La brecha de género en los controles de salud
Para lograr esto es fundamental un control periódico, para así estar al tanto de las particularidades y conocer los factores de riesgo, para -de esta forma- realizar los exámenes pertinentes de acuerdo al historial médico y las circunstancias de cada persona.
Realizar un control de salud por lo menos una vez al año es una recomendación que aplica a todas las personas, independiente del género y la edad. Hacerlo, no solo aporta en la prevención del cáncer de mama, sino que puede hacer una real diferencia en evitar o reducir las complicaciones y consecuencias de cualquier otra dolencia o enfermedad.
Nuestro sistema público de salud contempla un abordaje efectivo en poblaciones determinadas. En ese sentido, los controles de salud infantil, tienen una cobertura importante, logrando frenar y erradicar patologías que estuvieron presentes a lo largo de nuestra historia.
Este abordaje llega hasta los 19 años, con una alianza con el sistema educativo que permite que el control de salud adolescente intervenga en esta etapa. Luego de eso, el abordaje se hace desde el EMPA (Exámen de medicina preventiva en el adulto). En estos periodos, los varones parecieran desaparecer de los controles de salud, para volver a aparecer cuando experimentan problemas a la próstata o enfermedades crónicas ya descontroladas.
Por otro lado, en Chile, la mayoría de las mujeres se ha realizado un control de salud para tratar asuntos médicos propios relacionados con la ginecología, pubertad, métodos preventivos del embarazo o infecciones de transmisión sexual. Pero suelen hacerlo con menor prevalencia los grupos etarios de 18-29 y 60 y más, según cifras emitidas por el Departamento de Estadísticas respecto a los resultados de la ENSSEX 2022-2023.
¿Por qué postergamos controlar nuestra salud? Los factores son múltiples, entre ellos, la carencia de información, falta de acceso a servicios de salud, dificultad para solicitar permisos en el trabajo, pero también, la evidencia demuestra que una de las principales razones por las cuales las mujeres no realizan su chequeo anual de salud tiene relación a la brecha de género y sus implicancias, lo que paradójicamente también afecta a los varones, aunque desde otro lugar.
Las mujeres, históricamente han asumido labores de cuidado, que generan una sobrecarga de responsabilidades e impide que puedan contar con tiempo para asistir a sus controles de salud y también los recursos necesarios para hacerlo. A pesar de ser una problemática que afecta mayoritariamente a las mujeres, también impacta en los hombres, quienes descansan en la atención de las mujeres su salud, no asumiendo los controles preventivos de las patologías de salud.
A pesar de que han sido diversos los esfuerzos por contribuir a la resolución de este problema, por ejemplo a través de decretos de ley que facilitan en términos laborales a las mujeres la realización de exámenes preventivos como el PAP y la Mamografía, aún no hemos logrado avanzar como sociedad en reconocer la importancia de que todas las personas se realicen chequeos de salud de forma anual.
Para ello, es fundamental el fortalecimiento de servicios públicos y de prestaciones que faciliten el acceso, y creación de políticas públicas que tengan por objetivo eliminar la brecha de género existente en esta y otras temáticas.
Contar con educación sobre ciudadanía sexual y conciencia sobre derechos es un factor esencial para avanzar hacia el reconocimiento de la salud como un estado de bienestar general, y no esperar la enfermedad para hacernos cargo de ella.