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Francisca Gallegos, subsecretaria de Servicios Sociales:

Francisca Gallegos, subsecretaria de Servicios Sociales: "El crecimiento del presupuesto en materia de cuidados de este gobierno es inédito"

Por: Nicole Donoso | 05.10.2025
En entrevista con El Desconcierto, la subsecretaria de Servicios Sociales, Francisca Gallegos, abordó el perfil de las 223.000 personas registradas como cuidadoras en Chile, la expansión de la Red Local de Apoyos y Cuidados a 215 comunas y los desafíos para consolidar Chile Cuida como política de Estado. "Más de un millón de personas estarían realizando tareas de cuidado no remuneradas en Chile", aseguró.

En Chile, más de un millón de personas realizan labores de cuidado no remuneradas, en su gran mayoría mujeres, muchas de ellas sin ingresos por más de dos años. Esta realidad, históricamente invisibilizada, está en el centro del trabajo que impulsa el gobierno a través del Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, Chile Cuida, que busca reconocer, acompañar y garantizar derechos a quienes dedican su vida al cuidado de otros.

En esta entrevista, la subsecretaria de Desarrollo Social, Francisca Gallegos, aborda los avances, desafíos y proyecciones de esta ambiciosa política pública, que ya alcanza a más de 200 comunas.

Desde la expansión de servicios territoriales hasta la entrega de credenciales que reconocen formalmente a las personas cuidadoras, Chile Cuida busca consolidarse como un nuevo sistema de protección social, con foco en la equidad de género y la corresponsabilidad.

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El diagnóstico dramático de los cuidados en Chile

—Existen 223.000 personas registradas como cuidadoras. ¿Podría describir el perfil que tienen estas personas?

El diagnóstico que nosotros tenemos en materia de cuidados es dramático. Teníamos varias hipótesis cuando llegamos al gobierno: principalmente mujeres en situación de vulnerabilidad socioeconómica, pero los datos que tenemos hoy nos dan cuenta de una realidad mucho más compleja.

En Chile habría más de un millón de personas realizando tareas de cuidado no remuneradas. Ya hemos registrado a 223.000 personas, en su mayoría mujeres, en edad de trabajar. Hay un dato particularmente relevante: 48% de ellas no han recibido ingresos por alguna actividad remunerada desde 2023. Es decir, son más de 24 meses sin recibir remuneración alguna y dedicadas las 24 horas a las tareas de cuidar.

—¿Cree que esta cifra de personas registradas como cuidadoras aumente?

Estamos haciendo esfuerzos en todos los territorios para llegar a la mayor cantidad de personas cuidadoras en Chile. Esto es dar cuenta de qué significa Chile Cuida, cuáles son los alcances del Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados y dar soluciones concretas para abordar las necesidades de las personas cuidadoras.

Hemos constatado un dato muy relevante: muchas de las personas cuidadoras no se reconocen como tales. Por ejemplo, el lunes en Vicuña, región de Coquimbo, Elda, la persona cuidadora que dio su testimonio, no sabía que podía obtener la credencial ni que podía ser reconocida como cuidadora. Por tanto, lo que estamos haciendo desde el gobierno del presidente Gabriel Boric es hacernos cargo de una realidad que era históricamente invisible y que hoy forma parte de las agendas prioritarias de la política social.

—¿Y cómo llegamos a que esas personas que no saben que son cuidadoras se enteren que sí lo son?

El presidente Gabriel Boric nos ha mandatado llegar a los lugares donde antes el Estado no estaba presente. Los servicios nuevos que estamos incorporando, como los centros comunitarios de cuidado o la ampliación de la Red Local de Apoyos y Cuidados, están llegando a esos territorios donde antes no existían soluciones en materia de cuidados.

Eso nos permite acercar el Estado y reconocer cuál es la realidad de las personas cuidadoras en territorios como Vicuña, en la región de Coquimbo, que no tenía oferta de servicios, o como fueron las semanas pasadas en la provincia de Chiloé, en la provincia de Osorno, en San Juan de la Costa, en Los Lagos, o en Alto Biobío. Nuestra estrategia ha sido llegar donde el Estado no estaba para golpear las puertas de estos hogares y acercar Chile Cuida a las personas.

—Se habla de trabajo invisible y la idea es que Chile Cuida visibilice. ¿Qué efectos tiene esta invisibilización en la vida de quienes cuidan?

Nosotros decimos que el cuidado es un trabajo, una necesidad y un derecho. Ha sido históricamente un trabajo no remunerado y no reconocido pese al valor que tiene para la vida de las personas e, inclusive, el valor económico que puede llegar a tener.

