La historia oculta de cómo el Opus Dei llegó a Sudamérica con el objetivo de aprovecharse de la fortuna de una rica familia uruguayo-chilena
Elina Gianoli Gainza tenía apenas 13 años cuando conoció la obra del Opus Dei. Vivía en Viña del Mar a mediados de los años 50, en plena expansión de la facción religiosa que había nacido bajo el alero de la dictadura de Franco en España. De familia católica y adinerada, perteneciente a la élite empresarial uruguayo-chilena, la joven se convertiría en una pieza clave para la expansión de la organización en Sudamérica, canalizando una de las mayores fortunas del continente hacia los intereses del grupo religioso.
Una historia que es clave en la expansión del Opus Dei en Sudamérica, y que es la que desarrolla la periodista argentina Paula Bistagnino en su libro de investigación "Te Serviré. Fe, Poder y Disciplina" (Editorial Planeta), donde detalla en entrevista con El Desconcierto cómo la organización religiosa comenzó su expansión en América Latina en 1950, centrando su estrategia en captar a las familias más poderosas de la región.
La estrategia de expansión
"Los enviados de España llegaban ya con un vínculo con algún miembro de la Iglesia Católica, que se ocupaba de vincularlos con las principales familias católicas de los países", explica Bistagnino, quien comenzó esta investigación en 2013.
"Desde muy chica conocí al Opus Dei a través de lo que se decía, sobre todo que era una institución llena de secretos y misterios", relata la autora que nació y se crio en el barrio Bella Vista de Buenos Aires, uno en los que la obra arraigó su poder.
Selección racial y de clase
La organización desarrolló criterios específicos para seleccionar a sus miembros en la región. "El Opus Dei busca lo que ellos llaman los mejores católicos", señala la autora, refiriéndose a personas de clase alta, con recursos económicos y prestigio social.
En Sudamérica, añadieron un componente racial distintivo. "En América Latina tenían este criterio de que sean y parezcan de clase alta. Es muy impresionante, porque claramente es racista, es discriminatorio. En España no estaba tan claro esto porque la clase alta española es mucho más blanca de por sí", revela Bistagnino.
La familia que lo cambió todo
Los Gianoli Gainza encajaban perfectamente en estos criterios. Elina, la menor de cinco hermanos, vivió bajo los compromisos de castidad, pobreza y obediencia durante más de sesenta años, hasta su muerte en 2021. Durante ese período, se convirtió en la mujer más influyente de la rama femenina en Argentina y en una de las mayores benefactoras de la organización, transfiriendo cientos de millones de dólares de las empresas y fortunas familiares a asociaciones civiles del Opus Dei.
De los retiros espirituales a la oposición política
La familia tuvo un rol activo en la oposición al gobierno de Salvador Allende. "En la década del 70, viajaban a Chile supuestamente a retiros espirituales y en las valijas no llevaban ropa sino literatura anticomunista", cuenta la autora. Ante el temor de expropiaciones durante el gobierno de la Unidad Popular, la familia modificó sus estructuras societarias, creando sociedades offshore con la asesoría de miembros del Opus Dei.
La influencia de la organización se consolidó a través de instituciones educativas estratégicamente ubicadas. "El Opus Dei creó sus propias universidades. En Chile está la Universidad de los Andes, en Argentina la Austral, y hasta en Uruguay, que es muy chiquito, tienen la Universidad de Montevideo", detalla la investigadora.
La caída del poder
Actualmente, existe una causa judicial en los tribunales de Montevideo, impulsada por parte de los herederos de la familia, que busca investigar cómo se diluyó la fortuna familiar. En paralelo, en Argentina hay una acusación por trata de mujeres para explotación laboral contra las máximas autoridades de la organización durante los últimos 40 años, presentada por 43 mujeres que fueron reclutadas siendo menores de edad para trabajar en el Instituto de Capacitación Integral en Estudios Domésticos (ICIED).
"Las captaban desde los 13 años, provenientes de familias pobres, prometiéndoles educación", detalla Bistagnino. El instituto, que funcionó entre 1973 y 2017, reclutaba niñas bajo la promesa de una formación en hotelería, pero en realidad las sometía a trabajos forzados y adoctrinamiento religioso.
Aunque organización ha perdido poder en los últimos años, especialmente desde la llegada del Papa Francisco al Vaticano. "Les ha quitado poder y autonomía, y los mandó a cambiar sus estatutos de funcionamiento. El Opus Dei hoy está en una situación en que tiene que someterse a las nuevas condiciones que le está imponiendo el Papa Francisco y no quiere", concluye Bistagnino.