Una comerciante de Coquimbo fue víctima de insultos y amenazas por parte de una clienta con quien tuvo un desacuerdo tras realizar una venta en línea.

Según se detalló en el fallo judicial, la mujer comenzó a enviar mensajes agresivos a través de aplicaciones de mensajería y publicaciones en redes sociales, llegando incluso a incluir información privada de la comerciante y su familia, lo que generó un profundo temor en la afectada.

La situación escaló cuando los mensajes incluyeron fotografías personales, lo que dejó en evidencia que la agresora había investigado detalles de la vida privada de la comerciante.

Esto no solo vulneró su privacidad, sino que también le causó un impacto emocional severo, obligándola a buscar ayuda profesional.

En diciembre de 2023, ingresó a un programa de salud mental en un Cesfam debido al nivel de ansiedad y angustia que la situación le generó.

El caso llegó a los tribunales, donde el Segundo Juzgado de Letras de Coquimbo revisó los antecedentes y tomó una decisión.

El magistrado a cargo concluyó que las acciones de la agresora fueron un abuso psicológico que afectó gravemente la estabilidad emocional de la comerciante.

Además, se consideró que las amenazas, al incluir información privada, eran serias y podían interpretarse como un riesgo para la seguridad de la víctima y su familia.

En su fallo, el tribunal ordenó a la agresora pagar $3.000.000 a la comerciante como compensación por el daño moral causado.

Según la sentencia, este monto busca reparar, al menos en parte, el sufrimiento emocional y psicológico que vivió la víctima.

Además, el juez destacó que las redes sociales no pueden ser utilizadas como un espacio para intimidar o denigrar a otras personas, y que cualquier acto que afecte la dignidad de alguien puede ser sancionado por la justicia.