Permíteme usar un ejemplo concreto: Mónica, una persona de la comuna de Curaco de Vélez, del archipiélago de Chiloé, nos decía que llevaba 18 años cuidando a su hijo con autismo severo y que jamás había recibido ayuda alguna para gestionar los gastos asociados al cuidado, para tener estrategias de autocuidado o, inclusive, saber si estaba cuidando bien o no. Hoy esas necesidades están siendo gestionadas por Chile Cuida, gracias al Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados.

La credencial: reconocimiento y derechos

—¿Me puede hablar sobre la credencial de persona cuidadora? ¿Qué derechos aporta a las personas que la poseen y cómo cambia la vida cotidiana de las cuidadoras?

Uno de los primeros desafíos que tiene cualquier Sistema Nacional de Cuidados, y en este caso Chile Cuida, es avanzar en el reconocimiento. Es decir, que esa persona cuidadora, Mónica de la región de Los Lagos o Elda de la región de Coquimbo, sepa que no está sola, que su labor tiene un valor para el país, para la sociedad y que puede ver algunas de sus necesidades resueltas. Porque el cuidado, además de un trabajo, es una necesidad y un derecho.

La credencial, que fue de las primeras acciones que realizamos en este gobierno, permite avanzar en el reconocimiento y que ellas se puedan presentar frente a la sociedad y decir: yo soy cuidadora, yo tengo derechos, yo estoy trabajando y yo estoy resolviendo necesidades sociales.

Al menos tres beneficios muy concretos consiguen con su credencial. Además del reconocimiento, la atención preferente. Es decir, que en cualquier servicio público ellas puedan presentar su credencial y ser atendidas de manera prioritaria, porque lo que menos tienen es tiempo.

Con la credencial pueden obtener beneficios de empresas que se han sumado a la red de empresas Chile Cuida, como Cruz Verde, Lipigás, entre otras. Ya son 48 empresas a lo largo de todo el territorio nacional.

Y el tercero, que diría es el más relevante, es que forman parte de las nóminas con las cuales definimos quiénes participan de los servicios de Chile Cuida. Es decir, las personas con la credencial pueden ver recuperado su tiempo a través de la atención preferente, recibir beneficios de las empresas y, además, participar de los centros Chile Cuida o de la Red Local de Apoyo y Cuidados, que es atención domiciliaria.

Para la obtención de la credencial, las personas se tienen que inscribir en la página del Registro Social de Hogares o en cualquier oficina municipal del Registro Social de Hogares.

Expansión de la Red Local de Apoyos y Cuidados

—Sobre la Red Local de Apoyos y Cuidados, creció a 215 comunas donde ya está implementada. ¿Qué criterios usaron para definir esta extensión de la red?

Chile Cuida busca ser el Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, y aquí quiero ser enfática. Así como existe un sistema de salud o un sistema educativo, estamos construyendo un sistema de cuidados para Chile. El desafío de construir un sistema es de gran escala. Es más que una única prestación o un único servicio: es resolver la diversidad de dimensiones que tiene el cuidado.

El salto que quiere dar Chile en este momento es que, así como existe un sistema educativo o de salud, el cuidado también dé ese salto en nuestro país. La red local de apoyos y cuidados, que es una de las prestaciones que opera a nivel domiciliario —es decir, que llegan profesionales de diversos tipos, como terapeutas ocupacionales, kinesiólogos, asistentes de cuidado para relevar a la persona cuidadora—, está creciendo porque estamos avanzando en consolidarla para que el día de mañana esté en todas las comunas del país y atienda, a través de universalidad progresiva, a todos los hogares con dependencia severa de nuestro país.

—¿Cómo ha sido la experiencia de esta expansión? ¿Dónde funciona esta red y qué han aprendido de estos territorios?

Chile Cuida se está consolidando en todas las regiones del país y en estas 215 comunas, gracias a la Red Local de Apoyos y Cuidados. Así como fue el esfuerzo de construir un sistema educativo o un sistema de salud, hoy estamos construyendo este sistema de cuidados. Hemos aprendido que se vuelve fundamental estos servicios para resolver las necesidades de las personas cuidadoras, pero también de las personas que requieren cuidado.

Hemos visto resultados muy positivos. Los hogares y las familias que reciben la red local ven mejorado su bienestar, cuentan con una conexión concreta con los diferentes servicios del Estado y reciben servicios de calidad en su propio territorio, en su propia realidad, en su propia vivienda. Por tanto, se ajustan perfectamente a las necesidades de cada una de las familias.

