Alemania: La hora '0' para el gobierno Olaf Scholz
Alemania, la primera potencia económica de la Unión Europea (EU) y la cuarta a nivel mundial, entra en una crisis de gobernabilidad severa, y de discreto desempeño económico. El reciente cataclismo político del gobierno de Olaf Scholz se da en un momento muy especial para la nación germana.
El mismo día de la destitución del ministro de hacienda por el Canciller alemán, en los EEUU era elegido Donald Trump por una amplia mayoría en los votos electorales, mayoría en el Senado, y en la Cámara de Representantes. Además, éste desenlace se da en el mismo mes de la conmemoración de los 35 años de la caída del Muro de Berlín y de una Alemania padeciendo un segundo año de recesión económica, con un descenso del 0,2% del PIB. Un escenario nada auspicioso para la nación germana.
El quiebre, se veía venir, las constantes contradicciones, enfrentamientos y desavenencias al interior de la coalición de gobierno entre los Liberales del (FDP), el Partido Socialdemócrata (SPD) y el Partido de Los Verdes sobre el rumbo que debía tomar en este último año la política económica del gobierno de estos tres partidos políticos. El Canciller Olaf Scholz destituía el pasado miércoles 6 de noviembre su hasta entonces, Ministro de Hacienda y nada menos jefe del FDP, Christian Lindner.
El motivo que causó la determinación del Canciller de despedir a su ministro de hacienda fue que tanto los ministros de los Verdes y del SPD deseaban usar el presupuesto fiscal en ámbitos de la seguridad social, pensiones, salud, cuidado del empleo, apoyo a los sectores sociales vulnerables a la recesión económica, inversión en medidas de mitigación del cambio climático y medio ambientales entre otras medidas que tendían a fortalecer el margen de maniobra del Estado.
Por su parte, el ex ministro Lindner insistió en respetar estrictamente el ajuste presupuestario, que significaba, menos impuestos, reducción de proyectos sociales, menos subsidios y menos burocracia para los inversionistas. Las posiciones al interior del ejecutivo se tornaron irreconciliables entre liberales, socialdemócratas y Verdes, lo que detonó la expulsión del encargado de hacienda.
Una actitud valiente del Canciller, reconocida por muchas personalidades, pero que ponía al actual gobierno en un profundo dilema en cuanto a su continuación, y con ello dando por finiquitada la coalición “semáforo”, tal como se denominaba a esta alianza de gobierno por los colores oficiales de cada uno de los partidos que la integraba.
No es la primera vez en la historia de la República Federal Alemana que los liberales ponían en un callejón político sin salida a los socialdemócratas exigiendo recortes en el presupuesto relacionados con la seguridad social y otros ítems en el ámbito social.
En 1982, los liberales rompen con el gobierno y hacen caer el entonces Canciller socialdemócrata, Helmut Schmidt. Éste es derrotado en un voto de confianza en el parlamento. De ahí en adelante, la CDU-CSU con el partido bisagra del FDP, bajo el liderazgo de Helmut Kohl, gobernaría Alemania entre 1982 y 1998. Lo mismo tendrá que hacer el Canciller Scholz, presentar un voto de confianza en el parlamento que será el 11 de diciembre próximo.
Con toda seguridad este voto de confianza será rechazado por la mayoría que tendrá la oposición con los votos de las bancadas de la CDU-CSU, la AfD y ahora los liberales. De ahí en adelante, es el presidente de la Nación, Frank-Walter Steinmeier el que debe disolver el parlamento y llamar a elecciones anticipadas, cuya fecha se bajara para el 23 de febrero 2025.