Un día de diciembre de 2013, una mujer, mientras conducía su automóvil por la comuna de Ñuñoa, fue impactada por una camioneta roja que pertenecía a la empresa Cidef Comercial S.A.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, el choque fue solo el comienzo. Al intentar dialogar con el conductor, parte de su cuerpo quedó dentro del vehículo, y el chofer arrancó, arrastrándola varios metros hasta que otro automóvil bloqueó la camioneta y detuvo su marcha.

El accidente dejó a esta mujer con lesiones físicas y emocionales graves: sufrió esguinces en el tobillo y la rodilla, heridas en el pie, y un impacto psicológico severo, agravado por su embarazo de 20 semanas.

Las secuelas la obligaron a dejar de trabajar por meses, generando un impacto económico significativo en su vida.

Años después, la mujer llevó el caso a la justicia. Tras un largo proceso judicial, la Corte Suprema confirmó la responsabilidad de la empresa dueña de la camioneta.

El fallo establece que Cidef Comercial S.A. debe pagarle $1.410.500 por los ingresos que dejó de percibir (lucro cesante) y $15.000.000 como compensación por el daño emocional y físico sufrido (daño moral).

La empresa intentó defenderse argumentando que no tenía responsabilidad sobre el conductor ni el vehículo, pero la Corte concluyó que sí debía responder, ya que el vehículo era de su propiedad y el chofer trabajaba para ellos en ese momento.

Con esta decisión, el tribunal reafirmó la obligación de las empresas de hacerse cargo de los daños que causen sus trabajadores y vehículos en casos como este.