
Pese a tendencia entre colegios más acomodados, segregación escolar cae a su nivel más bajo en 20 años
La segregación escolar es un tema no menor. De hecho, su impacto es relevante. Así lo recalcan desde la Universidad de Chile en el contexto de un estudio oficializado hace unos días donde se apunta a sus significativos efectos negativos.
“Impacta la cohesión social y la calidad de los aprendizajes, y limita el desarrollo de habilidades sociales, inclusivas y cívicas en las y los estudiantes de todos los niveles socioeconómicos”, plantea un comunicado de prensa alusivo al tema.
Tanto así que, lamentablemente, releva este, “Chile mostraba en los 2000 uno de los mayores niveles de segregación escolar a nivel mundial, lo que se agudizó aún más durante la primera década del milenio”.
De hecho, la estadística citada por la entidad académica revela que en el año 2018, según PISA, “Chile figuraba junto a Hungría y México, dentro de los tres países con mayor segregación escolar para el quintil de estudiantes de menores recursos”.
Escenario en el que un estudio del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de esta casa de estudios, “analizó los cambios en los niveles de segregación durante las últimas dos décadas y su posible asociación con políticas públicas implementadas que precisamente han buscado reducir los niveles de segregación en el sistema escolar”.
“Son muy pocos los sistemas escolares que han logrado revertir sus niveles de segregación socioeconómica. Por eso, era necesario analizar el posible impacto de medidas como la ley de Subvención Escolar Preferencial (ley SEP, 2008) y la Ley de Inclusión Escolar (2015), que buscaban mayores niveles de inclusión y equidad en el sistema educacional”, releva Juan Pablo Valenzuela, director del CIAE y uno de los autores de este estudio.
Generando un índice de nivel socioeconómico (NSE) de los estudiantes de todo Chile, apelando a los cuestionarios complementarios del SIMCE, se apuntó a un análisis que evaluó la segregación utilizando dos indicadores que tradicionalmente se usan para medirla.
2024, año clave
El de Duncan, “que puede tomar valores entre 0 y 1, donde 1 implica una completa segregación y 0 completa integración y cuyos valores indican la proporción de estudiantes que habría que mover de un establecimiento a otro para lograr una perfecta equidad en la distribución socioeconómica. Y el índice H de Theil, que permite evaluar la segregación en múltiples grupos y descomponerla, por ejemplo, entre dependencias de los establecimientos”, detallan desde la U. de Chile.
Recalcando que ambos pueden arrojar resultados distintos debido a las diferencias en su forma de cálculo, el trabajo académico concluyó que “durante la primera década del 2000, hubo una tendencia al alza en la segregación social entre los estudiantes de todos los niveles socioeconómicos”.
No obstante, esta se revirtió en los años posteriores, específicamente desde 2014-2015, cuando “la segregación comenzó a disminuir, para llegar, en 2024, a su nivel más bajo en 20 años”.
De hecho, el “2007 el índice de Duncan para el 40% de estudiantes de cuarto básico más vulnerables era de 0.52”, lo que significa que había que reubicar al 52% de dichos escolares para lograr distribuirlos equitativamente entre todas las escuelas. En cambio, para 2023, este alcanzó 0.45.
Y en el caso de segundo medio, revelan desde la entidad académica, la situación es similar, dado que el “Índice Duncan muestra un aumento continuo en los niveles de segregación entre 2003 y 2008 para prácticamente todos los grupos socioeconómicos”.
En 2008, en tanto, este llegó a 0.52 para los estudiantes de los dos primeros quintiles, mientras que desde 2013, este empieza a bajar para llegar a 46% en 2024.
En el 40% más vulnerable en segundo medio cae 12%
Claudio Allende, investigador del CIAE y también uno de los autores del estudio, aterriza los resultados obtenidos. “Esto significa que la segregación para estudiantes de segundo medio del 40% más vulnerable cayó 12%, llegando incluso a niveles menores que en 2003”, releva.
Paralelamente, haciendo uso del indicador H de Theil, detalla el comunicado, el trabajo académico analizó la segregación entre y dentro de los tipos de recintos estudiantiles.
Contexto en el que los particulares subvencionados registran la mayor baja interna: -43% en cuarto básico y -35% en segundo medio.
La educación pública, que partía de menores niveles, en tanto, también redujo su segregación interna en alrededor de 36% entre los años 2008 y 2024, tendencia que, además, evidencia un descenso particularmente marcado tras la implementación íntegra del Sistema de Admisión Escolar (SAE), “de 24% y 21% para cuarto básico y segundo medio respectivamente, desde el 2018 al 2024”.
A lo que se refiere el también responsable del estudio, Francisco Meneses, investigador asistente del CIAE, quien asegura que este análisis “sugiere una asociación positiva de políticas como la Ley SEP y la Ley de Inclusión, incluyendo el SAE, por cuanto cuando estas comienzan a funcionar con plenitud es cuando más se reduce la segregación”.
La reducción, complementan desde el CIAE, “es una señal alentadora”, pero se advierte “que Chile sigue entre los países con más segregación, sobre todo entre los estudiantes más acomodados”.
“Nuestro estudio, así como PISA 2022, muestra que Chile sigue mostrando los niveles más elevados a nivel mundial de segregación social entre los estudiantes del 25% de mejores condiciones socioeconómicas. Por ello es clave seguir trabajando en esta dirección para construir una sociedad más cohesionada, inclusiva y equitativa para todos nuestros estudiantes”, plantea Valenzuela.
Por lo que se asume como “indispensable eliminar el financiamiento compartido, el cual sigue afectando a cerca del 20% del total de la matrícula chilena, y avanzar hacia una mayor inclusión en colegios pagados”.