
El giro geopolítico del Vaticano bajo liderazgo del papa Francisco: Puentes con China, muros con Trump y crisis con Israel
El lunes por la tarde, el Vaticano informaba oficialmente las causas del fallecimiento del papa Francisco I, señalando que sufrió un ictus cerebral, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV), acompañado de un colapso cardiovascular.
La confirmación fue entregada mediante un documento emitido por el director de Sanidad e Higiene del Estado vaticano, Andrea Arcangeli. En dicho informe se establece que “la muerte se produjo a las 07:35 horas locales del 21 de abril en su apartamento, la residencia vaticana Casa Santa Marta”.
El pontífice falleció luego de una extensa lucha contra complicaciones respiratorias severas que lo mantuvieron internado durante 38 días en el hospital Gemelli de Roma. Su hospitalización finalizó el 23 de marzo.
En su historial médico, se consigna que el papa había enfrentado un cuadro de insuficiencia respiratoria aguda debido a una neumonía bilateral microbiótica, además de una bronquitis múltiple, hipertensión y diabetes, condiciones que deterioraron progresivamente su salud.
La causa de muerte fue certificada a través de un electrocardiograma. El boletín médico consigna: "Declaro que las causas de la muerte, según mi ciencia y conciencia, son las indicadas".
Los roces con Donald Trump
El tema de la inmigración era uno de los tantos puntos en los que se reflejaba la discordancia entre el papa Francisco y el mandatario de Estados Unidos. La política antiinmigrantes de este último, característica de sector, junto al tipo lenguaje utilizado para su difusión, generó reacciones de varios líderes mundiales.
“Una persona que sólo piensa en construir muros, dondequiera que estén, y no en construir puentes, no es cristiano”, declaraba el papa Francisco en 2016 refiriéndose a una de las propuestas de campaña más controversial de Donald Trump.
Aquellas declaraciones fueron respondidas por el líder republicano calificándolas de "vergonzosas," y asegurando que si el Estado Islámico llegara a atacar al Vaticano, el Pontífice "habría deseado y rezado para que Donald Trump hubiera sido presidente”.
Posteriormente, en 2018 el pontífice calificó de "inmoral” la separación de niños migrantes de sus progenitores en la frontera de EEUU con México, asegurando que este tipo de políticas son contrarias " a nuestros valores católicos".
Un año después, el papa Francisco volvió a arremeter contra Trump por el mismo tema sosteniendo que aquellos que cierran las fronteras "se convertirán en prisioneros de los muros que construyen”.
Ya en este corto periodo de segundo mandato de Trump, que alcanzó a presenciar el pontífice, emitió una carta pública condenado las deportaciones masivas, pues aquellos que emigran lo hacen por razones humanitarias.
"El acto de deportar a personas (...) lesiona la dignidad de muchos hombres y mujeres, y de familias enteras, y los coloca en un estado de particular vulnerabilidad e indefensión", sostuvo en el documento.
El tema de la crisis climática y el cuidado del medio ambiente también constituyó un punto de desacuerdo entre ambos líderes.
Cuando Trump visitó Roma acompañado de su esposa, Melania Trump, pareciera que los roces habían quedado en el pasado, pues el mandatario solo tuvo buenas palabras para dedicarle al pontífice.
"Es excepcional, es realmente bueno. Tuvimos una reunión fantástica y una gira fantástica; fue realmente hermoso”, expresaba en ese entonces.
En dicho encuentro el papa Francisco le hizo entrega de una encíclica sobre el cuidado del medio ambiente, con el objetivo de que el mandatario reflexionara en torno a su radical postura y se sumara a los esfuerzos por combatir la crisis climática.
Sin embargo, con el pasar de los años, esta acción no impactó en Trump, pues el mandatario optó por retirar a Estados Unidos del Acuerdo Climático de Paris en enero pasado.
Condena a ofensiva de Israel
En los últimos meses antes de su fallecimiento, el papa Francisco intensificó sus críticas a la ofensiva militar de Israel contra Hamás, provocando controversia a nivel internacional.
Uno de los episodios más simbólicos de esta postura fue la revelación, en diciembre de 2024, de una escena de la natividad ubicada en la Plaza de San Pedro, donde el Niño Jesús aparecía envuelto en un keffiyeh, tradicional prenda palestina.
La obra, titulada “Natividad de Belén 2024”, fue creada por los artistas palestinos Johny Andonia y Faten Nastas Mitwasi. La instalación formó parte del acto oficial de inauguración del pesebre y del árbol de Navidad en el Vaticano.
El gesto fue recibido con duras críticas desde sectores conservadores. Laurie Cardoza-Moore, presidenta de Proclaiming Justice to The Nations, reaccionó señalando que la obra representa una injuria a Jesús y a sus seguidores.
“La inauguración por parte del papa de una escena de la natividad que mostraba al bebé Jesús acunado en un keffiyeh palestino es un ultraje a Jesús, la Biblia y al 80% de los cristianos que han huido de Belén desde que la Autoridad Palestina tomó el control de la ciudad”.
La líder arremetió también en contra del papa Francisco, sosteniendo que él "no puede reescribir la Biblia" porque "Jesús era un judío de Judea, no un palestino. Nació de una madre judía en Belén, en Judea".
Frente al mismo tema, el pontífice también elevó su tono crítico respecto al conflicto en Gaza, dejando sobre la mesa el debate en torno a si la ofensiva del ejército israelí constituyen o no crímenes de lesa humanidad.
“Deberíamos investigar cuidadosamente para evaluar si esto se ajusta a la definición técnica (de genocidio) formulada por juristas y organizaciones internacionales”, dijo en 2024.
Lazos con China tras 60 años de silencio
Si bien no pudo visitar el país, uno de los hitos del papa Francisco fue su histórico acercamiento con China, tras 60 años de distanciamiento entre ambos.
Recordemos que fue en 1957 cuando el Vaticano y el Partido Comunista Chino rompieron relaciones formales, lo que provocó una división religiosa interna en dicho país, pues el gobierno impulsó su propia corriente con la creación de la Asociación Patriótica Católica China.
Ya en 2018 las buenas relaciones comenzaban a prosperar luego de que el papa Francisco firmara un acuerdo que permitió retomar la conversación, centrada en el nombramiento de obispos. Lo que sabe de dicho acuerdo, es que el papa ratifica a los obispos seleccionados previamente por las autoridades chinas.
Este, sin embargo, ha sido blanco de duras críticas, como la del cardenal Joseph Zen Ze-kiun, figura clave en Hong Kong, quien ha expresado su rechazo por lo que considera una concesión a un régimen que vulnera derechos humanos y que ha presionado al Vaticano para cortar lazos diplomáticos con Taiwán.
Este pacto fue renovado recientemente en octubre de 2024, por un periodo de cuatro años. De hecho, en enero de 2025 fue consagrado Antonio Ji Weizhong como obispo de Luliang, el número 11 desde que entró en vigor el acuerdo.