Hay progreso de la ciencia enfocada en la agricultura nacional e internacional. Actualmente, INIA La Platina se encuentra a la cabeza de una investigación genética que espera entender la base biológica del carácter de compacidad de racimos en la vid, con el propósito de optimizar la producción de uva de mesa y disminuir la incidencia de enfermedades fungosas.

El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la institución de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) vinculada al Ministerio de Agricultura de Chile, la cual contribuye al desarrollo sostenible de la agroindustria nacional.

El trabajo se gesta a través de un proyecto Fondecyt y es dirigido por el Dr. Patricio Hinrichsen, investigador de INIA La Platina, con el apoyo de las Universidades de Concepción y Católica de Chile, y la colaboración internacional a JKI-Geilweilerhof, de Alemania.

Esto significa un esfuerzo pionero para cooperar con soluciones concretas a los desafíos que enfrenta la industria vitivinícola.

“La compacidad de racimos es un factor determinante en la susceptibilidad al ataque de hongos como Botrytis cinerea, que afecta la calidad y el rendimiento del cultivo. Nuestro objetivo es identificar los genes responsables de esta característica y contribuir al desarrollo de variedades más resistentes y productivas”, comentó el Dr. Hinrichsen.

Ciencia pura

Para realizar la investigación, el equipo ha combinado estudios fenotípicos detallados durante varias temporadas con la secuenciación del genoma de 120 genotipos de vid, utilizando la tecnología GBS (Genotyping-by-Sequencing). Esta colección incluye variedades de uva de mesa, cepas viníferas y líneas del Programa de Mejoramiento Genético (PMG) de INIA.

Como consecuencia de estos análisis, se han logrado identificar cerca de 125 mil variantes genéticas que se distribuyen en los 19 cromosomas de la vid. 

Luego, a través de estudios de asociación a nivel de genoma (GWAS) y análisis transcriptómicos, los investigadores caracterizan genes fundamentales vinculados a la compacidad de los racimos. 

“Esto nos permitirá desarrollar herramientas moleculares para seleccionar, de manera temprana, variedades con una estructura óptima de racimo y menor susceptibilidad a enfermedades”, explica el investigador.

Producción sostenible

La aplicación de todos estos conocimientos hará posible la generación de nuevas variedades de uva de mesa con racimos más sueltos, esto facilitará su manejo y también mejorará su calidad en términos comerciales. 

Finalmente, esta innovación científica cooperará con una producción más eficiente y sostenible, al disminuir la necesidad de tratamientos químicos contra enfermedades fúngicas. 

“Este tipo de investigación aplicada refuerza el compromiso de INIA La Platina con el desarrollo de una agricultura moderna, eficiente y adaptada a las exigencias del mercado global”, cierra el Dr. Hinrichsen.