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La turbia biografía de Andrés Chadwick: Siete casos de un prontuario político
Foto: Agencia Uno

La turbia biografía de Andrés Chadwick: Siete casos de un prontuario político

Por: Jorge Molina Araneda | 01.08.2025
Andrés Chadwick transitó desde la complicidad con la dictadura hasta la negligencia en el estallido social. Su legado, tejido con nepotismo, represión y alianzas turbias, es una afrenta a la ética pública. Asimismo, perpetuó un sistema de privilegios que aplastó el concepto de justicia, dejando un rastro de indignidad en la historia chilena.

Andrés Chadwick (UDI), diputado, senador y ministro del Interior en los gobiernos de Sebastián Piñera, personifica una carrera política impregnada de oportunismo, complicidad con el autoritarismo y maniobras éticamente reprobables. He aquí algunos casos que exponen su deleznable actuación política. 

Vínculos con Pinochet

Desde su juventud, Andrés Chadwick se postró ante el régimen de Pinochet. En 1977, participó en el acto de Chacarillas, un espectáculo de lealtad al dictador que delineó la institucionalidad autoritaria. Nombrado presidente de la FEUC en 1979 y dirigente del Frente Juvenil de Unidad Nacional, creado en 1975 para apuntalar la dictadura, se alineó con figuras como Cristián Larroulet mientras miles sufrían torturas o desapariciones.

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Un informe de la Vicaría de la Solidaridad (6 de septiembre de 1978) lo señala como responsable de agredir a estudiantes opositores en la PUC, dejando a Alejandro Álvarez herido de gravedad.

Chadwick también supervisó contrataciones estatales, purgando docentes disidentes por orden de Pinochet. Hannah Arendt, en Eichmann en Jerusalén, sostenía que el mayor mal no es perpetrado por fanáticos, sino por personas comunes que aceptan las premisas de su tiempo. Chadwick no solo aceptó, sino que abrazó un régimen que aplastó derechos humanos, mostrando una ambición desprovista de escrúpulos.

Colonia Dignidad

La sombra de Colonia Dignidad oscurece aún más su historial. En 1997, Mónica Madariaga reveló en La Tercera que Chadwick recibió adoctrinamiento político en este enclave liderado por Paul Schäfer, un exmiembro de la Wehrmacht condenado por abusos sexuales y torturas.

En 1991, senadores como Jaime Guzmán y Beltrán Urenda defendieron su legalidad contra un decreto de clausura de Patricio Aylwin, escudándose en argumentos legalistas. Max Weber, en Economía y Sociedad, observó: “el poder político siempre busca legitimarse a través de alianzas estratégicas”. La frecuentación de Chadwick a este nido de atrocidades revela una ambición que antepuso el poder a cualquier consideración moral.

Ultraconservadurismo

En 2011, Chadwick junto a Pablo Longueira presentaron un proyecto que restringía el matrimonio a la unión entre hombre y mujer, enfrentándose al Movilh y a la lucha por derechos LGBT.

John Stuart Mill sentencia, en Sobre la libertad, que si toda la humanidad, menos uno, tuviera una misma opinión, no se tendría derecho a silenciar a esa persona. Chadwick, aferrado a una moral retrógrada, intentó sofocar el avance hacia la igualdad, exponiendo su desconexión con una sociedad que exigía justicia.

Nepotismo

En 2019, la agencia Solar & Nielsen, cofundada por su nuera, Josefa Solar, obtuvo contratos por $48 millones sin licitación del Ministerio de la Mujer. Su hijo, Andrés Chadwick Costa, se benefició de campañas de Piñera, creando eslóganes como “Tiempos Mejores” y cobrando $3.333.333 por el cambio de mando.

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Pierre Bourdieu explica, en Las formas del capital, que el capital social es el conjunto de recursos que derivan de pertenecer a una red de relaciones. Chadwick tejió una red familiar que drenó recursos públicos, burlándose de la transparencia y la ética.

Camilo Catrillanca

La muerte de Camilo Catrillanca en 2018, baleado por Carabineros, expone la negligencia criminal de Chadwick como ministro del Interior. Las versiones iniciales, que vinculaban a Catrillanca con un robo, fueron desmentidas, y las grabaciones policiales, destruidas.

Mauro Victtoriano informó a Chadwick que no hubo fuego cruzado, pero este mantuvo una narrativa engañosa. Michel Foucault, en Vigilar y castigar, advierte que el poder no se ejerce sin un costo, y ese costo es la legitimidad perdida. Chadwick, con su gestión opaca, permitió que la violencia estatal escalara, dejando una mancha imborrable de sangre mapuche.

Estallido social

Alexis de Tocqueville, en La democracia en América, señaló que el abuso de poder en tiempos de crisis revela la fragilidad de las instituciones democráticas. El estallido social de 2019 desnudó la incapacidad de Chadwick para gestionar una crisis sin brutalidad.

El INDH reportó 3.216 querellas por 3.777 víctimas, incluyendo 7 muertes y 220 traumas oculares por 152 mil cartuchos disparados. La acusación constitucional de 2019, aprobada por 23 votos contra 18, lo inhabilitó por cinco años por no frenar violaciones a los derechos humanos.

Caso Hermosilla y filtraciones

El caso Hermosilla destapa la cloaca de influencias de Chadwick. En 2021, recibió información privilegiada sobre la investigación de Minera Dominga, donde Piñera era imputado.

El estudio de su amigo, Luis Hermosilla, facturó $239 millones al Estado, muchos por contratos directos bajo su gestión. Chadwick, operando en una red que protegía intereses privados, traicionó la confianza pública, priorizando el poder sobre la justicia.

Andrés Chadwick transitó desde la complicidad con la dictadura hasta la negligencia en el estallido social. Su legado, tejido con nepotismo, represión y alianzas turbias, es una afrenta a la ética pública. Asimismo, perpetuó un sistema de privilegios que aplastó el concepto de justicia, dejando un rastro de indignidad en la historia chilena.

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