
Vuelve la extracción del choro zapato en Los Lagos: La comunidad de Huellelhue impulsará un enfoque sustentable y local
Han pasado más de cinco años desde que se implementó la veda extractiva de choro zapato, acción pactada con las comunidades de Caleta Huellelhue y Cóndor, en colaboración con la Seremi de Medio Ambiente Los Lagos. Ahora, los pescadores se preparan para reactivar la extracción del molusco bajo un modelo que combina la conservación con el desarrollo económico.
Según el último monitoreo realizado en el río Huellelhue, la población de choro zapato se ha triplicado, lo que confirma la medida de restricción como efectiva, generando una oportunidad para impulsar su manejo sustentable y proyectar un mercado para este producto con identidad local.
Valor comercial
Después de años de trabajo técnico y comunitario, que integra la ejecución de un plan de recuperación y la planificación de un manejo sostenible, la comunidad participa de una experiencia demostrativa del Proyecto GEF “Incentivos para la Conservación de la Biodiversidad”. Esta iniciativa les permitirá certificar sus buenas prácticas y dar un nuevo valor comercial al choro zapato, integrando criterios de sustentabilidad que otorgan confianza a consumidores y mercados.

"Lo que vemos en Huellelhue es que cuando la comunidad se involucra activamente, y se articula con la educación técnica y la ciencia, es posible construir un modelo donde la conservación no compite con el desarrollo local, sino que lo potencia. A la fecha, el principal aprendizaje es que el manejo sostenible funciona mejor cuando se basa en los saberes locales, el compromiso colectivo y una visión de largo plazo. El trabajo que se está realizando en Huellelhue es un ejemplo que puede inspirar a muchas otras comunidades costeras del país." pronunció Amerindia Jaramillo, coordinadora nacional del Proyecto GEF.
Proceso de repoblamiento
Además, la experiencia tiene un importante aliado: el Liceo Politécnico Pesquero de Mehuín, ubicado en la región de Los Ríos, que dispondrá de sus instalaciones y capacidades técnicas para fortalecer la restauración del banco natural en el estuario del río Huellelhue.
El proceso de repoblamiento de los bancos de choro zapato comenzó el domingo 7 de septiembre: pescadores locales en colaboración con el equipo de la ONG Pesca Sustentable recolectaron ejemplares adultos directamente en el estuario, los que funcionan como “padres” para generar nuevas crías.
Estos reproductores se trasladaron al Liceo de Mehuín, donde se induce la formación de larvas que son alimentadas con microalgas producidas en este mismo criadero hasta convertirse en pequeñas semillas. Luego de tres meses de cultivo, bajo estrictos controles de temperatura, oxígeno y salinidad, las semillas alcanzarán el tamaño adecuado para ser introducidas nuevamente a su entorno natural.

Miguel Espíndola, Director de Conservación Oceánica de la ONG Pesca Sustentable, valora que la estrategia concentra el conocimiento técnico con los saberes ecológicos locales. Por esta razón, las semillas proporcionadas por el Liceo de Mehuín llegarán a aclimatarse en un sistema de cultivo long-line, consistente en una línea flotante de la que cuelgan cuerdas donde crecen los choritos, dentro del propio estuario, para luego ser trasladadas a sectores estratégicos que históricamente albergaban alta abundancia de este recurso y que hoy se encuentran degradados.
“Estos espacios serán protegidos por tres años, lo que permitirá que los ejemplares alcancen un tamaño apropiado para su eventual cosecha y consumo. A través de tres ciclos de siembra, proyectamos introducir un millón de semillas con el objetivo de acelerar la recuperación del banco natural y generar las condiciones para un uso sustentable a mediano plazo”, mencionó.
Próximos pasos
Sumado a estas acciones, el Proyecto GEF “Incentivos para la Conservación de la Biodiversidad”, apoyará el desarrollo de una certificación que garantice el origen responsable de este recurso.
“Se busca que esto sea parte del programa Futuro Azul, que conecta comunidades costeras que tienen buenas prácticas de manejo con mercados que valoran productos sostenibles, trazables y con historia de conservación. En definitiva, apostamos por un modelo donde la conservación aporta al ecosistema y también abre oportunidades reales para el desarrollo local”, finaliza Espíndola.