
Textiles en la Ley REP: La economía circular está de moda
La reciente incorporación de los textiles a la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP o también conocida como Ley del Reciclaje) es un paso decisivo en nuestro compromiso como país con una economía más circular y la gestión responsable de los residuos textiles. Se trata de una medida largamente esperada y profundamente necesaria, considerando el impacto ambiental que genera la industria textil, tanto a nivel global como nacional.
Estamos hablando de transformar estructuralmente un sector que, a nivel global, emite más gases de efecto invernadero que el transporte aéreo y marítimo combinados, que consume miles de litros de agua para la producción de las prendas y donde menos del 1% de los materiales se reciclan para fabricar nueva ropa.
Hoy, en Chile se consume en promedio 32 kilos de textiles al año y la compra de nuevas prendas ha aumentado de 15 a aproximadamente 50 por persona en los últimos años. Más del 90% de lo que usamos es importado, ya sea de primera o de segunda mano, y buena parte termina como residuo sin una vía formal de recolección o valorización.
Frente a este escenario, la incorporación de los textiles a la Ley REP implica un cambio de paradigma: desde ahora, quienes fabrican, importan o comercializan productos textiles estarán obligados a hacerse cargo de los residuos que se generan por la introducción de estos productos.
Esta responsabilidad no solo busca reducir la cantidad de residuos que llegan a rellenos sanitarios o vertederos, sino también fomentar el ecodiseño, la reutilización, la reparación y el reciclaje.
A corto plazo, dichas empresas deberán inscribirse en el Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC) y reportar la cantidad de textiles que introducen en el mercado. A mediano plazo, deberán cumplir metas de recolección, valorización y otras obligaciones que serán establecidas en un decreto elaborado con participación de múltiples actores.
Este desafío también es una gran oportunidad. Porque avanzar hacia una economía circular no solo tiene beneficios ambientales, sino que puede también promover el desarrollo económico y social.
La implementación de sistemas de recolección, clasificación, reparación y reciclaje de los textiles puede generar nuevos empleos, fortalecer y formalizar oficios tradicionales como la costura y la reparación, y ser un espacio para la innovación en materiales y la creación de nuevos emprendimientos con modelos de negocio circulares.
Desde el Ministerio del Medio Ambiente estamos trabajando en una batería de acciones vinculadas al sector textil, porque comprendemos que el desafío es complejo, y debe abordarse desde múltiples aristas.
Es por ello que, desde 2023, nos encontramos trabajando en una Estrategia de Economía Circular para Textiles al 2040, la cual tiene como propósito orientar acciones y articular esfuerzos para prevenir la generación de residuos y prolongar la vida útil de los textiles, impulsando su calidad, reutilización y valorización, junto con un marco regulatorio que fomente la trazabilidad, la transparencia y el desarrollo sostenible del sector.
Tanto la estrategia como la declaración de los textiles como producto prioritario en la Ley REP son una oportunidad para redefinir nuestra relación con la ropa. Para pasar de un modelo lineal y descartable a uno que valore la durabilidad, la reparación y la reutilización.