Un joven de 23 años, padre de dos hijos, trabajaba como ayudante de reparto en un camión de transporte cuando perdió la vida en un accidente en noviembre de 2020.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, esa mañana, viajaba junto a otros dos compañeros y el chofer cuando un fierro se desprendió de un vehículo en sentido contrario, atravesó el parabrisas y lo impactó. Aunque recibió atención médica, no logró sobrevivir.

Su familia llevó el caso a la justicia, argumentando que la empresa de transporte y la empresa que contrató el servicio eran responsables de lo ocurrido.

Según el juicio, los supervisores permitían que trabajadores subieran al camión en la ruta, lo que generaba que el vehículo transportara más personas de las permitidas.

Esta situación obligó al joven a viajar en un lugar expuesto, aumentando el riesgo al momento del accidente.

El tribunal que revisó el caso determinó que las empresas no protegieron adecuadamente a sus trabajadores y las condenó a pagar $60.000.000 a la familia como indemnización.

La empresa de transporte intentó revertir la condena en distintas instancias, asegurando que lo ocurrido fue un accidente imprevisible y que no tenían responsabilidad directa.

Sin embargo, su reclamo fue rechazado por la Corte de Apelaciones y, finalmente, por la Corte Suprema.

El máximo tribunal confirmó que las empresas sabían que el camión llevaba más personas de las permitidas y no tomaron medidas para evitarlo.

También señaló que, si se hubieran respetado los protocolos de seguridad, el trabajador no habría estado en la zona de impacto.

Por ello, ratificó la responsabilidad de las empresas y el pago de la indemnización a la familia.