
¿Zeitenwende para la Alemania de hoy?
Hay cambio de época (Zeitenwende) para la Alemania actual. Cabe recordar que el concepto de cambio de época fue utilizado por el Canciller Olaf Scholz con motivo de la invasión de Rusia en Ucrania, hace tres años atrás.
Alemania en la actualidad, luego de las elecciones generales anticipadas del 23 de febrero pasado -las cuales deberían haberse realizado en septiembre del año en curso- determinaron un precedente diferente de anteriores elecciones en la política de esta nación. Éstas, se realizaban en un contexto internacional marcado por una incertidumbre global, agudizada primordialmente por una política exterior extremadamente agresiva por parte de la segunda administración del presidente Trump.
Había un escenario interno que determinaron estas elecciones. El gobierno del Canciller Scholz había quedado en minoría en el parlamento alemán por la salida del Partido Demócrata Libre, los Liberales (FPD) en noviembre de 2024. Scholz, llamó a un voto de confianza en el parlamento para poder finalizar su período de gobierno, pero no logró la mayoría y perdió.
La situación económica empeoraba para los ciudadanos alemanes, los costos de energía se elevaban, al igual que los alimentos y otros enceres, así como también se comenzaba a sentir el deterioro de la infraestructura. El costo del apoyo económico a Ucrania ha sido elevado para las finanzas germanas.
La economía por segundo año entraba en recesión, los salarios se estancaban, la principal industria de exportación alemana, la automotriz, sufría un colapso en sus ventas pronosticándose el cierre de plantas con el concebido despido masivo de trabajadores y trabajadoras.
El modelo económico alemán -otrora muy exitoso- entraba en un callejón sin salida. En el plano político interno, se observaba con inquietud el arrollador avance de la ultraderecha alemana (AfD), particularmente en los estados federados de la denominada Alemania del Este, ex República Democrática Alemana (DDR).
Los resultados electorales, en sí, no trajeron grandes novedades. Coincidieron en gran medida con los pronósticos de sondeos y encuestas de intención de voto que se realizaron a la previa de estos comicios.
La Democracia Cristiana y los Socialcristianos (CDU/CSU) con Friedrich Merz, su líder máximo y futuro Canciller fueron el partido más votado con el 28,52% de los votos. Este resultado fue uno de los peores desde la reunificación alemana.
Alternativa para Alemania (AfD), partido de la ultraderecha con tintes post-nazi, logra un resultado sorprendente para algunos, pero previstos por los sondeos de opinión. Con Alice Weidel supera el 20,8%, doblando su votación del 2021. La AfD esperaba una mayor votación debido al apoyo financiero y político de Elon Musk y la administración de Trump.
El Partido Socialdemócrata (SPD) sufrió una dramática caída de más de 9 puntos. Con Olaf Scholz, el actual Canciller, alcanzó un 16,41%, el resultado más deplorable en la historia del SPD. Los Verdes, aún en el gobierno bajaron 3 puntos, logrando el 11,6% de los sufragios.
El Partido de la Izquierda, Die Linke, fue la sorpresa de estas elecciones. Con el lema “Más territorio, menos escritorio” y una campaña de defensa de los derechos sociales logró el 8,77% de los votos.
Dos partidos no logran sobrepasar el 5% para tener representación parlamentaria. El Partido Liberal, partido con una larga trayectoria en la política alemana, quedó afuera. El otro, una escisión de Die Linke, la Agrupación Sahra Wagenknecht roza con el 4,97% de los votos y no logra ingresar al parlamento. Entre otros aspectos destacables hubo una notable participación ciudadana en estos comicios, el 82,54% del padrón electoral se volcó a las urnas, especialmente los jóvenes.
La política alemana avanza hacia una nueva gran coalición (Groko), puesto que la CDU/CSU no logró la mayoría como para gobernar en solitario, y debe buscar un partido político aliado. Importante de destacar es que los partidos democráticos del espectro político alemán han señalado que bajo ninguna circunstancia coalicionaran con la ultraderecha de la AfD. El cordón sanitario sigue vigente en la nación germana.
Se iniciaron las conversaciones entre el CDU/CSU y el SPD para conformar gobierno antes de las pascuas alemanas (del 20 de abril próximo). Las conversaciones se han acelerado y ya hay acuerdos preliminares: en materias de relajar el tema del freno a la deuda; en el tema migratorio; en una mayor inversión en defensa; en el fortalecimiento de la política industrial; en un programa millonario para modernizar la infraestructura; en los temas de seguridad social y laboral.
Para llevar a cabo este ambicioso plan, la nueva coalición ha presentado un proyecto de ley que eliminaría la deuda cero, modificando el artículo 143h de la Constitución Alemana, pudiendo de este modo contraer una deuda gigantesca de 500.000 mill. de Euros. Esto, le permitiría al nuevo gobierno contar con los recursos financieros necesarios para esta gran transformación política, económica-social, medio ambiental, y de fortalecimiento inédito de la defensa nacional.
En el día de hoy se votaría en el parlamento (Bundestag) este proyecto de ley, que fue aprobado por amplia mayoría parlamentaria, luego el viernes de esta semana será ratificado por la Cámara Regional (Bundesrat). Esto implica un giro copernicano en la política de este país. Se opusieron a este proyecto de ley la AfD y el Partido Die Linke.
En el plano internacional Alemania, tercera potencia a nivel mundial, se encuentra inserta en un mundo cambiante, complejo y de tránsito hacia un nuevo orden global. Por cuanto, tendrá que asumir una política externa lejos de los EEUU de Trump y, más cerca de la UE en el fortalecimiento geopolítico militar, político y social de ésta.
Tendrá que fortalecer su política de defensa en el escenario interno y europeo, y deberá buscar una nueva definición del rol de la OTAN. Alemania tiene que jugar un rol decisivo en el escenario y en el liderazgo europeo si realmente desea ser un actor en el mundo de las grandes potencias representadas por los EEUU, Rusia y China.
Alemania está de vuelta, como lo señalan diferentes analistas y medios de comunicación europeos. El tránsito de una Alemania fuerte económicamente y militarmente será de dulce y agraz, conociendo la historia del siglo XX de esta nación.
Menuda tarea, en un Zeitenwende mundial.