
Estudiantes chilenos en Argentina: ¿Qué ocurrió con el anuncio de Milei de cobrar a extranjeros en sus universidades?
Buenos Aires.- A fines del año pasado el Gobierno argentino de Javier Milei informó que pretendía implementar un sistema de cobro de aranceles a estudiantes extranjeros no residentes en universidades nacionales, un decisión que desató una catarata de reacciones a favor y en contra en sectores educativos y políticos locales, y también preocupación entre las familias de los jóvenes que cursan sus estudios en el país trasandino.
Muchos jóvenes chilenos deciden armar maletas e iniciar sus estudios superiores en Argentina, donde la educación pública y gratuita es de ingreso irrestricto, por lo que el anuncio –o su eventual implementación- podría modificar sensiblemente la ecuación económica que los llevó a tomar esa decisión.
5% del total de las universidades públicas
Según el vocero presidencial, Manuel Adorni, la medida que integra el paquete de decisiones que el gobierno libertario denomina “Motosierra y licuadora” representará para las universidades nacionales una nueva fuente de financiamiento.
La versión de Adorni asegura que el 30% de los estudiantes de medicina es extranjero, una cifra que contradice los propios datos oficiales según los cuales este grupo representa menos del 5% del total en universidades públicas.
El anuncio ha sido criticado por su falta de claridad y viabilidad. Especialistas argumentan que los inmigrantes también contribuyen al sistema tributario argentino y que el financiamiento universitario proviene de impuestos pagados por toda la sociedad.
Asimismo, se cuestiona si esta medida realmente aliviaría las tensiones presupuestarias que viven las universidades producto del feroz recorte implementado por el Gobierno. Algunos sectores consideran el anuncio como un gesto político más que una propuesta concreta.
Para la galería
Cuatro meses después de conocido el proyecto as autoridades académicas señalan no haber recibido ningún tipo de indicación al respecto y subrayan que el mismo implicaría modificaciones al régimen migratorio y a varias leyes existentes, entre ellas la Ley de Educación Superior (Ley 24.521), que garantiza la gratuidad.
En los términos en que fue realizado el anuncio, muy criticado por su falta de claridad y viabilidad, no tiene efectos para quienes ya se encuentran cursando sus estudios, ya que actualmente solo los estudiantes que poseen un DNI argentino pueden inscribirse en universidades públicas, lo que deja fuera ex-ante a los no residentes a los que alude el proyecto.
Si bien el gobierno acostumbra lanzar este tipo de anuncios cuya espectacularidad está dirigida a su núcleo duro de votantes, lo cierto es que su eventual aplicación enfrentará desafíos legales y operativos importantes.
¿Se viene un decretazo?
A mediados de abril el Ejecutivo libertario desempolvó el tema e hizo trascender que tiene en carpeta una reforma migratoria que endurecerá los criterios para otorgar la residencia a extranjeros y facilitará los mecanismos de deportación para aquellos mismos delincan en el país.
El 1 de marzo pasado en su discurso en la Apertura del 143° período de Sesiones Ordinarias del Congreso, Milei anunció que tenía previsto realizar dicha reforma “imprescindible si queremos ser un país serio”.
A mediados de abril trascendió que en vez de un proyecto de ley, como había sugerido el mandatario, podría salir a tiro de decreto, lo que le ahorraría al Gobiernos el riesgo de sufrir nuevas derrotas legislativas.
Para avanzar en el tema será necesario modificar algunos artículos de la Ley de Migraciones 25.871, vigente desde 2004 y que fue modificada por decreto en 2010 durante el gobierno de Cristina Kirchner.
La opinión de los estudiantes
Matías, estudiante de cuarto año de medicina en la UBA comentó que en un primer momento lo preocupó lo que podría ocurrir.
“Obviamente no sabía qué podía pasar. Medio que te puede llegar a cambiar los planes bruscamente. Lo comenté con mi familia en Chile y me dijeron que me bancan, —explica con una mezcla de acentos chileno y argentino— y que de algún modo vamos a arreglarnos.
“Después, cuando la prensa fue anunciando y quedó claro que será para quienes no poseen Documento Nacional de Identidad (DNI), la cosa se fue aclarando”.
Pepe, por su parte, estudia en la Facultad de Economía, muy cerca de la de Medicina, cruzando la emblemática Plaza Houssay escenario de varias manifestaciones en defensa de la Educación en el país vecino.
Para el joven la decisión responde más a temas electorales ya que “nosotros aportamos divisas, somos receptores de remesas de nuestras familias, trabajamos, pagamos IVA (Impuesto al Valor Agregado) y dinamizamos la economía del barrio en el que vivimos”.
“Es cierto que somos beneficiarios de un derecho que en Chile es menos accesible, pero hay un mito de que somos exclusivamente receptores cuando también aportamos a la economía del país”
Las cifras oficiales
Desde 2015, el primer año con registros oficiales sobre el tema, el porcentaje de estudiantes extranjeros siempre fue menor al 5%, aunque fue aumentando año a año ya que se inició con un 2,8%, según el portal Chequeado.com
En 2022 se registró un total de 122.769 estudiantes extranjeros en las universidades argentinas, de los cuales 104.998 cursaban estudios de pregrado o grado, y 17.771 ofertas de posgrado, que son aranceladas.
Esta población representó el 4,1% del total de los estudiantes de pregrado y grado, y el 9,9% de los estudiantes de posgrado. Según el tipo de gestión, su participación alcanzó el 4,3% de la matrícula en el sector estatal y el 5,5% en el sector privado.
Según Pablo Ceriani Cernadas, director de la Especialización en Migración y Asilo de la Universidad Nacional de Lanús, “muchas veces cuando se dan estos debates se plantea que los extranjeros estudian gratis gracias a que los argentinos pagan impuestos” lo que constituye un error, ya que “ellos también pagan impuestos como cualquier persona. Entonces, la financiación de las universidades públicas se da a partir de los aportes que toda la sociedad (argentinos e inmigrantes) hace a través del sistema tributario”.
En relación a la procedencia, los datos oficiales muestran que el 95,83% proviene de países de América; un 2,87% de países de Europa; y el 1,3% restante de Asia, África y Oceanía.
Los principales países de origen (en pregrado y grado) son: Perú, Bolivia, Paraguay, Brasil, Chile, Colombia y Uruguay. En posgrado son Colombia, Ecuador, Brasil, Uruguay y Perú los países con mayor número de estudiantes.