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Senador Iván Flores: “La fuerza electoral de la Democracia Cristiana sigue latente”

Senador Iván Flores: “La fuerza electoral de la Democracia Cristiana sigue latente”

Por: Carolina Ceballos | 18.04.2025
En un año desafiante, en entrevista con El Desconcierto el parlamentario aterriza la realidad del falangismo, advirtiendo que este sigue en sintonía con la gente, aunque debe hacer ajustes en su discurso.

En medio de una contienda electoral álgida, y con definiciones que mantienen al espectro político en una situación expectante, el senador de la Democracia Cristiana (DC), Iván Flores, comenta el presente de su partido, actualmente liderado por el diputado y presidenciable falangista, Alberto Undurraga.

Contexto en el que aborda la postura de quien dirige la mesa del partido, quien no ha descartado ir directo a la papeleta de la elección presidencial

- Independientemente de la postura del presidenciable de la DC, su presidente Alberto Undurraga, ¿qué opciones tiene el falangismo como fuerza política en este año electoral?

Creo que la Democracia Cristiana, en la situación en la que se encuentra, debería tener no solamente la voz de un candidato, debería también tener la voz de un partido que hace sintonía con la ciudadanía, primero con la militancia.

Seguimos siendo una fuerza electoral importante hasta la última elección, o hasta antes de la última elección, teníamos la mayor cantidad de alcaldes, la mayor cantidad de gobernadores regionales, la mayor cantidad de consejeros regionales, y de concejales éramos la primera fuerza política en elegir autoridades comunales en estricta relación con la comunidad.

Y eso se ha venido perdiendo producto de la ambigüedad, producto de la falta de presencia en los debates y en los temas de interés nacional y público. Entonces, mucho más allá de lo que plantea un candidato en la coyuntura, creo que la fuerza electoral de la Democracia Cristiana sigue latente, solo que no hemos sabido escucharla ni representarla.

Hay un universo de gente políticamente desamparada

Pensando en el electorado, Flores considera que “la Democracia Cristiana debe buscar el camino más cerca del centro político, esa es su naturaleza, es su condición y su postura, nosotros no somos un partido de izquierda, tampoco somos un partido de derecha, nos hemos definido como de centroizquierda”.

“Y hay que buscar ese nicho", comenta.

Un universo que, releva, "se ha venido haciendo cada vez más difuso, hay otros intentos de otros partidos que han tratado de apuntar al centro político", mientras que, "nosotros nos hemos quedado sin la presencia en ese mundo de gente que hoy día se siente desamparada”.

Porque, complementa, “los discursos que uno escucha, son más bien los discursos de los extremos, de la extrema derecha y de la extrema izquierda”.

Hay que apuntar al 30% del electorado que no ha decidido

Pensando en los desafíos que la DC enfrenta este año electoral, el senador tiene claro cómo abordar los comicios de noviembre. "Nosotros debemos apuntar hacia ese electorado, que creo que es el 30% que hoy todavía no toma una decisión”, sostiene.

Ahora, recalca, “una cosa es plantearse con temas que son de interés de ese mundo político y de la ciudadanía en general, y otra cosa son los acuerdos políticos para enfrentar este 2025”.

“Nosotros no podemos hacer un acuerdo con los partidos que no estén dentro de la centroizquierda o la izquierda, porque no somos de derecha ni podremos ser de derecha”, advierte dejando claro dónde están los límites del falangismo.

Entonces, dice, “una cosa es lo que nosotros planteamos como partido político a un mundo que lo hemos venido perdiendo, que es el de la centrpizquierda... pero los acuerdos políticos van a tener que ser con el Socialismo Democrático (PS-PPD), y con las izquierdas”.

“No tenemos otro camino si no es el de la unidad de todo el sector progresista”, insiste.

¿Qué le ofrece la DC a su electorado?

Pensando en el ADN de la DC, Flores comenta dónde están las preocupaciones del falangismo, asumiendo que hay definiciones claras en él para enfrentar la demandada unidad del progresismo.

Nosotros la abordamos, asegura, “con las diferencias propias de un partido que apunta más hacia el centro político que otros partidos, pero en unidad de interés de seguir avanzando en justicia social, en desarrollo económico equitativo y, lo que hemos venido repitiendo, desde desde nuestra formación partidaria”.

“Creo que la postura que hoy tiene el presidente de nuestro partido, el diputado Undurraga y candidato presidencial, en el sustento, hay razones para decirlo, apuntar y diferenciarnos de las izquierdas más duras, creo que hace sentido", admite.

Pero la fórmula, dice, "o la forma en que se está planteando, de tener dos primarias separadas, nos aísla y nos separa del resto del progresismo, o del resto del Socialismo Democrático, porque además de la cuestión ideológica, doctrinaria y de principios, lo que tenemos es un necesario pragmatismo para que no nos aíslen, no habiendo otra oferta dentro del mundo de la centroizquierda disponible para asociarse con la Democracia Cristiana hasta el momento”, sincera Flores.

En definitiva, agrega, debemos “tener bien evaluado ese escenario. Y entonces, creo que el discurso de Undurraga, si bien es cierto, apunta correctamente a la base de nuestros principios, en términos de promover asociación con partidos que sean a todo evento democráticos, que sean partidos que apunten, a todo evento a la defensa de los derechos humanos, a todo evento a una democracia plena… la verdad es que en la práctica eso hoy día es de una total escasez”.

Discurso falangista no logra aterrizar su ADN

Consultado acerca de las definiciones del falangismo y su vínculo con las comunidades, el parlamentario abraza la certeza de que “los principios de la Democracia Cristiana siguen vigentes, si el humanismo en una visión cristiana del humanismo que sigue vigente, por supuesto”.

Si no, argumenta, “miremos la respuesta de los censos donde una cantidad importante de gente dice que tiene fe, que cree en Dios”.

“Y si bien es cierto, nuestro partido no es un partido confesional, están abiertas las puertas para personas que tienen una creencia religiosa ligada con la Iglesia Católica, pero también hay protestante y gente que no cree en Dios”, agrega.

En consecuencia, releva, “nosotros podemos representar a personas que creen en que la primera prioridad debe ser la persona, la persona humana en un contexto de comunidad, de solidaridad”.

Por lo tanto, destaca, la propuesta falangista “sigue siendo vigente”.

“Lo que pasa es que estamos sin un discurso de cómo aterrizar ese humanismo cristiano en la cotidianidad, en los problemas de nuestra comunidad nacional, de nuestra realidad, y qué es lo que le lo ofrecemos al país hacia adelante, hacia el futuro”, dice indagando en una problemática de la DC de estos tiempos.

Por lo tanto, sin ninguna duda, concluye, “si la Democracia Cristiana recuperase la sintonía, puede hacerle sentido al mundo del centro político y de la centroizquierda que no quiere los extremos, que no quiere la violencia para imponer ningún tipo de ideas”.