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Tercera edad al alza: Alertan por crisis del cuidado y demanda de una ciudad para todo rango etario
Agencia Uno

Tercera edad al alza: Alertan por crisis del cuidado y demanda de una ciudad para todo rango etario

Por: Carolina Ceballos | 19.04.2025
Desde la academia y en entrevista con El Desconcierto, la experta Agnieszka Bozanic, proyecta el Chile del futuro en medio de las múltiples demandas de una población envejecida, que requiere de una intervención relevante a nivel de políticas públicas.

La doctora Agnieszka Bozanic, académica y activista por los derechos de las personas mayores hace más de 10 años, está preocupada por las condiciones de este segmento etario en nuestro país, contexto en el que, asumiendo su rol como presidenta de la Fundación Geroactivismo, nos comenta cómo es la vejez en los tiempos que corren en Chile, además de los desafíos que tenemos como sociedad.

“Creo que es un error asumir que las personas mayores de hoy son radicalmente distintas a las generaciones anteriores”, comenta en el inicio de su diálogo con El Desconcierto.

Más bien, lo que ha cambiado, destaca, “no es necesariamente el grupo en sí, sino el imaginario social sobre la vejez y las personas mayores”.

“Históricamente el viejismo, es decir la discriminación por motivos de edad hacia personas mayores, ha llevado a pensar a las personas mayores como un grupo más bien homogéneo, con características fijas como la dependencia, la fragilidad o la pasividad en lo económico. Sin embargo, las personas mayores, siempre han sido diversas con distintos niveles de autonomía, participación y deseos”, releva.

En este contexto, comenta, “lo que ocurre hoy es que hay una visibilidad de esa diversidad”.

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Autonomía, clave en el envejecimiento actual

Lo que se está dando, complementa, “gracias a los cambios en la educación, el acceso a las tecnologías, y sobre todo por la longevidad, por la prolongación de una vida activa”.

“En ese sentido, algunas diferencias que se observan, o que emergen con mayor claridad, tienen que ver con la autonomía y la participación”, asegura.

Porque, según ilustra Bozanic, “muchas personas mayores siguen activas en el mercado laboral, involucradas, por otro lado, en sus comunidades o emprendiendo, pero esto no es nuevo, es algo que siempre ha existido, solo que ahora está más reconocido”.

Adicionalmente, detalla, “otra diferencia más clara, es el acceso diferenciado a la tecnología”.

Indagando en esta dimensión, la experta asegura que “muchas personas mayores están digitalizadas, pero aún muchas otras son analfabetas digitalmente. Y si bien siempre ha existido esta brecha en innovación tecnológica, ahora es mucho más evidente cuando el internet es una herramienta más notoria”.

“Y que hace la diferencia al final del día”, advierte.

Realidad socioeconómica marca devenir de la vejez

Pero la condición económica, es un tema que definitivamente marca el devenir de la vejez en nuestro país. Así lo destaca Bozanic, quien plantea que “una característica que puede hacer más clara aún esta diversidad, tiene que ver con la diversidad socioeconómica y cultural”.

Porque, asegura, “no todas las personas mayores enfrentan la vejez de la misma forma”.

“Las experiencias y trayectorias vitales están marcadas por clase social, género, territorio, redes de apoyo, nutrición, etcétera. Son los condicionantes sociales cuando hablamos de envejecimiento”, comenta.

Por lo tanto, dice, “no es que las personas mayores hayan cambiado drásticamente, sino más bien es que ahora la sociedad empieza a reconocer esta diversidad, desafiando sobre todo los estereotipos, estas creencias sesgadas y negativas de las personas mayores, que solo la reducían a un solo modelo de envejecimiento posible”.

“Chile no está preparado urbanísticamente"

- ¿Qué desafíos tiene el país a nivel de políticas públicas para este segmento?