—Me imagino que en las comunas rurales están los principales desafíos para implementar el programa.

Justamente el desafío de instalar un sistema es ese: cómo vamos abordando la diversidad de necesidades de cada una de las comunas. Las comunas rurales tienen el desafío de la dispersión territorial, inclusive a veces de la factibilidad de contar con los perfiles profesionales. Ahí ha sido fundamental el apoyo de los alcaldes y alcaldesas, y los equipos municipales, para construir esta red local y asegurar los servicios.

Pero las comunas urbanas, particularmente las grandes como Puente Alto, Coquimbo, Talcahuano, Puerto Montt, también tienen otro desafío. Desde este gobierno hemos querido expandir la cobertura. Muchas de esas comunas antes tenían solo 71 cupos, cuando la demanda era cerca de mil familias que lo requerían. Hoy estamos logrando avanzar hacia esa universalidad. El desafío de las comunas grandes es contar con el equipo suficiente o el espacio para poder atender, entendiendo que cada tipo de comuna tiene desafíos diferentes.

—¿Qué tipo de servicios entrega esta red?

La red local entrega una atención integral con profesionales que atienden a la persona cuidadora y a la persona que requiere cuidado de diversa índole: terapeutas ocupacionales, kinesiólogos, psicólogos y alguien que es clave, la asistente de cuidados. Esta asistente de cuidados le dice a la cuidadora, a Mónica o a Elda, que son los ejemplos que te he comentado: "quédate tranquila, yo cuido a tu hijo o cuido a tus suegros y tú puedes recuperar tiempo para ti".

Para que entendamos la magnitud del crecimiento, por ejemplo, en la Región Metropolitana la cobertura crece casi seis veces, pasando de 1.885 familias que eran atendidas a 11.124 que van a ser atendidas. Es un crecimiento muy grande que estamos acompañando en cada una de las comunas y que busca hacerse cargo de la diversidad de necesidades que tienen los territorios.

El Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, Chile Cuida

—¿Por qué hablan de sistema y no de una política o programa?

Como el cuidado es una necesidad, un trabajo y un derecho, necesitamos abordarlo de manera integral y es por eso que buscamos instalar un sistema que conforme una red de instituciones y servicios que resuelvan las necesidades de cuidado.

Insistimos: así como tenemos el sistema educativo, el sistema de salud, hoy queremos para Chile un Sistema Nacional de Cuidados. Esto implica contar con redes y servicios que vienen desde el Ministerio de Desarrollo Social, pero que también vienen desde otros ministerios. La política del Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados contempla acciones muy concretas de 14 ministerios y más de 20 subsecretarías.

Por ejemplo, planes de certificación y capacitación desde el Ministerio del Trabajo, planes de habilitación de viviendas sociales desde el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, planes de reparto de medicamentos a domicilio del Ministerio de Salud. No se trata solamente de una prestación y de un servicio, sino de articular un sistema integral.

Siempre utilizamos esta analogía: en el sistema educativo tenemos los jardines infantiles, las escuelas, los colegios y las universidades, y hoy nadie duda que el derecho a la educación es un derecho y requiere inversión. En ese mismo espíritu, estamos construyendo Chile Cuida, el Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados.

—¿Cómo ha sido la articulación entre las comunidades, los municipios con el Ministerio?

Valoramos muchísimo las voluntades de los diferentes actores políticos en los diferentes niveles del Estado. Reconocemos el compromiso de alcaldes y alcaldesas para recibir a Chile Cuida y, por cierto, también a las diferentes autoridades de los sectores.

La voluntad política que le ha puesto este gobierno, el gobierno del presidente Boric, a avanzar en materia de cuidados es inédita. Los gobiernos anteriores habían avanzado en servicios, pero la idea de un sistema es parte del trabajo en el cual nosotros nos hemos dedicado a elaborar. Como el cuidado está dando un salto a construirse como sistema, esperamos que el día de mañana tenga la relevancia del sistema de salud o el sistema de educación.

Proyecciones y desafíos

—¿Hay prestaciones nuevas de Chile Cuida este 2025 y quizás también para 2026?

Estamos trabajando en la conformación de la red de 100 centros Chile Cuida, que la idea es que queden en proceso al final de nuestro mandato. Ya llevamos 43, esperamos que a final de este año tener 70 y dejar encaminados los 30 siguientes.

