VIDEO| Animales silvestres no pueden realizar movimientos naturales: Muro fronterizo entre E.E.U.U. y México los tiene atrapados
Si bien el muro fronterizo que separa Estados Unidos de México fue levantado para detener la migración humana, un nuevo estudio publicado en la revista Frontiers in Ecology and Evolution, explica que esta construcción bloquea e impacta gravemente el movimiento de la fauna silvestre.
Esta investigación toma como referencia más de cuatro años de datos recopilados por cámaras instaladas a lo largo de un tramo de 163.5 kilómetros de la frontera, entre el norte del estado de Sonora (México) y el sur de Arizona (Estados Unidos).
La región compuesta por 55 cadenas montañosas, denominada Islas del Cielo, es un reconocido punto de biodiversidad y hogar de especies amenazadas y en peligro de extinción, como el jaguar, el ocelote y el lobo mexicano.
Impacto negativo
Las organizaciones autoras del estudio Sky Island Alliance y Wildlands Network, recopilaron videos que prueban que sólo el 9% de las interacciones de la fauna con el muro fronterizo resultaron en cruces exitosos.
Esto significa una reducción del 86% en los cruces en comparación con las barreras vehiculares y una reducción del 100% en los cruces de animales grandes como pumas, venados y osos negros.
Eamon Harrity, biólogo y gerente del programa de fauna de la organización Sky Island Alliance, afirma: “tenemos más especies de abejas y más mamíferos en las Islas del Cielo que en cualquier otra parte del continente. Una razón del por qué tenemos tanta biodiversidad es la conectividad entre las montañas, pero tenemos al muro cortándolas por el medio; eso nos hará perder el movimiento de los animales”.
Animales limitados
Myles Traphagen, científico de Wildlands Network, apunta que los corredores naturales de migración y movimiento en el oeste de Norteamérica, y específicamente en la región fronteriza, son en su mayoría de norte a sur.
“Por lo tanto, una barrera fronteriza que corre de este a oeste es particularmente dañina para la conectividad en todo el continente, porque limita los corredores esenciales de movimiento que especies de amplio rango, como los jaguares y los osos negros necesitan para adaptarse y prosperar en un entorno dinámico propenso a variaciones climáticas extremas”, añade.
Debido a que los movimientos de la fauna no fueron considerados como prioridad durante la construcción del muro, los animales están obligados a recorrer grandes distancias para encontrar agua, alimento y refugio, utilizando más energía y exponiéndose a mayores riesgos.
Análisis de videos
Se instalaron 36 cámaras entre las montañas Patagonia (Nogales, Arizona), y el Refugio Nacional de Vida Silvestre San Bernardino (Douglas, Arizona). De este modo, los investigadores recopilaron y analizaron casi 13.000 videos de 20 especies de fauna de gran tamaño para entender su capacidad para cruzar las barreras fronterizas.
Así, se captaron 9240 eventos en donde se registró vida silvestre a través de las cámaras, pero, entre ellos, solo hubo 1920 eventos donde los cruces resultaron exitosos.
Las especies relativamente pequeñas, como zorro gris, mapache y zorrillo cruzaron sin problemas, sin embargo, el venado de cola blanca, el venado bura, el oso negro americano, el tejón americano, el pavo salvaje y el puma nunca cruzaron con éxito a través de los espacios entre los postes de acero. Sí lograron hacerlo durante más del 50 % de las ocasiones observadas en las barreras vehiculares.
“Durante el transcurso del estudio, que duró casi cinco años, sólo el 0.025 % de las detecciones en nuestras cámaras fueron de humanos”, afirma Myles Traphagen. Esto incluyó a agentes de la Patrulla Fronteriza, trabajadores de construcción, cazadores y observadores de aves.
“Hubo menos de dos docenas de detecciones de personas que parecían estar ‘cruzando furtivamente’ la frontera”, agrega Traphagen. “Esto realmente subraya lo que ya sabemos: que el 99 % de las ‘personas en movimiento’ buscan asilo pacífico y tratan de entregarse a las autoridades. Muy pocas personas están cruzando la frontera en áreas silvestres y simplemente no hay necesidad de destruir estos paisajes por un problema que en realidad no existe”, asevera el científico.
Mejorar los pasos
“La primera necesidad es poner más pasos de fauna”, dice Eamon Harrity. De acuerdo con el estudio, los pequeños pasajes para fauna mejoraron las tasas de cruce para varias especies, incluyendo el tejón americano, el pecarí de collar, el coyote y el puma, especies que no lograron pasar por los postes de acero. Sin embargo, no permitieron que el oso negro americano, los venados y el pavo salvaje cruzaran.
“Pareciera que los animales se aprenden la ubicación de los pasos de fauna olfateando”, dice Miguel Enríquez, especialista en vida silvestre de Sky Islands Alliance.
Con el tiempo, los impactos pueden escalar a nivel poblacional, con la posible pérdida de resiliencia de las especies e incluso la aparición de nuevas generaciones con cambios genéticos. Por ello, el estudio destaca la urgente necesidad de generar estrategias de mitigación para preservar la biodiversidad y restaurar la conectividad de la fauna en la región.