En febrero de 2024, un chofer de una empresa de transporte fue despedido pese a contar con fuero sindical, una protección legal que asegura que no puede ser desvinculado mientras participa en una negociación colectiva.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, el despido ocurrió poco después de que el trabajador denunciara a la empresa por prácticas laborales irregulares, como la falta de entrega de ropa de trabajo y cambios en la forma de pago de los sueldos.

La empresa argumentó que el empleado había cometido faltas graves, como ausencias injustificadas y negarse a cumplir órdenes, pero él decidió llevar el caso a la justicia, asegurando que las acusaciones eran falsas.

El caso fue revisado por el Juzgado de Letras de Los Ángeles, que finalmente le dio la razón al trabajador.

El tribunal determinó que el despido no solo fue injustificado, sino que además fue una represalia directa por las denuncias que el empleado había hecho.

Según la sentencia, la empresa no presentó pruebas suficientes para respaldar las acusaciones en la carta de despido, lo que dejó en evidencia que la verdadera razón era castigar al trabajador por ejercer sus derechos.

Como resultado, la empresa fue condenada a pagar más de $13 millones al empleado, incluyendo indemnizaciones por los daños sufridos, salarios adeudados y otras compensaciones.

Además, el tribunal ordenó que la empresa coloque un cartel en sus instalaciones informando a los trabajadores que tienen derecho a denunciar irregularidades sin temor a represalias.