
Más Adultos Mayores Autovalentes en un país cuya población envejece
Chile, al igual que muchos otros países está experimentando un profundo cambio demográfico. Su población está envejeciendo y su tasa de natalidad ni siquiera alcanza para mantener su volumen actual.
Solo el hecho de haber recibido una fuerte inmigración de población extranjera evita la disminución de la población del país. Estamos transitando hacia ser un país demográficamente anciano, al igual que muchos otros países. De allí entonces la necesidad de políticas públicas que den cuenta de lo antes señalado.
Durante el gobierno del presidente Ricardo Lagos Escobar fue creado por la Ley N° 19.828, promulgada el 30 de septiembre de 2002, el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA) como un organismo del Estado de Chile, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social y Familia. Su misión es contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas mayores, promoviendo su integración y participación en la sociedad.
Sus funciones y objetivos principales son: Promover los derechos de las personas mayores y protegerlos contra cualquier forma de maltrato; fomentar el envejecimiento activo y saludable; ejecutar programas y servicios sociales dirigidos a las personas mayores; financiar y supervisar establecimientos de larga estadía (ELEAM), como hogares de ancianos; entregar subsidios y pensiones básicas solidarias (aunque la entrega de las pensiones es administrada por el IPS); capacitar y educar a la comunidad y a los funcionarios sobre el envejecimiento y la vejez.
Uno de los mejores programas del SENAMA es el denominado “Más Adultos Mayores Autovalentes” diseñado para prevenir y retardar la dependencia funcional en las personas mayores, fomentando un envejecimiento activo y saludable a través de un conjunto de actividades grupales. Su objetivo central es mantener y mejorar las capacidades físicas, cognitivas y sociales de los participantes, permitiéndoles ser más independientes en su vida diaria.
El programa se estructura en torno a cuatro áreas clave de trabajo:
Actividad Física: Se realizan sesiones de ejercicio adaptado para mejorar la fuerza, el equilibrio, la flexibilidad y la coordinación. Esto es fundamental para prevenir caídas y mantener la movilidad.
Estimulación Cognitiva: Se trabajan funciones como la memoria, la atención, el lenguaje y el razonamiento a través de talleres y ejercicios mentales.
Salud y Autocuidado: Se entrega educación sobre temas de salud relevantes para la edad (como alimentación saludable, manejo de medicamentos, prevención de enfermedades) y se promueven hábitos de autocuidado.
Desarrollo Personal y Social: Se fomenta la participación social, la integración grupal y se trabajan aspectos emocionales para prevenir el aislamiento y la depresión.
Está diseñado para personas mayores de 60 años que: sean autovalentes (es decir, que pueden realizar por sí mismas las actividades básicas de la vida diaria); que presenten algún riesgo de fragilidad o dependencia leve; que no tengan diagnósticos de demencia avanzada o dependencia severa que les impida participar en actividades grupales.
Yo soy un adulto mayor de 83 años y he tenido la suerte de conocer y participar en el programa Más Adultos Mayores Autovalentes que se lleva a cabo desde hace varios años en el Hospital de Curacaví. Participamos activa y regularmente con mi esposa en dicho programa durante varios meses en el año 2019 y también el año siguiente, después vino la pandemia y el año 2021 murió mi esposa.
Participé nuevamente en el programa los años 2023 y 2024. Aprendí gracias al programa cuestiones que nunca había sabido y desarrollé muchos hábitos saludables, ejercicios físicos y también mentales necesarios para quienes vamos envejeciendo. Mi evaluación es que es un excelente programa, y más aún cuando los profesionales que lo llevan a cabo son personas absolutamente comprometidas con nuestra salud y bienestar.
Sería a mi entender un profundo error gubernamental suspender la aplicación de este programa y hablo en mi doble condición de ciudadano beneficiario de este programa, por una parte, y por otra de alguien que tiene algún grado de conocimiento de los problemas de la tercera edad tanto por vivirla, como por haber participado en estudios y haber escrito sobre el tema desde hace ya muchas décadas.
La continuidad de este programa es indispensable porque crece cada vez más la población que lo requiere. Además, su realización posibilita realizar un aprendizaje institucional para la institución que lo realiza y para los profesionales involucrados, cuestión necesaria dado el profundo cambio demográfico ya señalado. De modo similar gracias a programas como este se activan redes de amistad, comunitarias y vecinales, en momentos en los cuales predomina una cultura individualista.
Creo necesario y hago un llamado a activar y movilizar las energías de los ciudadanos de la tercera edad para defender un logro y avance de política pública que el país requiere y que nos beneficia no sólo a nosotros, los ancianos, sino a todos quienes irán transitando y haciéndose inevitablemente parte de la tercera edad en los años que vienen.