
Las montañas de Jeannette Jara
Desde entonces los sectores conservadores solo se han fortalecido, y ha jugado a su favor una migración descontrolada junto a una explosión de crimen organizado, fenómenos que se originan mucho antes y respecto de los cuales la institucionalidad del país no estaba preparada en absoluto, pero que sin ningún decoro la oposición atribuye la responsabilidad al actual gobierno, valiéndose para ello de su poderoso aparato comunicacional.
En la actualidad la ciudadanía se encuentra paralizada por el terror de una violencia criminal nunca vista en Chile, lo que se traduce en que el tema delictual sea señalado como el principal problema de las personas según diversos estudios de opinión.
La magnitud de la violencia delictual se ha transformado en un problema político de proporciones que golpea al gobierno por ser el encargado de la seguridad, y que ha venido como anillo al dedo y ha sido funcional a la oposición conservadora. Junto con ello, el actual gobierno, sin mayoría parlamentaria, no ha podido concretar la mayor parte de su programa. Sus iniciativas han sido torpedeadas en el parlamento desde el primer día por una oposición interesada en asegurar un rotundo fracaso para el gobierno.
Después de la rotunda derrota del primer plebiscito constitucional no hay en el país un ambiente favorable a los cambios sociales, y al contrario, predomina una regresión conservadora. El progresismo vive hasta hoy las consecuencias de la farra política de la convención.
Con todo, el elemento político más importante para un proceso de transformaciones desde el Estallido Social es la unidad de la izquierda y la centroizquierda. Se ha logrado a partir de entonces, constituir la coalición política más amplia de los últimos 50 años. Este es el elemento principal para tener en cuenta, el que debe marcar el rumbo de cualquier estrategia y de cualquier lectura de la realidad. Durante el gobierno del presidente Boric esta coalición se ha estado construyendo día a día en la contingencia (aunque algunos no se hayan percatado), proceso complejo que no ha concluido, y sigue en curso.
En este contexto de retroceso se produce el fenómeno Jara. Su triunfo arrollador remeció el escenario político, provocando un cambio de eje. Por primera vez en la historia una militante comunista encabeza una amplia coalición para disputar la presidencia de la república. Su triunfo se explica por sus talentos personales, su mensaje dirigido a las vivencias cotidianas de las personas y sus aflicciones reales, en una lectura correcta del momento político, junto a su trayectoria de vida desde los barrios.
Su primera montaña es vencer resistencias y desconfianzas de sus propios aliados y fortalecer la unidad de la coalición. Necesariamente esta unidad debe representar las visiones de todos los componentes de la alianza; conformar una unidad política para hacer lo que yo quiero, no existe; eso no sería una política de alianzas. Un proyecto transformador requiere de un proceso previo de acumulación de fuerzas tras los cambios, proceso que no ha existido y se debe actuar conforme a esa realidad. Por tanto, quien está leyendo acertadamente el escenario político es la candidata.
Ha sido complejo, armar los equipos no ha sido fácil. No se ha visto un desfile de interesados en integrarlos. ¿Por qué ocurre este fenómeno? La pregunta tiene dos respuestas probables. La respuesta cómoda: por el anticomunismo reinante. La respuesta compleja es del politólogo italiano Giovanni Sartori: el potencial de coalición. El potencial de coalición de un partido político se refiere a los atributos con que un partido puede negociar con éxito su ingreso al gobierno o a una coalición de partidos.
En relación con un alto o bajo potencial de coalición, un partido gana o pierde legitimidad democrática. A su vez, un partido que ve disminuida su legitimidad democrática mostrará un menor potencial de coalición. En otras palabras, no sólo hay que ser, también hay que parecer. ¿Estará ocurriendo un proceso de disminución del potencial de coalición en el Partido Comunista, bajo la tesis de Sartori? Si así fuera, ¿cuáles serían los elementos tras ese fenómeno?
Este es el escenario interno en que debe moverse la candidata Jara y su partido no está ayudando a superarlo. Esta recibiendo fuego amigo, o más bien fuego hermano. Repetidos episodios debilitan la unidad del sector y debilitan la candidatura. Sin embargo, el actual escenario político no admite ambigüedades.
No hay más opción que apoyar sin restricciones a la candidata, cualquier otra lectura debilita la unidad alcanzada tras decenas de años de esfuerzo, favorece a los sectores conservadores y deja a la candidata con una mochila de plomo. La situación representa la segunda montaña que debe cruzar Jeannette Jara y tal vez la más incierta y peligrosa.
La tercera montaña viene desde la derecha y es la campaña del terror sin contemplaciones que se avecina. Saldrán decenas o centenas de bots a proclamar las penas del infierno para el país en caso de un triunfo de Jara. Hace años, no hubo límites ni decoro en las campañas del terror durante los procesos electorales previos a la elección de Salvador Allende.
Tampoco habrá límites en esta oportunidad, frente a la primera militante comunista en la historia que encabeza una coalición con miras a gobernar el país. Los sectores ultraconservadores no pueden aceptarlo, es el demonio entrando a La Moneda, harán lo imposible por impedirlo, correrá el dinero comprando conciencias y una tormenta de mentiras y medias verdades recorrerá el país.
Pero no se observan los apoyos imprescindibles y obligatorios. Se han abierto varios flancos innecesarios, entre ellos, la candidatura a diputado de Daniel Jadue, con la cual la derecha se dará un festín durante la campaña, y si es procesado por los cargos que se le imputan, lo que aparece como muy probable, sólo debilitará la unidad del sector y las opciones de la candidata.
El Partido Comunista siempre asumió sus responsabilidades históricas, a la altura de las tradiciones democráticas de Chile. En un inicio con Luis Emilio Recabarren, luego con Pedro Aguirre Cerda y el Frente Popular, más adelante con Salvador Allende y la vía institucional al socialismo, posteriormente enfrentando a la dictadura de Pinochet, sufriendo las torturas, desapariciones y muertes. Parece llegada la hora de retomar ese valioso camino histórico.