
El prontuario de Johannes Kaiser: Fondos fiscales malgastados, misoginia, negacionismo y golpismo
Este es un análisis crítico, y compilación, de algunos de los casos más polémicos en los que ha estado involucrado el ultraderechista Johannes Kaiser.
Marcha por el Rechazo
Kaiser manifestó en abril de 2022 que la Convención Constitucional vulneraba derechos humanos y llamó a una “resistencia civil” si triunfaba el Apruebo, cuestionando la legitimidad de los resultados electorales.
El historiador Howard Zinn decía que “la desobediencia civil no es nuestro problema. Nuestro problema es la obediencia civil”. Esta reflexión ilumina la postura de Kaiser, cuya verborrea golpista socava la democracia y promueve una peligrosa polarización con un discurso irresponsable que enciende ánimos en lugar de apaciguarlos.
Defensa de la dictadura
Kaiser reivindicó el golpe de 1973 en un inserto en El Mercurio (2019), comparándolo con salvar a Chile de ser “como Venezuela”. También justificó los fusilamientos en Pisagua, acusando a las víctimas de ser “narcos” o “subversivos”. Además, este año expresó que apoyaría un nuevo golpe de Estado “con todas sus consecuencias”.
George Orwell, en 1984, advierte: “quien controla el pasado, controla el futuro”. En este contexto, Kaiser reescribe la historia con una narrativa negacionista que banaliza el sufrimiento de las víctimas, un acto que Hannah Arendt, en Eichmann en Jerusalén, describiría como la banalidad del mal.
Formación académica
Kaiser presume de haber estudiado siete carreras, pero la Universidad de Innsbruck confirmó que solo se matriculó en tres (Historia, Derecho, Ciencias Políticas) sin completar ninguna.
En La distinción, Pierre Bourdieu explica que el capital cultural pierde valor cuando se basa en falsas credenciales. La falacia de Kaiser lo expone como un charlatán que infla su currículum para granjearse una legitimidad inmerecida.
Misoginia, xenofobia y transfobia
Kaiser cuestionó el sufragio femenino, llamó “violadores” a los inmigrantes y se burló de la diputada trans Emilia Schneider.
Simone de Beauvoir, en El segundo sexo, sostiene que “el opresor no sería tan fuerte si no tuviera cómplices entre los propios oprimidos”. En este sentido, los dichos misóginos, xenófobos y transfóbicos perpetúan una cultura de odio que refuerza estructuras de dominación que deshumanizan a los grupos históricamente marginados.
Desinformación sobre vacunas
Asimismo, Kaiser negó la eficacia de las vacunas contra el Covid-19, afirmando que no reducen la transmisibilidad y rechazando las dosis de refuerzo.
Jürgen Habermas, en Teoría de la acción comunicativa, argumenta que la desinformación erosiona la esfera pública. Con sus afirmaciones -desmentidas por la ciencia-, Kaiser sembró desconfianza en la salud pública, demostrando una peligrosa ignorancia que raya en lo criminal por su impacto en la sociedad.
Ataque a Fabiola Campillai
Kaiser también afirmó que la senadora Fabiola Campillai “merecía” quedar ciega por una lacrimógena.
En Los condenados de la tierra, Frantz Fanon, describe la violencia del opresor como un intento de aniquilar la humanidad del otro. Este cruel comentario de Kaiser no solo ataca a Campillai, sino que enloda a las víctimas de la represión estatal, revelando una insensibilidad moralmente despreciable que lo retrata como un ser éticamente raquítico.
Régimen tributario
En mayo de este año, Kaiser calificó el nuevo régimen tributario para feriantes como un “impuesto al patrimonio”, hecho que fue desmentido por el ministro Mario Marcel, quien aclaró que se aplica a ventas, no al patrimonio.
Max Weber, en su conferencia El político y el científico, exige “responsabilidad ética” en la política. Kaiser, al distorsionar esta medida, demuestra una hipocresía que confunde a la opinión pública, manipulando hechos para alimentar su radical narrativa con una torpeza que raya en lo absurdo.
Uso de fondos públicos
Kaiser gastó $1.000.000 en asistir a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Brasil (2023) y $2.000.000 para un evento del Grupo Patriotas por Europa en Madrid, ambos financiados por la Cámara de Diputados. El uso de fondos públicos para promover su agenda ultraconservadora es un abuso descarado, un acto de oportunismo que traiciona la confianza de los contribuyentes.
Ataques a Jeannette Jara
Kaiser comparó a Jeannette Jara con “Bachelet con esteroides”, acusándola de demoler la institucionalidad.
En Cuadernos de la cárcel, Antonio Gramsci explica que “la hegemonía cultural se construye demonizando al adversario”. Los ataques de Kaiser, carentes de sustancia, buscan deslegitimar a sus oponentes con una retórica vacía que solo alimenta la polarización, un grito desesperado por atención que carece de profundidad intelectual.
En síntesis, Johannes Kaiser representa la intolerancia y el oportunismo político. Sus posturas negacionistas, misóginas y golpistas, junto a la desinformación que disemina, amén del abuso de fondos públicos, lo retratan como un peligro para la democracia.
Como señala Hannah Arendt en Los orígenes del totalitarismo, “la propaganda no persuade, destruye”. Más bufón que líder, Kaiser destruye el debate público con una retórica tóxica que carece de sustento y legitimidad moral.