Explican que el uso de audífonos no basta para evitar crisis en personas autista por fuegos artificiales
Sandra Garai, profesora de Educación Diferencial, activista del espectro autista y profesional del Centro de Recursos Tecnológicos Inclusivos de la Universidad Católica de Temuco (CERETI), a propósito de Año Nuevo, explica cómo la pirotecnia afecta a personas del Espectro Autista (TEA).
La experta destaca dos tipos de desregulaciones, el meltdown y el shutdown, que implican momentos de pérdida de control a raíz de la sobrecarga de estímulos.
Y es que la sobreestimulación sensorial es incontrolable para las personas autistas. Si bien se puede reducir, el ruido sigue siendo un factor determinante.
"Podemos encontrar alguna estrategia para evitar la exposición a la luz del fuego artificial, -se puede decidir estar o no estar en el espacio- no obstante, el ruido no es un estímulo que fácilmente se puede inhibir”.
Tomando en cuenta recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el "nivel de sonido sugerido para la salud auditiva humana no debe superar los 65 decibelios".
Ahora, durante un episodio de celebración como lo es al Año Nuevo, donde normalmente se tiran fuegos artificiales, el nivel de sonido puede llegar hasta los 190 decibelios, es decir, triplica el estándar recomendado para un humano.
Por lo tanto, pese a que existen algunas herramientas que las personas neurodivergentes y TEA pueden utilizar para reducir la estimulación sensorial como los audífonos, de todas formas el estímulo se sentirá, pero a través de las ondas.
“Entonces, aunque te coloques audífonos aislantes de ruido o tapones sensoriales, también se siente no solo a nivel sonoro, porque el sonido viaja a través de ondas y somos -en este caso- más sensibles”, explicó la especialista.