
La arremetida de Dinamarca para regular la IA: Impulsa ley que reconoce derecho sobre la voz, rostro y cuerpo
Con el fin de defender los derechos personales y regular el uso de Inteligencia Artificial, Dinamarca presentó un novedoso proyecto de ley que reconoce por primera vez los derechos individuales sobre el rostro, la voz y el cuerpo.
La iniciativa surge a raíz del preocupante aumento de los deepfakes, videos, imágenes y/o audios creados mediante IA que buscan imitar la realidad, pero con hechos que nunca ocurrieron.
Muchas veces este contenido utiliza la figura de una persona sin su consentimiento en desmedro del control sobre su propia identidad.
“En el proyecto de ley estamos diciendo, de forma clara, que cada persona tiene derecho sobre su propio cuerpo, su voz y sus rasgos faciales, algo que la legislación actual no protege de forma suficiente frente a la IA generativa”, afirmó Jakob Engel-Schmidt, ministro de Cultura danés, en declaraciones al diario The Guardian.
El ministro enfatizó además: “Los seres humanos pueden ser pasados por la copiadora digital y usados para todo tipo de fines, y no estoy dispuesto a aceptar eso”.
“Este proyecto envía un mensaje inequívoco: cada persona tiene derecho a controlar cómo se ve y cómo suena”, sentenció Engel-Schmidt, quien anunció que el país impulsará una agenda común sobre la regulación de la IA durante la presidencia de turno en la Unión Europea.
¿En qué consiste el proyecto?
La iniciativa constituye una reforma a la legislación actual de derechos de autor del país al introducir nuevas medidas que permitirán a los ciudadanos exigir la eliminación de contenidos digitales creados o difundidos sin previa autorización.
A su vez, quienes resulten afectados podrán exigir una compensación económica a modo de subsanar los daños.
En tanto, la normativa también protegerá las interpretaciones artísticas ante las creaciones que las imitan de forma sintética. Sin embargo, parodias y sátiras seguirán siendo válidas.
Hasta el momento, el proyecto ya cuenta con el respaldo del 90% del Parlamento, mientras que el Ministerio de Cultura someterá el texto a una consulta pública para presentarlo formalmente en otoño.