La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) inició una investigación contra Michael Clark, quien la semana pasada se convirtió en el socio mayoritario de Azul Azul, manteniéndose como presidente de la concesionaria que administra a la Universidad de Chile.

Esto, luego de reportar que pagó 5,7 millones de dólares para sacar a la cuestionada Sartor, luego que la CMF ordenara la liquidación de la división Sartor Administradora General de Fondos (AGF).

Sin embargo, para el órgano contralor todo quedó en las sombras, por lo que le exigió que en un plazo de 3 días hábiles para transparentar las operaciones y, sobre todo, explique el origen de los dineros.

El director de Conducta de Mercado, Daniel García, envió un oficio a Azul Azul donde asegura que, según Biobío, “su adquisición de control de Azul Azul S.A. no habría dado cumplimiento a la obligación contemplada en el artículo 199 de la Ley N°18.045 de Mercado de Valores, por cuanto no realizó una oferta pública de adquisición de acciones dirigida a todos los accionistas de la serie B de Azul Azul S.A.”.

“A su vez, concurriría un incumplimiento a la obligación de informar al público una toma de control. Lo anterior representaría una infracción a las normas, por lo que este Servicio le instruye a adoptar las medidas pertinentes para subsanar las infracciones expuestas”, añade.

Preocupación de Rosa Devés

Todo este bullicio en la U ha generado preocupación en la casa de estudios Universidad de Chile y, sobre todo, en su rectora Rosa Devés, quien ya ha amenazado anteriormente en quitarle el nombre al club de fútbol.

Héctor Humeres, director de la sociedad anónima a nombre de la casa de estudios, aseguró a LUN que “nos ceñiremos a lo que diga la CMF, más allá de lo que se haya respondido en el oficio”.

“Rosa Devés está analizando el tema y está preocupada por la auditoría de la CMF a Sartor. Hay que ser prudente pues aquí no se puede disparar al voleo (…) Por supuesto que la Universidad está preocupada pues se tiene un convenio con Azul Azul”, cerró.