La jornada final de Lollapalooza Chile 2025 fue una mezcla precisa de talento nacional, emociones juveniles y una descarga de energía oscura y esotérica.

En una tarde que comenzó cálida y luminosa, y que cerró con el cielo teñido por los visuales caleidoscópicos de Tool, el Parque Cerrillos fue testigo de uno de los días más memorables de esta edición.

Este año, el festival celebró su decimotercera versión en Santiago, con un cartel que combinó nombres clásicos, estrellas globales del pop y una destacada presencia de artistas chilenos.

El evento, que volvió a realizarse en el Parque Bicentenario de Cerrillos desde el viernes 21 hasta el domingo 23 de marzo, estuvo marcado por mejoras notables en accesos, la organización de los escenarios y los espacios de descanso, pero también por ciertas polémicas respecto al line-up y los horarios de algunos shows.

El último día del festival no solo tuvo a uno de los actos más esperados por la comunidad rockera –Tool– sino también a una sólida representación nacional con Cancamusa y Los Tres, el debut de los californianos The Marías y la esperada revancha pop de Shawn Mendes.

Cancamusa: Una artista en expansión

Puntualmente a las 16:00, el Smart Fit Stage recibió a Cancamusa, la destacada baterista y cantante chilena, en un show que confirmó que su proyecto solista está en plena consolidación.

En una hora de concierto, la artista –también conocida por su participación en Los Bunkers– logró crear una atmósfera íntima, aunque estuviese bajo el sol de la tarde.

Con impecable sonido, la cantante se presentó primero tras la batería, su instrumento de origen, para luego tomar la guitarra y mostrar la versatilidad que ha caracterizado su evolución artística.

El público, en su mayoría joven y visiblemente conectado con su propuesta, coreó canciones que recorrieron desde sus primeros lanzamientos hasta “Dopamina”, su más reciente colaboración con Gepe.

Uno de los momentos más celebrados fue la aparición sorpresa de Pedro Piedra para interpretar juntos “Noches perdidas”, una canción que ambos lanzaron en 2022 y que confirmó la química que existe entre ambos.

Con visuales estilizadas y coherentes con su estética sonora, Cancamusa ofreció un espectáculo sólido, sensible y elegante, que reafirma su lugar en la escena local como mucho más que “la baterista de Los Bunkers”.

The Marías: Un debut hipnótico

Una de las novedades más atractivas del domingo fue el debut de The Marías en nuestro país. El grupo californiano, liderado por la puertorriqueña María Zardoya y el baterista Josh Conway, aterrizó por fin en Chile luego de años de espera de sus seguidores locales.

Su propuesta musical, una fusión de indie pop, soul, psicodelia y jazz, sonó tan refinada como se esperaba.

El público que se acercó al escenario Cenco Malls estuvo compuesto por fans atentos y receptivos, que se sumergieron en la atmósfera envolvente y onírica de temas como “Hush” y “Cariño”.

La banda, que saltó a la fama con sus EPs Superclean Vol. I y II y más tarde con el aclamado Cinema (2021), mostró un repertorio pulido y sin baches, reforzado por una puesta en escena minimalista pero efectiva.

Si bien no contaron con colaboraciones ni grandes gestos performáticos, su propuesta no lo requería: The Marías se sostienen por la fuerza de su identidad sonora, sus melodías susurrantes y su cadencia hipnótica. Fue uno de los momentos más delicados y atmosféricos del festival.

Los Tres: Cánticos de una historia viva

A las 20:00 horas, ya con la noche empezando a caer y la brisa refrescando el ambiente, el escenario Cenco Malls se llenó con la nostalgia y el orgullo de uno de los nombres más importantes del rock chileno.

Álvaro Henríquez, Roberto “Titae” Lindl y Ángel Parra ofrecieron una presentación que apeló a la memoria colectiva del público, con una selección de clásicos que no dejó indiferente a nadie.

“Amor Violento”, “Olor a Gas” y “La Torre de Babel” fueron parte del núcleo del setlist, todas coreadas por un público transversal que respondió con entusiasmo a cada acorde.

Henríquez, con la lucidez irónica que lo caracteriza, lanzó su ya típico “están invitados a cantar afinado y a tiempo”, justo antes de dejar que miles se apoderaran de la letra completa de “Amor Violento”.

Hubo espacio para la cueca también, con pies que tiñeron el escenario de rojo, blanco y azul, reforzando el carácter profundamente chileno del show.

Aunque es cierto que la voz de Henríquez ya no es la de hace veinte años, lo suple con actitud y presencia escénica, lo que permitió a Los Tres consolidarse como uno de los actos más destacados del día.

Shawn Mendes: La revancha emocional

El canadiense Shawn Mendes cerró el escenario Banco de Chile con un show que fue, en muchos sentidos, una revancha.

Su presentación en Lollapalooza marcó el regreso a nuestro país luego de años de ausencia, interrumpida por la pandemia y sus conocidas luchas con la salud mental.

La espera valió la pena: Mendes ofreció un set cuidado, íntimo por momentos y masivo cuando debía serlo.

Con guitarra en mano y una actitud cercana, abrió con “There’s Nothing Holdin’ Me Back” y continuó con una selección de éxitos como “Treat You Better”, “Wonder” y “Monster”, esta última una colaboración con Justin Bieber que aborda lo difícil de crecer bajo los reflectores.

También hubo espacio para sus temas más recientes, como “Isn’t That Enough” y “Heart of Gold”, que revelaron una veta más introspectiva y acústica.

Uno de los puntos altos fue su interpretación de “Gracias a la vida”, esta vez anunciada y presentada como una canción de Violeta Parra, enmendando el error cometido la noche anterior en Argentina.

El público respondió con un canto masivo y sentido. La emoción creció aún más cuando apareció MC Millaray para acompañarlo en “Youth”, transformando el momento en uno de los más simbólicos del festival.

Mendes cerró con “In My Blood”, una canción que, según ha dicho, representa su mantra vital de no rendirse. Fue un final a la altura de lo que sus fans esperaban: honesto, empático y potente.

Tool: La oscuridad hipnótica como cierre absoluto

Si alguien aún dudaba de la relevancia de Tool en el cartel de Lollapalooza Chile 2025, su presentación en el cierre del festival despejó todas las incógnitas.

Con una hora y media de show intenso, cargado de progresivo y simbolismo, los californianos ofrecieron un espectáculo que osciló entre lo místico y lo brutal.

La relación de la banda con Chile ya era especial, sobre todo luego de que el propio presidente Gabriel Boric reconociera públicamente su fanatismo por el grupo y, en particular, por los discos Aenima y Lateralus.

A sabiendas de esta devoción local, Tool estructuró un setlist que respondió a las altas expectativas.

Abrieron con “Jambi”, siguieron con “Stinkfist” y pasaron por piezas más recientes como “Pneuma” y “Invincible” de su último álbum Fear Inoculum.

Pero fue el medley del Lateralus el que desató la catarsis colectiva. “The Grudge”, “Parabol/Parabola” y “Schism” sonaron afiladas, con una ejecución precisa y un despliegue visual que terminó de envolver a la audiencia en el viaje sonoro que propone Tool.

Sin discursos, sin contacto directo con el público, pero con una intensidad que no necesitaba intermediarios, la banda entregó uno de los shows más potentes de toda la edición.

Con este cierre, Lollapalooza Chile 2025 no solo saldó una deuda histórica con los fanáticos del metal progresivo, sino que reafirmó que su eclecticismo puede seguir ofreciendo jornadas memorables para públicos diversos.