
—Cuando ves niñas pequeñas iniciándose en el judo, ¿qué sueñas que encuentren en este deporte más allá de las victorias?
El deporte o el ejercicio del deporte de alto rendimiento se puede extrapolar a cualquier sueño o meta que quieras, como ponerte un poco en la vida.
Y yo sé que hay mucha gente que inicia el alto rendimiento y termina en otra cosa por equis motivo, pero creo que el ejercicio es el mismo, el ejercicio es tratar de siempre dar lo mejor, es tratar de siempre disfrutarlo y tratar de siempre también como superarse a uno mismo, superar tus miedos, superar tus barreras, superar lo que se ha aprendido, lo que te han traspasado, ya sea otras generaciones, otras personas, que muchas veces no nos damos cuenta y tenemos ciertas barreras mentales o físicas que en algún momento hay que romper.
Eso es super esencial para la gente que viene ahora, para los niños, que ellos crean en esos sueños, que crean que al final, independiente del lugar en donde vengan o independiente de la situación en la que estén, pueden llegar a escalar hasta lo más alto.
—Finalmente, ¿cómo imaginas el futuro del judo chileno y qué papel te gustaría tener en esa historia que viene?
Ya veremos en unos cuantos años cuál será el papel que me tocará jugar. Pero por ahora creo que es super importante lo que comentábamos de abrir estas puertas, y dejarlas muy abiertas para que el resto también las pase, las sobrepase y las mejore.
En lo personal, creo que me puse el papel, cierto, de romper estas barreras, de hacer esta historia y de ir abriendo puertas, sobre todo para las mujeres. Así que creo que en lo que queda de carrera deportiva voy a preocuparme de seguir haciendo eso.
Ojalá dejar aún más alto el judo chileno y a las mujeres judokas chilenas, que creo que es super importante. Mi objetivo y sueño es, algún día, en algún universo, tener una medalla olímpica, así que yo seguiré trabajando para eso hasta que pueda suceder.