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Ciencia e innovación: Científicos chilenos crean tecnología de biocontrol agrícola basada en bacterias nativas
La iniciativa se ha gestado gracias al proyecto “Biofungicida bacteriano para el control del hongo fitopatógeno Monilinia fructicola“. Foto: depositphotos

Ciencia e innovación: Científicos chilenos crean tecnología de biocontrol agrícola basada en bacterias nativas

Por: Pablo Oyarzún | 12.07.2025
Investigadores de la Universidad Santo Tomás (UST) desarrollaron un prototipo que pudo controlar eficazmente los patógenos, representando una alternativa sostenible para el manejo sanitario en frutales. Esta tecnología reduce el riesgo de generar resistencia a microorganismos.

Investigadores de la Universidad Santo Tomás (UST) desarrollaron una tecnología de biocontrol basada en bacterias nativas que permitiría hacer frente a enfermedades que atacan cultivos frutales sin la necesidad de utilizar pesticidas químicos.

La iniciativa se ha gestado gracias al proyecto “Biofungicida bacteriano para el control del hongo fitopatógeno Monilinia fructicola, financiado en 2017 por el 14° Concurso de I+D Aplicada en Recursos Naturales de la Fundación Copec-UC.

De este modo, fue posible desarrollar un prototipo que pudo controlar eficazmente los patógenos y representar una alternativa sostenible para el manejo sanitario en frutales, en línea con las crecientes exigencias de inocuidad y sustentabilidad en los mercados internacionales, donde es visto como un valor agregado en algunos productos.

“Los resultados experimentales demostraron que el prototipo posee una eficacia destacada frente a varios hongos de relevancia agronómica, ampliando así su potencial de aplicación en distintos cultivos”, comentó el Dr. Miguel Castro, investigador responsable del proyecto y académico de la Facultad de Ciencias de la UST. “Además, representa un ejemplo concreto de cómo la investigación aplicada, impulsada desde nuestras universidades, puede convertirse en soluciones tangibles para la industria”, agregó.

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Inocuidad alimentaria

De acuerdo a palabras del Dr. Castro, este tipo de tecnología ofrece importantes beneficios, como mayor compatibilidad con los ecosistemas donde se aplican y por la reducción del riesgo de generar resistencia a patógenos.

Esto, debido a que “el mecanismo de acción está mediado por una combinación de moléculas producidas por la cepa bacteriana, y no por un único principio activo, como ocurre habitualmente en los sistemas químicos”, explicó.

“Al tratarse de bacterias inocuas, su uso es más seguro tanto para los trabajadores agrícolas como para los consumidores, y su aplicación no deja residuos tóxicos en los frutos”, destacó el encargado del proyecto.

“Esto facilita el cumplimiento de las exigencias internacionales en materia de inocuidad alimentaria, lo que es especialmente relevante en el contexto global actual, donde existe una creciente presión por producir de manera sostenible y con una menor huella ambiental”, añadió el académico.

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Biocontrol agrícola

En contraste con otros productos ya existentes, esta tecnología abre nuevas oportunidades de desarrollo. “Contamos con el genoma completo de la cepa bacteriana, lo que permite explorar y optimizar su potencial biosintético”, expresó el investigador.

Esto no solo facilita la identificación de los compuestos activos involucrados en el control, sino que también permitirá a los científicos proyectar su uso frente a otros fitopatógenos de importancia agrícola.

Si bien ya existen otros productos con la misma tecnología en otras partes del mundo, esta es la primera vez que se utilizan cepas bacterianas nativas de Chile, obtenidas directamente desde ambientes agrícolas nacionales.

Para el Dr. Castro, contar con esto permite “seleccionar organismos adaptados a las condiciones de estrés presentes en el campo, como las fluctuaciones hídricas y especialmente, la presencia de residuos de agroquímicos que pueden resultar perjudiciales para cepas introducidas artificialmente”.

“Nuestro trabajo aporta en avanzar hacia una solución concreta para el control sostenible de fitopatógenos, considerando un modelo replicable de innovación en bioinsumos agrícolas, con foco en sustentabilidad, seguridad y proyección comercial”, concluyó el experto.

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