Artista Cecilia Vicuña teje quipú de 300 metros en humedal donde se extenderá el puerto de San Antonio
Atando nudos para formar un largo hilo de más de 300 metros uniendo las lagunas de llolleo, la playa y el océano, decenas de vecinos y vecinas de San Antonio construyeron un quipú de encuentro con la artista y Premio Nacional Cecilia Vicuña en la desembocadura del río Maipo.
Se trata de una obra de arte participativa, como las que destacan a Vicuña, donde se llama al encuentro por una causa común: en este caso, resaltar el valor del ecosistema que se genera en la desembocadura del río Maipo, donde el humedal y sus lagunas se conectan con el mar, y donde se ha librado una lucha ciudadana para proteger el lugar ante el proyecto para expandir el puerto de San Antonio.
¿Qué es un quipú?
El quipú es un mecanismo de escritura con hilos y nudos que usaban comunidades andinas antes de la colonización. Como parte de su propuesta artística, Vicuña ha creado quipús usando materiales reciclados y naturales, tejiendo sobre ecosistemas amenazados, para reflexionar sobre la conexión perdida entre la humanidad, la naturaleza y la memoria.
“Hoy, al unir estas cuerdas, también tejemos una red de cuidado, resistencia y amor hacia nuestra tierra, hacia las aguas que nos dan vida y hacia las aves que aquí anidan y encuentran refugio”, reflexionó Vicuña durante el encuentro en Llolleo.
Ya en marzo de este año, la artista había tejido un quipú junto a vecinos y activistas en las montañas del Parque Andino Juncal en Valparaíso, donde una minera busca instalar un proyecto de extracción en la zona de glaciares y humedales.
Llolleo y el puerto de San Antonio
El tejido del quipú culminó en la construcción de un nido, al modo tradicional de los pescadores artesanales de la cultura Chinchorro, que participaron del encuentro. El nido se construyó con los restos orgánicos de la corriente del río.
Allí se celebró una asamblea para reflexionar sobre el valor del ecosistema y cómo le afectaría la expansión del puerto. “La playa y el acceso al mar están en peligro de desaparecer si no tomamos acción. Este encuentro es un llamado a reconectar con nuestro territorio y actuar colectivamente por su protección. La participación masiva nos demuestra que es posible generar sentido de pertenencia, desde el arte y con la comunidad”, declaró la vocera de la fundación Ojos de Mar, Liliana Plaza.
El nombre de la fundación es el nombre que la comunidad le da al ecosistema que buscan proteger: los Ojos de Mar o lagunas de Llolleo, que en un inicio iban a ser rellenadas por el proyecto de expansión del puerto de San Antonio.
Desde entonces, organizaciones como Ojos de Mar han sostenido un trabajo en la justicia donde lograron modificaciones al proyecto y cientos de observaciones en el proceso de evaluación ambiental, para que se asegure el cuidado del ecosistema.