Sin duda, el tema de pensiones y salud son claves, pero el envejecimiento de la población trae consigo otros desafíos transversales, y de los que muchas veces no se habla.

Es fundamental pensar en una ciudad para todas las edades. Se sabe que Chile no está preparado urbanísticamente para el envejecimiento, las ciudades siguen diseñadas para personas jóvenes y sin dificultades de movilidad. Por lo mismo, es fundamental pensar políticas públicas en relación a viviendas adaptadas y accesibles, transporte público inclusivo, con tarifas justas y, sobre todo, con accesibilidad universal.

También espacios públicos seguros, iluminados y con mobiliario urbano adecuado. Pensar ciudades en enfoque de género, pero también en una clave de edad.

Por otro lado, es fundamental hablar del acceso a la cultura, la recreación y la educación. Por lo mismo, las políticas públicas también tienen que apuntar a espacios culturales y recreativos para esta población, a precios justos.

Pensar en contextos educativos, programas de educación continua para personas mayores. Y las mismas universidades actuales que sean espacios más inclusivos con otras edades. Para que exista un contacto intergeneracional y también una integración de personas mayores en actividades artísticas, deportivas y comunitarias.

Cuarta edad al alza

- ¿Cuál va a ser la realidad de los adultos mayores en Chile en 10 años más, considerando también que tenemos bajas pensiones y muchos de ellos tienen que trabajar, a lo que se suma una expectativa de vida creciente y una natalidad a la baja de larga data?

En una década más, el envejecimiento poblacional en nuestro país será mucho más evidente. Sabemos que Chile es un país envejecido, y que en el 2050 seremos el país más envejecido del Cono Sur. Por lo tanto, ¿qué podemos esperar en este contexto panorama? Por supuesto, un porcentaje aún mayor de personas mayores, especialmente de la cuarta edad, es decir, 80 o más años.

Si continuamos en el mismo sistema de seguridad social, por supuesto que existirán más personas mayores trabajando por necesidad. En un mercado laboral que aún discrimina.

Hay estudios en Norteamérica que hablan del viejismo laboral, que afecta tanto a hombres como a mujeres, pero a mujeres cinco años antes de comparación con sus padres. A las mujeres, desde los 40 años ya nos empieza a afectar el envejecimiento laboral. Y a los hombres, a los 45.

Por lo tanto, es fundamental comenzar a pensar en eso de forma seria.

También existirá una mayor demanda de cuidados, con la crisis de las cuidadoras, los cuidadores como un problema urgente, por lo mismo el nuevo proyecto de ley aprobado, del Sistema Nacional de Cuidados, es un avance hacia este contexto y esta demanda futura.

Por supuesto que también, entendiendo la salud como un pilar fundamental, cuando hablamos de envejecimiento de personas mayores, existirá una presión sobre el sistema de salud si no se integra una estrategia clara para la atención geriátrica que promueva un envejecimiento activo.

Esas son cosas que se pueden ir observando, y sobre todo también entender que la vejez tiene cara de mujer.

O sea, la vejez es un fenómeno que está feminizado, las mujeres son las más longevas en Chile, pero eso no va de la mano, muchas veces, con su salud.

Observamos mujeres más longevas, pero con una peor calidad de vida y peor salud.

Economía plateada, un mercado emergente

- Adicionalmente, ¿hay un nicho económico que se está abriendo considerando la existencia de eventos para la tercera edad o segmentos para personas sobre 50 años que se están efectuando y que son cada vez más masivos?

Sobre la ‘economía plateada’, es importante entenderla como este conjunto de bienes y servicios diseñados específicamente para personas de 60 o más años.

En Chile, sin duda es un mercado emergente que tiene que ver con el turismo, con la salud y el bienestar desde gimnasios especializados, hasta alimentación, asistencia, servicios de apoyo domiciliario, por ejemplo, tecnología adaptada, celulares para personas mayores, telemedicina, etcétera.