Estamos avanzando en la consolidación de este crecimiento de la red local, que implica pasar de cerca de 7.000 hogares a más de 37.000 hogares solamente en el año 2025. Esperamos que después de la tramitación de la Ley de Presupuestos 2026 podamos también informar cuál va a ser el crecimiento para el año siguiente.

Estamos avanzando en la implementación de los compromisos intersectoriales, de cursos de formación para la ciudadanía en materia del derecho al cuidado, en cursos de certificación y competencias para las personas cuidadoras, en el fortalecimiento de la vinculación con la red de salud. Estamos dejando las bases del sistema de Chile Cuida para dar este salto a la construcción de un sistema tal como lo es el sistema educativo y de salud.

—¿Cómo se proyecta el futuro de Chile Cuida al final del gobierno, considerando que hay algunos candidatos presidenciales que han hablado de reducir el gasto fiscal?

Nuestra vocación y orientación es a que Chile Cuida sea una política de Estado. Donde nosotros hemos puesto las palabras, hemos puesto los hechos, también hemos puesto los recursos, y el crecimiento del presupuesto en materia de cuidados de este gobierno es inédito.

Lo que esperamos para el futuro es que Chile Cuida se reconozca como una política de Estado, y es por eso que estamos acompañando el trabajo en la tramitación de un proyecto de ley que busca instaurar el derecho al cuidado y crear de manera permanente la red de servicios y la institucionalidad que aborda los cuidados. Hay voluntades transversales tanto en la Cámara como en el Senado, y esperamos que al final del año podamos promulgar esta ley.

—¿Qué desafíos afrenta Chile Cuida respecto a lo que viene al futuro? ¿Cuáles son los principales puntos críticos que tienen que mejorar como sistema?

El primer desafío es consolidar el sistema propiamente tal, y eso implica un reconocimiento ciudadano de los servicios que estamos instalando y también la consolidación de los recursos y el servicio. Es por eso que el proyecto de ley se vuelve gravitante para que se convierta en una política de Estado.

Lo segundo es seguir avanzando en la instalación de los servicios en los diferentes territorios. Las comunas que están a la expectativa de que lleguemos el próximo año y de que, una vez que se tramite el proyecto de ley, tengan la tranquilidad de que estas prestaciones y servicios van a estar de manera permanente.

Y tercero, hoy estamos instaurando las bases de Chile Cuida, estamos dando el puntapié inicial, pero necesitamos que este sistema crezca de manera progresiva, sobre todo por los desafíos que existen a nivel regional y a nivel global, como el envejecimiento poblacional, los cambios demográficos y las necesidades de las personas que cuidan y que requieren cuidado. El salto es avanzar en la consolidación del sistema en el mismo sentido de lo que es tener un sistema de salud o el sistema de educación.

Cuando nosotros recorremos Chile y le preguntamos a las personas si conocen el Chile Crece Contigo, la mayoría levanta la mano y dice sí. Es la respuesta del Estado para las necesidades y los derechos de los niños, inclusive antes de nacer. Nuestra expectativa es lograr lo mismo con Chile Cuida, es decir, que en cualquier territorio la respuesta sea real y concreta por parte del Estado, pero que también se entienda que cuidar es trabajar y también es un derecho.

Desigualdad de género en los cuidados

—¿Cómo Chile Cuida combate la desigualdad de cuidados? Porque hay evidentemente una clara distancia de las labores que hacen las mujeres versus las que hacen los hombres.

La evidencia en materia de la vinculación de género y cuidado es muy robusta. Las mujeres dedican tres horas 27 minutos al día en trabajo de cuidados no remunerados, mientras que los hombres dedican 53 minutos. Cuando vemos quiénes son las personas que cuidan en Chile, vemos que 86% de estas son mujeres. Como te comentaba, 48% de las personas identificadas no han recibido algún ingreso desde 2023.

Un sistema de cuidado está perpetuando las desigualdades de género, y es por eso que Chile Cuida se está haciendo cargo de esas desigualdades, tanto en el reconocimiento de las tareas de cuidado como en resolver las necesidades que estas personas cuidadoras tienen. Los servicios de cuidado buscan relevar a las personas cuidadoras de sus tareas de cuidado.

Es fundamental que en el horizonte de Chile Cuida también esté muy presente que va a contribuir a superar las desigualdades de género, pero que requiere de un cambio cultural en donde se entienda que cuidar no es una obligación propia de las mujeres, sino más bien es una obligación de todas las personas y de todos los integrantes de la sociedad, partiendo por el Estado, porque es un derecho. Es por eso que nosotros a esto le llamamos corresponsabilidad social y de género.