En las últimas semanas, se ha hecho recurrente constatar que el norte de nuestro país se ha visto afectado por una gran cantidad de sismos, 24 incluso en 24 horas. Y en cuanto a magnitud, varios han superado la magnitud 4, 5, y algunos incluso sobre este registro, lo que inevitablemente nos lleva a pensar en la posibilidad de terremotos.

En qué situación se encuentra esta zona del país, es lo que nos detallan dos expertos desde la academia.

El primero de ellos, Dr. Juan González, académico de geología de la Universidad Andrés Bello (UNAB), sede Viña del Mar, aclara que “el comportamiento sísmico actual de la zona norte de Chile es totalmente normal”.

Lo anterior, considerando “una zona activa de subducción”.

“La ocurrencia de un evento superior a magnitud 6, es capaz de generar réplicas en el proceso de acomodación de la interfaz de subducción”, dice luego.

Ello, complementa considerando que en la Región de Antofagasta hubo un temblor de magnitud 6,1, “siendo un disruptor generador de secuencias sísmicas”. 

Ciencia no permite proyección

Adicionalmente, dice, “las secuencias sísmicas previas a un evento mayor, no constituyen una herramienta de predicción”.

Ello, “aunque la ciencia ha tenido avances importantes en el uso de base de datos sismológicas y herramientas de aprendizaje automatizado y estadística avanzada”, dice.

“Las herramientas científicas y tecnológicas a nivel global son incapaces de generar dichos pronósticos”, recalca.

En resumen, sostiene, “es complejo construir un pronóstico de acuerdo al comportamiento sísmico de corto plazo en el norte de Chile”.

1877, año del último gran evento

Sobre la "sismicidad histórica de la zona, el último gran evento ocurrió en 1877, con una magnitud estimada de 8.7", recuerda. Este, ilustra, generó "enormes daños por el evento sísmico y un tsunami mayor asociado".

“De acuerdo al tiempo transcurrido, la zona tiene la capacidad de generar un evento mayor, pero no tenemos la capacidad científica de pronosticarlo”, advierte.

Sin embargo, detalla González, “la zona de subducción del norte de Chile es altamente activa, con probabilidad de ocurrencia de terremotos y tsunamis mayores”.

“Lamentablemente, hoy la ciencia no es capaz de generar pronósticos precisos respecto a la ocurrencia de eventos mayores”, dice luego.

Zona altamente activa

Por lo tanto, agrega, “la única herramienta eficaz de mitigación son los procesos educativos y la generación de sistemas de alerta eficientes”.

En este ámbito, dice, "la ciencia intenta caracterizar los procesos físicos" que generan terremotos, y entender", en simple, "qué ocurre en una zona de subducción” como la nuestra.

“Dicha información es vital, para saber qué hacer y cómo mitigar los daños de un terremoto”, recalca.

Y en general, comenta, “la zona de subducción chilena es altamente activa desde Arica a la península de Taitao”. De hecho, presenta “terremotos y tsunamis históricos mayores, generadores de enormes daños en las comunidades costeras nacionales”.

Educación, fundamental

“Frente a dicha amenaza, es importante el proceso educativo para saber qué hacer frente a un evento de terremoto”, dice.

“Además de poder planificar de mejor manera, las ciudades que están expuestas a la amenaza sísmica y de tsunami”, enfatiza.

Finalmente, entendiendo que "desde el punto de vista científico, no es posible observar señales precursoras de un evento”, la recomendación es clara.

Se debe “estar preparado de manera permanente en las comunidades”, concluye González.