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El gran ecosistema de Humboldt y su importancia para el océano
Foto: Proyecto Humboldt II

El gran ecosistema de Humboldt y su importancia para el océano

Por: Juan Francisco Santibañez y Alejandro Gertosio | 18.06.2025
Tras el reciente Día Mundial de los Océanos, no solo celebramos la inmensidad y la belleza de nuestros mares, sino que también renovamos nuestro compromiso con la protección de ecosistemas tan vitales como el de Humboldt, condición esencial para asegurar la salud de los océanos y la sostenibilidad de nuestra actividad productiva.

Habiendo conmemorado el Día Mundial de los Océanos recientemente, y finalizada la tercera Conferencia del Océano de las Naciones Unidas (UNOC3), en la ciudad de Niza en Francia, resulta crucial dirigir nuestra mirada hacia uno de los motores biológicos más extraordinarios del planeta: el Gran Ecosistema Marino de la Corriente de Humboldt (GEMCH).

Ubicado en el borde oriental del Pacífico Sur, a lo largo de las costas de Chile y Perú, es un vasto cuerpo de agua, un epicentro de vida, pilar económico y cultural, y un testimonio de la increíble productividad de nuestros océanos.

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El GEMCH no es solo importante; es vital para la salud del océano. Con una extensión de aproximadamente 2,5 millones de kilómetros cuadrados a lo largo de la costa oeste de Chile y Perú -desde el sur de Chile (~42° S) hasta Ecuador y las islas Galápagos-, este ecosistema está impulsado por la Corriente de Humboldt, que transporta aguas frías y ricas en nutrientes desde las profundidades hacia la superficie.

Esta surgencia es el secreto de su asombrosa productividad primaria. Aunque representa menos del 0,1 % de la superficie oceánica global, el GEMCH es responsable de una producción biológica marina desproporcionadamente alta. Se estima que su productividad primaria supera con creces la de otros Grandes Ecosistemas Marinos.

A pesar de estar clasificado como el tercer sistema de surgencia costera más productivo, el GEMCH genera entre cinco y diez veces más rendimiento pesquero que otros sistemas similares. Esto lo convierte en uno de los ecosistemas más fértiles y dinámicos del planeta, impulsando una cadena alimenticia que sostiene una inmensa diversidad de vida marina, desde el microscópico fitoplancton hasta grandes depredadores y mamíferos marinos.

Esta explosión de vida se traduce directamente en una de las zonas pesqueras más productivas del mundo. Las pesquerías en el GEMCH son de una magnitud impresionante, constituyendo una de las mayores capturas pesqueras a nivel global. El sistema de la Corriente de Humboldt aporta aproximadamente entre el 18% y el 20% del total de la producción pesquera mundial, a pesar de su reducida superficie oceánica.

Históricamente, Chile y Perú juntos han representado una parte sustancial de la captura mundial de peces pequeños pelágicos, como la anchoveta, que por sí sola puede alcanzar volúmenes de captura anuales de varios millones de toneladas. De hecho, se estima que alrededor del 10% de la captura global de anchoveta proviene de esta región.

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Esta enorme biomasa no solo alimenta a nuestras poblaciones, sino que también es fundamental para la producción de harina y a ceite de pescado, productos que tienen un impacto significativo en la economía global. Más allá de la anchoveta, el GEMCH sostiene también otras grandes pesquerías como la del jurel, caballa y una variedad de otras especies demersales y pelágicas, todas ellas esenciales para la seguridad alimentaria y la economía de la región.

Sin embargo, esta riqueza no está exenta de amenazas. La pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada (Pesca INDNR), la contaminación marina y el cambio climático son desafíos apremiantes que ponen en riesgo la salud de este ecosistema y, con ello, la disponibilidad de sus servicios ecosistémicos y recursos vitales.

Para atender estos desafíos, Chile y Perú han unido esfuerzos para enfrentar los retos comunes del ecosistema Humboldt, y para trabajar coordinadamente en la implementación de acciones concretas que promuevan su conservación y sostenibilidad. Por tanto, iniciativas como el Proyecto PNUD GEF Humboldt II son una muestra clara de cómo ambos países están trabajando para fortalecer el manejo pesquero sostenible, promover la colaboración científica, mejorar la calidad ambiental en la zona marino costera y contribuir a la conservación de la biodiversidad.

En ese marco, se está impulsando el establecimiento de una Red Binacional de Cooperación Técnica en Áreas Marinas de la Corriente de Humboldt, que permita abordar los desafíos de conservación de manera integral, y también en el fortalecimiento de la investigación científica para la elaboración de protocolos de evaluación del stock compartido de anchoveta del sur de Perú y norte de Chile.

Tras el reciente Día Mundial de los Océanos, no solo celebramos la inmensidad y la belleza de nuestros mares, sino que también renovamos nuestro compromiso con la protección de ecosistemas tan vitales como el de Humboldt, condición esencial para asegurar la salud de los océanos y la sostenibilidad de nuestra actividad productiva. La magnitud de su productividad y la importancia de sus pesquerías nos obligan a actuar con urgencia y responsabilidad. Es hora de reconocer que la salud de este gran ecosistema marino es intrínseca a nuestro propio bienestar y futuro.

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