Síntomas como fiebre y ampollas que generan heridas y costras, es lo que advierte la académica de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, Mónica Guajardo, tras el incremento de los contagios en niños y niñas del virus conocido como "boca-mano-pie".

Existen dos mecanismos causantes del contagio, asegura la profesional, estas son por transmisión por gotas, y contacto oro-fecal.

El primero se da cuando "los niños infectados eliminan el virus al toser, estornudar o hablar", indica Guajardo.

Respecto a la segunda causa, "ocurre cuando las heces de un niño infectado contaminan algún objeto, como juguetes, que luego son manipulados y llevados a la boca por otros niños”, explica la experta.

Una vez transmitido el virus, las y los niños puedes experimentar síntomas como fiebre y ampollas en la piel que desarrollan heridas y costras.

Estas lesiones se producen generalmente en la boca, manos y pies, por eso el nombre del virus.

Sin embargo, en algunos casos "estas lesiones también pueden aparecer en la zona inguinal y mucosa bucal, lo que explica en ocasiones por qué los niños infectados rechazan la alimentación debido al dolor intenso", agrega la experta.

En otros casos, los infectados "pueden presentar cambios en la consistencia de las heces, tornándose más acuosas", detalla.

Para prevenir la enfermedad la profesional de la salud recomienda la limpieza de los elementos que manipulen frecuentemente niñas o niños, como por ejemplo, los juguetes y lápices.

Además, se recomienda el lavado de manos constante de las y los menores, como también de los y las educadoras de párvulo.

Sobre todo, el "lavado de manos antes y después de mudar a cada niño y desinfección de mudadores y evitar tocarse el rostro tras mudar a un niño para reducir la exposición al virus en ojos, nariz y boca”, sugiere.

Cabe destacar que los padres pueden ser portadores asintomáticos del virus, por lo tanto, transmiten la enfermedad a los niños, pero estos también generan inmunidad, "lo que reduce las probabilidades de volver a enfermarse".

Una reinfección es poco probable asegura la profesional, ya que "se debe generalmente a otra cepa del virus o a una baja en el sistema inmunológico".

¿Cómo tratar la enfermedad?

En primer lugar, es fundamental que el virus sea diagnosticado por un médico. En caso de que sea positivo, Guajardo recomienda hidratar a la o el menor con líquidos fríos.

Además, administrar los medicamentos correspondientes para aliviar el dolor y la inflamación en la mucosa oral, indica.