El centro ya no existe
El reciente resultado de las elecciones municipales en Chile, realizadas el 26 y 27 de octubre de 2024, marca un cambio importante en el panorama político local, con un avance de la centroderecha y una disminución del poder territorial de la centroizquierda.
En el caso de los concejales, la centroderecha, conformada principalmente por los pactos de Chile Vamos y el Partido Republicano, logró superar por primera vez en términos numéricos a la izquierda. En total, la oposición alcanzó más de 1.000 concejales, mientras que la suma de los pactos oficialistas quedó en alrededor de 940. Este cambio refleja una tendencia de crecimiento sostenido de la centroderecha en las últimas elecciones, consolidándose como la principal fuerza política.
Desde la izquierda, aunque el Frente Amplio y el Partido Comunista lograron mantener bastiones importantes como Maipú, Valparaíso, Viña del Mar, Recoleta y un candidato independiente de izquierda triunfó en el populoso Puente Alto, el revés en municipios emblemáticos como Santiago y Ñuñoa representa un llamado de atención para el gobierno de Gabriel Boric.
El análisis desde la izquierda podría centrarse en las dificultades que ha tenido la coalición oficialista para mantener su presencia territorial, a pesar de mantener algunos municipios clave. Este debilitamiento podría interpretarse como un reflejo del desencanto con la gestión gubernamental, con serias dificultades para concretar su programa por el obstruccionismo parlamentario, y la necesidad de revisar las estrategias para recuperar terreno frente a una derecha fortalecida.
En contraste, la centroderecha ha sabido capitalizar cierto descontento ciudadano y consolidar su penetración territorial, especialmente a través del Partido Republicano, que aunque no tuvo tanto éxito en las alcaldías, sí lo logró en la elección de concejales.
Este contexto sugiere que la izquierda enfrenta el desafío de reconectar con las bases locales y renovar su propuesta política si desea competir con éxito en las próximas elecciones presidenciales de 2025.
Una importante derivada de estas elecciones muestra que la hipótesis de que "el centro político ya no existe" se encuentra respaldada en los resultados de las elecciones municipales de octubre de 2024 en Chile, donde los partidos que intentaron posicionarse como opciones centristas, como Amarillos por Chile, Demócratas y el Partido de la Gente, obtuvieron resultados insignificantes.
En particular, estos grupos no lograron ninguna alcaldía y apenas sumaron un 1,32% de los votos en el caso de Amarillos y Demócratas, lo que subraya su incapacidad de atraer un respaldo electoral significativo
Este fracaso electoral del centro puede interpretarse como un reflejo de la identificación política binaria en Chile, donde los votantes parecen inclinarse más hacia opciones claramente identificadas con la izquierda o la derecha, constatando en ambas la existencia de dos “almas”, dejando escaso espacio para propuestas “intermedias”.
Este proceso chileno parece ir a la par con las tendencias de desaparición del centro a nivel latinoamericano y mundial. En tanto izquierdas y derechas consolidan cada una, alrededor de un 35% de los votos, el 30% restante no parece ser de “centro” en el sentido tradicional del análisis político; sino más bien son electores de carácter volátil e inmediatista, que transitan ora a la izquierda ora a la derecha según estas respondan o no a sus reivindicaciones y sentimientos del momento.
La teoría de la desaparición del centro político se refuerza también al observar la fragmentación interna de este espectro, donde los partidos emergentes no logran consolidar una oferta atractiva para los recurrentes. Y ha quedado como un espacio irrelevante, que no entiende las expectativas ciudadanas de quienes buscan cambios sociales que promueve la izquierda ni de quienes buscan la estabilidad conservadora que promete la derecha.
Este fenómeno subraya la falta de viabilidad del "centro" en un contexto en el que la ciudadanía parece exigir posiciones más claras y definidas en torno a temas cruciales como la seguridad, la economía y las reformas sociales y culturales.
La escasa votación del centro en las elecciones municipales de 2024 indica que este espacio ha sido eclipsado por un electorado que prioriza alternativas con mayor identidad programática, dejando al llamado centro político como una categoría que ya no tiene un peso real en la competencia política chilena.