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La censura a la relatora de la ONU, el genocidio palestino y la inacción de Alemania
La relatora de los Derechos Humanos de la ONU de los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese es una de las personas más valientes de nuestro tiempo. Durante el último año ha publicado dos informes sobre los bombardeos de Gaza: “Anatomia de un genocidio” y “Genocidio como eliminación colonial”, nombrada persona del año por las Naciones Unidas debido a su incansable denuncia del genocidio pese a continuos ataques en su contra.
Albanese había sido invitada a hablar a la Freie Universität de Berlín, para la conferencia ”Condiciones de vida diseñadas para la destrucción. Perspectivas jurídicas y forenses sobre el genocidio en curso en Gaza». Sin embargo, tras presiones de los grupos de lobby sionistas y autoridades berlinesas, la universidad retiró la invitación presencial aduciendo “razones de seguridad”. Aun así, la conferencia puede llevarse cabo a modo remoto.
Tras innumerables actos de censura contra cualquier manifestación pública pro-palestina, conviene preguntar: ¿Porque le tienen miedo a figuras como Albanese? Quizás porque estas figuras siempre recordarán a estos “señores” que ellos -los que toman las decisiones en nombre de este país y su gente-, han sido cómplices activos de este genocidio. Por ello han buscado censurar y acallar todas las voces críticas.
Aclaro que a los que llamo “señores” abarcan el amplio espectro de la política alemana (única excepción es el Bündnis Sarah Wagenknecht), a los medios de des-información y a los grupos de lobby sionistas, que han escudado a Israel con incesante propaganda política. De hecho esta campaña de desinformación sionista y otanista, ya tiene nombre: “guerra cognitiva”.
Alemania y el “occidente” históricamente le han dado carta blanca al Estado de Israel para que haga y deshaga en palestina. No olvidemos que los Palestinos son gente, viviendo en tierra ocupada y colonizada, e Israel es el Estado que ha ocupado y colonizado esas tierras de manera ilegal según Naciones Unidas. Por eso hay que tener muy en claro que, cuando critico a Israel, critico “su política”, y cuando defiendo a los Palestinos, es porque ellos tienen “derecho a existir”, como cualquier grupo humano.
Visto de esta forma, estos “señores” en Alemania les niegan el derecho de existencia a los palestinos, tal como sus padres y abuelos alguna vez se lo negaron a los mismos judíos. Debido a esta instrumentalización de la “identidad judía” en pro de la causa genocida sionista, es que en las marchas pro-palestinas se ven pancartas diciendo: “Otro judío contra el genocidio” o “No en nuestro nombre”.
Y los recientes ataques a la relatora Albanese repiten las mismas burradas que se escuchan acá, señalando que sus acciones y declaraciones serían: “antisemitismo”, “propaganda pro-Hamás”, “relativización del holocausto”. Y permítanme centrarme en la última.
La relativización del holocausto en Alemania es una acusación grave, incluso penada por la ley. El razonamiento dice que, si alguien osa ocupar ese término para referirse a otro suceso o evento, estaría desconociendo su “excepción” cuya definición puede entenderse como: "La eliminación sistemática del pueblo judío en Europa durante el régimen Nazi", de esta forma, poniéndolo en duda.
Pero si es que no se permite ninguna comparación, y si el holocausto realmente es tan “único”- ¿qué sentido tiene mantener estas definiciones, si estas no nos permiten “definir” y “obrar” de acuerdo a su gravedad? Pues ese parece ser el punto al evocar su excepcionalidad. Y cuando alguien osa a evocar la idea de “genocidio” o peor: “holocausto”, puede ser acusado de relativizar el horror. Tal fetichización del holocausto ha sido ampliamente criticada por importantes figuras judías, tales como Norman Finkelstein.
De hecho, la definición de genocidio que establecen las Naciones Unidas señalan que este consta de
“a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.” (Art II. UN)
El genocidio en Gaza cumple cada una de esas condiciones para ser definida como tal, con reiteradas matanzas y desplazamiento forzado. Pero también habrá que recordar que un genocidio no consta de un “acto” sino de un “proceso”, lo que significa que su duración es variable pero también el número de víctimas.
Visto de esta forma, podemos suponer que el genocidio en Gaza no ha acabado, ya que Israel sigue sus bombardeos tanto en Cisjordania como en Gaza a pesar del actual cese al fuego. Vistas las declaraciones de los altos mandatarios Israelíes, todo indica que pronto se reanudaran los bombardeos a Gaza ahora que Israel pudo reabastecer sus arsenales armamentísticos.
Es en este clima de fragilidad geopolítica Alemania, como parte de un continente en declive -moral, cultural y económico-, lo único que puede hacer para salvar su semblante es negar los hechos y sembrar la duda que un genocidio está ocurriendo, entregando su apoyo a los perpetradores, los mismos cuyos padres y madres, abuelos y abuelas antaño fueron sus propias víctimas.
Importante es resaltar que la censura de Albanese no es un caso aislado. La plataforma archive of silence reúne los casos de silenciamiento, “ghosting” y “doxing” de personas que han expresado su solidaridad con Palestina. Ya numerosas personas han sufrido de prácticas del poder, tales como la abogada Melanie Schweizer, candidata para el partido de izquierda MERA25 en las próximas elecciones.
Después de haber expresado su indignación con un post de lo que ocurre en Gaza, Schweizer sufrió una campaña de difamación que la dejó sin trabajo. Así es como opera la represión de este sistema.
De esta manera se entiende este miedo a figuras de talante moral como Albanese, porque su presencia podría poner un poco de luz de verdad ante toda la niebla de mentiras a las cuales nos tienen sometidos a través de sus reiteradas tácticas de guerra cognitiva y represión. Como decía Greta Thunberg -de paso otra víctima de las campañas de difamación anti-palestina-: “Shame on you!” Pero no nos engañemos: estos lacayos del sistema no tienen vergüenza.
ACLARACIÓN: Finalmente, después de haber sido cambiado dos veces el lugar del evento debido a la presión de grupos de lobby pro-sionistas, la conferencia de Albanese tuvo lugar el día Martes 18 de Febrero de forma "presencial". El lugar que acogió el evento fue la oficina del Medio alternativo de Izquierda Junge Welt que declaró su intento de resistir este evidente ataque a la libre expresión en Alemania.