El problema con la economía plateada, es quién puede acceder a estos servicios. La mayoría de estos servicios están diseñados para personas mayores con altos ingresos, muchas veces dejando fuera a aquellas personas mayores que tienen bajas pensiones o menos redes de apoyo.

Entonces, es fundamental pensar una economía plateada que esté regulada, y que también sea una economía plateada accesible para todas las personas mayores.

Puede demandar cambios en el mercado laboral

- ¿Cómo se proyecta la vejez en el corto y mediano plazo en Chile?

Dentro de los próximos cinco años, seguiremos viendo un aumento sostenido de las cifras de personas mayores en nuestro país. Y por lo mismo, una mayor presión social por reformas que vayan a solucionar necesidades particulares de este grupo etario.

En el mediano plazo, entre 10 y 15 años, el envejecimiento será aún más notorio. Lo que puede derivar en la necesidad de cambio en el mercado laboral, la necesidad de modelos de empleo más flexibles.

Por otro lado, (habrá) un crecimiento de la demanda por viviendas adaptadas, modelos de cuidado intermedio.

Importante destacar que no todas las personas mayores tienen algún tipo de dependencia, la mayoría son autovalentes. Por lo tanto, hay que otorgar oportunidades también para este grupo de personas autovalentes y mayores.

También se puede prever un mayor protagonismo de las personas mayores en diferentes ámbitos sociales, comunitarios, como ha venido siendo la tónica en los últimos años.

Y sobre todo, espero, una evolución en el imaginario social hacia la vejez con menos estereotipos, con una visión mucho más realista de las vejeces actuales, pero también con nuevos desafíos en equidad intergeneracional, entendiendo este cohabitar entre generaciones.

¿Quién se hace cargo de los mayores sin descendencia?

- Con una vejez tan masiva en Chile, y con edades más bien avanzadas en relación a la expectativas de vida actuales, lo que hace que la gente sea muy longeva, más que antes, ¿cuáles problemáticas abre esta nueva realidad?

Las principales problemáticas que podemos observar de un Chile más envejecido de lo envejecido que está hoy, es que se van a generar nuevos desafíos sociales.

Por un lado, vamos a observar el envejecimiento de las cuidadoras. Muchas mujeres mayores son cuidadoras de sus cónyuges, de su descendencia con algún grado de dependencia o discapacidad, lo que podría generar una crisis del cuidado.

Por lo mismo, es fundamental la aprobación del proyecto de ley del Sistema Nacional de Cuidados.

Por otro lado, se puede observar mayor desigualdad. Sobre todo por las diferencias socioeconómicas que se van acentuando con el envejecimiento, afectando la calidad de vida de aquellas personas que han tenido trabajos precarios o informales, que generalmente son las mujeres.

Por otro lado, también se puede observar, por ejemplo, un aumento de la dependencia funcional.

A medida que vamos envejeciendo, es más probable desarrollar enfermedades de diferente tipo. Por lo mismo, crece la necesidad de cuidados a largo plazo.

Por lo mismo, es fundamental pensar en establecimientos de larga estadía.

Regular estos espacios, porque con las tasas de natalidad tan bajas, van a existir personas mayores sin descendencia, por lo tanto, ¿quién se va a hacer cargo de esas personas?

Soledad involuntaria, otra amenaza

Por otro lado, y con la disminución de redes de apoyo, y los cambios en esta estructura familiar por “las bajas tasas de natalidad, pueden aumentar los casos de soledad involuntaria”, sostiene la experta.

Ello, en un contexto en que, complementa, “sabemos que la soledad involuntaria trae consigo problemas a nivel físico y a nivel de salud mental”.

“Por último, por supuesto, esta mayor longevidad, podría tener un impacto en el sistema de salud público, si no comenzamos a pavimentar un sistema sanitario que esté centrado en la persona”.

Y, sobre todo, recalca, “que también esté enfocado especialmente en personas mayores”.

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